Cóndor andino

El cóndor andino es una de las aves voladoras más grandes del planeta, pero se encuentra en peligro de extinción debido a la pérdida de hábitat y al envenenamiento.

Por Redacción National Geographic
Este cóndor andino macho (Vultur gryphus) fue fotografiado en el zoológico de Hannover.

Este cóndor andino macho (Vultur gryphus) fue fotografiado en el zoológico de Hannover.

Fotografía de Michael Gäbler, Wikimedia Commons

El cóndor andino, también cóndor de los Cerros, cóndor de los Andes, o simplemente cóndor (Vultur gryphus), es una de las aves más grandes de planeta, símbolo nacional de Chile, Colombia, Ecuador y Bolivia, por lo que tiene un papel muy importante en la mitología y el folclore de las regiones andinas. Sin embargo, esta ave emblemática está en peligro de extinción a nivel mundial.

Esta enorme ave se encuentra entre las más grandes del mundo capaces de volar. Dado su gran peso - hasta 15 kilogramos -, incluso la ingente envergadura de sus alas, que pueden medir hasta 3 metros, esta ave necesita algo de ayuda para mantenerle en el aire. Por ello, esta especie prefiere vivir en zonas donde las corrientes de viento son abundantes y pueden planear sobre ellas sin gran esfuerzo.

Los cóndores andinos viven en zonas montañosas, como su nombre sugiere, pero también cerca de las costas, donde abundan las brisas marinas, e incluso en desiertos con fuertes corrientes térmicas de aire. 

Curiosidades sobre el cóndor andino

Caracterizada por su bufanda de plumas blancas alrededor del cuello y al final de sus alas, el cóndor andino es muy reconocible también por carecer de plumas sobre su cabeza rojiza, al igual que sus parientes los cóndores californianos, y puede cambiar de color según el estado emocional del ave.

Además de esta curiosidad, esta especie también presenta una diferencia de tamaño según el sexo, pero a diferencia de la mayoría de aves de presa, el macho es mayor que la hembra.

Cóndor andino
Cóndor andino

Este ave carroñera alcanza su madurez sexual entre los 5 y los 6 años de edad y anida entre los 1000 y los 5000 metros sobre el nivel del mar, normalmente amante de las formaciones rocosas muy poco accesibles.

Igual que sucede con el quebrantahuesos en España, su tasa de reproducción es muy baja, por lo que lo normal es que ponga un huevo cada dos años. Además de ser un ave emblemática por su tamaño y su hábitat, también es una de las aves más longevas del mundo, llegando a vivir hasta los 75 años en cautiverio.

Los cóndores son buitres; por eso sus certeros ojos siempre están atentos en busca de carroña, que compone la mayor parte de su dieta. Prefieren alimentarse de animales grandes, ya sean salvajes o domesticados, y al consumir sus cuerpos realizan una importante labor como barrenderos de la naturaleza.

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    Este animal carroñero localiza a sus presas, pero no descienden a comer de manera inmediata, sino que vuelan en círculos sobre ella o la vigilan desde algún lugar cercano hasta que finalmente se acercan. Estos animales son capaces de comer hasta 5 kilogramos de carne al día y sobreviven incluso 5 semanas sin alimento.

    En la costa, los cóndores se alimentan de animales marinos muertos, como focas o peces. Estas aves carecen de las afiladas garras de otros depredadores, pero pueden asaltar nidos en busca de huevos o incluso polluelos.

    (Relacionado: Las aves también tienen canas cuando envejecen)

    Amenazas para su conservación

    El cóndor andino es una especie amenazada, pero su situación es mucho mejor que la de su primo, el cóndor californiano. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza etiqueta del cóndor andino como especie vulnerable debido al descenso de sus poblaciones por la pérdida de hábitat y el envenenamiento provocado por alimentarse de animales intoxicados o por los propios cebos envenenados que colocan algunos cazadores y ganaderos de forma ilegal.

    Galería relacionada: La belleza de las aves

    Actualmente hay cerca de varios miles de cóndores sudamericanos en libertad, y los programas de reintroducción están trabajando para elevar su número. A día de hoy es muy raro encontrarlo en Venezuela y Colombia, los lugares donde su disminución a lo largo de los últimos años ha sido más drástica.

    Debido a su baja tasa de reproducción, es una especie extremadamente vulnerable a la actividad humana, sobre todo debido a que algunos agricultores lo consideran una amenaza debido a los supuestos ataques al ganado. A pesar que los programas de educación que llevan a cabo las asociaciones conservacionistas, a día de hoy su persecución continúa siendo un grave problema para la especie. Los programas de reintroducción liberan cóndores criados en cautividad para reforzar la población de Argentina Venezuela y Colombia. 

    Este sistema comenzó a desarrollarse en 1989, año en el que fueron liberados los primeros cóndores criados en cautiverio, tratando que el contacto humano sea mínimo para ellos. Los polluelos son alimentados con títeres que se parecen a los padres para evitar la impronta con los seres humanos y así no ponerlos en peligro una vez que tienen que desarrollarse de manera salvaje. Por último, los cóndores se llevan a aviarios, donde pasan tres meses antes de la liberación aclimatándose a un entorno similar aquel donde vivirán en libertad.

    Este artículo fue publicado en noviembre de 2010 y actualizado en abril de 2022.

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