Los arrecifes de coral de Fiji abarcan 9800 kilómetros cuadrados y se enfrentan a los peligros del cambio climático, la sobrepesca y la contaminación.
Artículo publicado el 5 de septiembre de 2010 y actualizado el 1 de abril de 2022.
Los organismos coralinos, llamados pólipos, son autosuficientes, aunque están asociados íntimamente a las comunidades calizas espectacularmente variadas que construyen y que se conocen como arrecifes.
Los pólipos coralinos son pequeños organismos con cuerpo blando emparentados con las anémonas marinas y las medusas. Su base está formada por un duro esqueleto protector calcáreo, que compone la estructura de los arrecifes de coral.
Los arrecifes comienzan a formarse cuando un pólipo se ancla a una roca del lecho marino y a continuación se divide, o rebrota, en miles de clones. La estructura calcárea de los pólipos conecta a estos entre sí, creando una colonia que funciona como un organismo individual.
A medida que las colonias van creciendo a lo largo de miles de años, se agrupan con otras colonias para formar arrecifes. Algunos de los arrecifes de coral existentes hoy en el planeta comenzaron a formarse hace más de 50 millones de años.
Los pólipos coralinos son en realidad animales translúcidos. Los espectaculares tonos de color de los arrecifes provienen de los miles de millones de algas (zooxantelas) que albergan.
Cuando se sienten estresados por factores como la contaminación o el cambio de la temperatura del agua, los corales expulsan a las algas que los rodean, provocando el blanqueamiento del coral, que puede acabar por matar la colonia si el estrés no se reduce.
El cambio climático amenaza a los corales del mundo, pero la eliminación de las algas (como el saneamiento de un jardín) puede dar un impulso a algunos arrecifes.
Los expertos dicen que controlar el cambio climático es la receta definitiva para mantener sanos los arrecifes del mundo. Pero mientras tanto, los esfuerzos locales de restauración, como la siembra de algas, pueden ayudar a dar un impulso a los corales.
Los corales viven en aguas tropicales de todo el mundo, generalmente cerca de la costa, donde los rayos solares llegan más fácilmente a las algas. Si bien los corales obtienen la mayor parte de los nutrientes que necesitan de los productos derivados de la fotosíntesis de las algas, también tienen tentáculos punzantes y venenosos que pueden hacer asomar, normalmente por la noche, para capturar zooplancton e incluso pequeños peces.
Los arrecifes de coral rebosan de vida: aunque ocupan menos del uno por ciento de la superficie oceánica, dan cobijo a casi el 25 por ciento de las criaturas marinas existentes. Sin embargo, su existencia está amenazada por numerosos factores, y los expertos calculan que los factores humanos -como la contaminación, la sedimentación o el calentamiento global-podrían hacer desaparecer el 30 por ciento de los actuales arrecifes en los próximos 30 años.