18 datos sobre el animal terrestre más grande del mundo: el elefante

Cada 12 de agosto se celebra el Día Mundial del Elefante, una ocasión para concienciar sobre el peligro que corre esta magnífica especie.

Por Redacción National Geographic
Elefantes africanos

Las poblaciones de elefantes africanos han disminuido principalmente por la caza furtiva de sus colmillos.

Fotografía de Ronan Donovan

El día 12 de agosto celebramos el Día Mundial del Elefante. ¿Cuánto sabes de estos fascinantes paquidermos? Te animamos a conocer un poco más sobre las costumbres, las singularidades y las curiosidades de este mamífero hervíboro de gran tamaño, el mayor de los terrestres. Por desgracia, se encuentran amenazados debido a la caza furtiva por el comercio de marfil.

En 1980, se estimaba que había cerca de 1,2 millones de elefantes en África. Sin embargo, en la actualidad se estima que quedan 350 000 ejemplares, según la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (Cites). Cada año entre 10 000 y 15 000 elefantes son capturados y asesinados a manos de los cazadores furtivos, que buscan hacer negocio a partir de sus colmillos. 

El elefante, en concreto el elefante africano, es el animal más grande sobre la superficie terrestre. Pueden alcanzar una altura de hasta 4 metros de alto y su peso oscila entre los 2.200 y los 6.350 kilogramos. Aunque en esto también hay excepciones: ¡el elefante más grande que se ha registrado alcanzó un peso de más de 10.000 kilogramos y una altura de casi 4 metros!

2. Una longevidad envidiable

El elefante tiene una esperanza de vida de hasta 70 años. El elefante más viejo del mundo vivió hasta los 86 años en cautividad. A los 12, las hembras alcanzan su edad reproductiva y pueden empezar a tener hijos, algo que hacen cada 4 años aproximadamente. En cambio, con esa edad, los machos se independizan y dejan la manada.

3. Un embarazo de casi dos años

El periodo de gestación de las hembras es el más largo registrado entre los animales. El embarazo dura nada más y nada menos que 22 meses. Al nacer, los elefantes bebés ya pesan unos 90 kilogramos y miden un metro de alto. La mamás elefantes amamantan a sus crías durante cuatro años, y aunque éstos pueden comenzar a alimentarse de plantas con uno año, necesitan el valor nutritivo de la leche para crecer de manera óptima. 

4. Comunidades matriarcales

Los elefantes hembra viven en grupos de 15 y entre ellas suele haber una relación de parentesco. Estos grupos están liderados por una matriarca, que normalmente es la más anciana del grupo y decide hacia dónde se dirigirá la manada cada día. A la edad de 12 años, como hemos explicado antes, los machos suelen separarse del grupo y se unen a grupos en los que solo hay elefantes de su mismo sexo.  

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    5. Una dieta de gigantes

    Para mantenerse, los elefantes adultos deben consumir cada día unos 135 kilogramos de alimento: comen raíces, hierba, fruta y corteza. De hecho, recorren largas distancias en busca de comida, llegando a pasar una media de 8 horas alimentándose. Por desgracia, los dientes de los elefantes no son para siempre. Con la edad, sus incisivos se desgastan y son incapaces de masticar la comida, por lo que mueren de inanición.

    6. La hidratación es vital

    Un elefante adulto puede llegar a consumir hasta 160 litros de agua en un solo día. Pero además de beber, los elefantes también pueden nadar y usar su trompa como un tubo de buceo, para así seguir respirando mientras se sumergen. Dentro de su trompa, ¡un elefante asiático adulto puede contener hasta 8,5 litros de agua!

    Las orejas de los elefantes no solo sirven para escuchar las llamadas de sus parientes –algo que pueden hacer desde una distancia de hasta 8 kilómetros–. Estos enormes apéndices también irradian el exceso de calor para así refrescarse cuando las temperaturas son demasiado altas. Las orejas de los elefantes africanos son tres veces más grandes que las de sus parientes asiáticos.

    8. Narices poderosas

    La trompa del elefante en realidad es una larguísima nariz que sirve para oler, respirar, barritar, beber y agarrar cosas, especialmente las que se pueden comer. Solo en la trompa tienen unos 100.000 músculos diferentes, pero no tienen huesos. Con este órgano los elefantes son capaces de sentir el tamaño, la forma y la temperatura de los objetos. Además, puede llegar a crecer hasta alcanzar los 2 metros de largo y pesar unos 140 kilos, otorgando al elefante uno de los olfatos más poderosos del reino animal.

    9. ¡Menudos cerebritos!

    Sus cerebros pueden alcanzar los 5 kilogramos de peso, convirtiéndoles en los animales con el cerebro más grande del mundo. De hecho, tienen 3 veces más neuronas que los seres humanos. Pueden exhibir, como los chimpancés, patrones de comportamiento propios del síndrome de estrés postraumático y de la depresión, y también pueden ser increíblemente empáticos, ayudándose cuando se encuentran en peligro o experimentan dolor. 

    10. Hora de exfoliarse

    La piel de los elefantes, como la de los humanos, también es sensible al sol y puede acabar quemándose. Para evitarlo, tiran arena sobre su lomo utilizando sus trompas, así como sobre los cuerpos de sus crías, para protegerlas. Este método también mantiene a raya a los insectos. 

    11. Trasnochadores

    Estos paquidermos duermen una media de 2 o 3 horas al día. Lo más curioso es que lo hacen de pie, apoyándose en ocasiones en un árbol o sosteniendo su trompa con alguna rama. No suelen tumbarse o recostarse, aunque a veces lo hacen, pero no por más de una hora. La razón es que la posición puede dañar sus órganos internos provocándoles incluso paros cardiacos, y también por una cuestión de seguridad. Muchas veces, al tener que soportar tanto peso y caminar largas distancias, se detienen a descansar y colocan sus patas en alto

    12. Miedos muy humanos

    Los elefantes, pese a su tamaño, tienen miedo a seres mucho más pequeños que ellos. No en vano, siempre han tenido fama de aterrorizarse ante un simple ratón. Un ejemplo de ello son las abejas, utilizadas por algunos agricultores para proteger sus cultivos del paso de estos gigantes –y de paso obtener ingresos extra a partir de la miel que producen. Otro ejemplo son las hormigas. Los elefantes evitan cierto tipo de acacia conocida por albergar normalmente poblaciones de estos diminutos insectos. Pese a que podrían aplastarlos fácilmente con sus patas, los elefantes no quieren que estas se introduzcan en su trompa, que tiene varias terminaciones nerviosas en su interior.

    13. Los jardineros de la naturaleza

    Los elefantes juegan un papel decisivo en la formación de sus hábitats. Por ejemplo, cuando cavan charcas de agua, otros animales pueden servirse de ellas para beber; o cuando destrozan decenas de árboles a su paso abriendo camino en las selvas y bosques. Pero también actúan como jardineros naturales ya que transportan en su organismo las semillas de las frutas que digieren, depositándolas, a través de sus heces, por el camino mientras se desplazan. Su estiércol proporciona alimento a otras especies dada su alta cantidad de semillas, y también es hábitat de muchos invertebrados como escarabajos, grillos o arañas. 

    14. Los codiciados colmillos

    Todos los elefantes africanos, tanto machos como hembras, tienen colmillos. Sin embargo, en la especie asiática solo se dan en los machos. Un par de colmillos puede pesar hasta 200 kilogramos. Estos no dejan de ser incisivos hiperdesarrollados que utilizan para cavar en busca de agua, encontrar comida, arrancar la corteza de los árboles e incluso para luchar entre ellos. 

    Por desgracia, el material que se encuentra en sus colmillos es el motivo por el cual los cazadores furtivos les han perseguido sin descanso durante cientos de años. El comercio del marfil es un mercado muy lucrativo, lo que hace que en África sean asesinados 96 elefantes al día

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    Tal y como presenció recientemente un equipo de rodaje, los cadáveres de los elefantes se convierten por poco tiempo en ecosistemas concurridos. (Estas imágenes pueden herir la sensibilidad del espectador).

    16. Sus colmillos evolucionan

    En el 2018, un grupo de investigadores comenzó a analizar por qué algunos elefantes nacen sin colmillos y descubrieron que la caza furtiva había otorgado una ventaja biológica a los elefantes de Gorongosa que no desarrollan colmillos. Normalmente, la falta de colmillos ocurriría solo en entre el dos y el cuatro por ciento de los elefantes africanos hembra, pero la investigación indicó que, de las 200 hembras adultas conocidas, el 51 por ciento de las que sobrevivieron a la guerra —animales de más de 25 años— carecían de colmillos y que el 32 por ciento de los elefantes hembra nacidos desde la guerra no tienen colmillos. Esta tendencia no solo se limita a Mozambique, otros países con caza furtiva de marfil también han experimentado cambios similares.

    La explicación es sencilla: las arrugas los ayudan a mantenerse frescos. Estos emblemáticos animales tienen pocas glándulas sudoríparas y no pueden utilizarlas para regular su temperatura corporal, por lo que cuentan con otros métodos para dispersar el calor. 

    18. Los misterios de su comunicación 

    Los elefantes se comunican de muy diversas maneras, pero ¿sabías que el sonido que producen se llama barritar? Una investigación de la Universidad de Oxford de 2014 afirmó que además este sonido tiene diferentes frecuencias según se trate de una amenaza u otra. Ahora, a partir de datos y vídeos acumulados durante décadas de estudio en Amboseli, la reserva nacional de Masái Mara de Kenia y el parque nacional de Gorongosa de Mozambique, unos investigadores han creado el African Elephant Ethogram, la biblioteca audiovisual más exhaustiva del comportamiento de los elefantes africanos de sabana.

     

    Tristes imágenes de una cría de elefante sin trompa
    Esta cría de elefante no tiene trompa. Podría haberla atacado una hiena o un cocodrilo, aunque la experta en elefantes Joyce Poole cree que quedó atrapado en una trampa. Aunque Poole cree que podría sobrevivir, otro investigador afirma que es poco probable: los animales dependen de sus colas para olfatear, comer, beber y establecer contacto social. Las trampas son un problema grave que amenaza a la fauna salvaje de África.

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