27 de junio de 2012
La tortuga gigante de un siglo de edad, fue encontrada muerta en su corral, el domingo en la Estación Científica Charles Darwin en la Isla Santa Cruz, que forma parte del Parque Nacional Galápagos.
Conocido por su aparente aversión a las hembras, George es el último individuo conocido de su subespecie.
Entre los animales más longevos las tortugas gigantes pueden sobrepasar el centenar. La muerte de la mayoría está registrada en los 152 años.
Por el momento, el cuerpo de George se mantiene en una cámara frigorífica para evitar su descomposición hasta que se realice la autopsia para concretar exactamente la causa de su muerte.
Disminuye la población de tortugas gigantes
Las Islas Galápagos fueron habitadas por miles de tortugas de 15 subespecies. Pero desde 1800 hasta 1900 marineros y piratas utilizaron las islas del océano Pacífico como parada para repostar. Cazaron un gran número de tortugas para alimentarse y sustraer aceite.
A pesar de que la caza haya cesado, las nuevas especies introducidas como cerdos y cabras, han acabado con el pasto que alimentaba a las tortugas.
Con el fallecimiento de George, en las islas solo quedan diez subespecies de tortugas, la mayoría únicas.
George fue llevado a la reserva con la esperanza de procrear para mantener su linaje, aunque la descendencia fuera híbrida. Lamentablemente no hubo suerte.
Tras convivir más de tres décadas con cuatro hembras diferentes, los huevos de George nunca llegaron a ser fértiles.
George inspira preservación
Algunos pueden pensar que la extinción de una subespecie no es una pérdida importante, ya que aún quedan subespecies. Pero tal y como muestra la historia de las tortugas gigantes estas pérdidas rápidamente pueden desencadenar en desastre.
Algunos pueden pensar que la extinción de una subespecie no es una pérdida importante, ya que las otras tortugas todavía están alrededor, señaló el embajador de Zoológico de San Diego, Rick Schwartz. Pero la historia de las tortugas gigantes muestra que estas pérdidas pueden sumarse rápidamente al desastre.
Los programas de cría en cautividad como el de George han dado esperanza para las poblaciones en peligro de extinción, por ejemplo el cóndor de California.
En julio del Parque Nacional Galápagos celebrará un taller internacional para intercambiar ideas de cómo restaurar las poblaciones de tortugas gigantes durante la próxima década.