6 de mayo de 2011
Las plagas de langosta son un desastre natural devastador. Han sido temidas y respetadas a lo largo de la historia y, desgraciadamente, siguen causando estragos en la actualidad.
Las langostas son cercanas a los saltamontes y son insectos de aspecto parecido. Sin embargo, el comportamiento de la langosta puede ser completamente distinto. A veces son insectos solitarios con un estilo de vida semejante al del saltamontes, pero pasan por una fase llamada gregaria. Cuando se dan las condiciones medioambientales para producir plantas verdes y favorecer la reproducción, las langostas se juntan en grandes, ambulantes y voraces enjambres.
Las plagas de langostas destruyen cosechas y causan daños enormes en la agricultura, con la miseria humana y la hambruna que esto conlleva. Se encuentran en muchas partes del mundo, pero en la actualidad son más destructivas en las tierras de agricultura de subsistencia de algunas regiones de África.
La langosta del desierto es muy conocida. Originaria de África, Oriente Medio y Asia, se encuentra en 60 países y puede cubrir un quinto de la superficie de la Tierra. Las plagas de esta langosta pueden amenazar el medio de vida de una décima parte de la población del mundo.
Un enjambre de langostas del desierto puede tener un tamaño de unos 1.200 kilómetros cuadrados y en menos de un kilómetro cuadrado puede haber entre 40 y 80 millones de langostas.
Una langosta puede comer cada día el equivalente a su peso en plantas, por lo que un enjambre de ese tamaño podría comer 192 millones de kilogramos de plantas al día.
Al igual que cada miembro que lo compone, el enjambre de langostas es ambulante y puede recorrer enormes distancias. En 1954 un enjambre voló desde el norte de África a Gran Bretaña, y en 1988 otro cubrió la distancia comprendida entre África Occidental y el Caribe.