Pargo Perro

Los peces más pequeños son presa fácil de la voraz mordida del pargo perro, así como los camarones, cangrejos y otros incautos moradores del fondo marino.   Los pargos perro adultos merodisquan fondos rocosos y arrecifes de una profundidad media d

Por Redacción National Geographic
Pargo Perro

11 de enero de 2000

Estos peces de aspecto fiero ostentan largos colmillos caninos situados en sus mandíbulas superiores que son visibles incluso con la boca cerrada. Los peces más pequeños son presa fácil de la voraz mordida del pargo perro, así como los camarones, cangrejos y otros incautos moradores del fondo marino.

Los pargos perro adultos merodisquan fondos rocosos y arrecifes de una profundidad media de 30 metros. Su territorio acuático incluye el Atlántico Occidental desde Brasil hasta la Florida, y de forma poco habitual, el norte de Massachussets.

El pargo perro es un lobo solitario que tiende a ocuparse de sus propios asuntos la mayor parte del año. Sin embargo, su comportamiento ermitaño se vuelve gregario en marzo, cuando miles de ejemplares se agrupan en grandes bancos para aparearse en sitios de desove del Caribe nororiental cerca de Jamaica.

Los pargos pueden nadar grandes distancias para acceder a estos lugares. Una vez reunidos en una gran congregación, los machos empiezan a liberar esperma y las hembras expulsan sus huevas al mar. Las huevas, y posteriormente las larvas incubadas, flotan en la corriente y muchas son devoradas, aunque un gran número de ellas sobrevive hasta llegar a la edad adulta. Los pargos perro jóvenes son vulnerables por lo que tienden a mantenerse cerca de la costa y a menudo se les puede encontrar nadando en los estuarios salobres.

Hay varias aspectos de este animal que todavía desconciertan a los científicos que estudian las agrupaciones cíclicas, como la forma en que el pez elige estos lugares especiales de desove y el método que utiliza para regresar a ellos anualmente. Los peces regresan año tras año, no obstante, con una puntualidad y precisión impresionantes.

Aunque esta especie es formidable no llega a ostentar el título de pez más malo del barrio. Los adultos son presa fácil para depredadores de mayor tamaño como los tiburones y los meros, mientras que sus pequeñas larvas son incluso más vulnerables puesto que son consumidas con fruición por todo tipo de animales marinos. El hombre también pesca en demasía a los pargos perro puesto que los considera un alimento de calidad, aunque a veces su consumo requiere precaución. Algunos comensales han sufrido intoxicaciones leves tras consumir pargo perro.

Este pez no produce un veneno específico pero puede acumular niveles nocivos de ciguatera ya que dicha toxina asciende a través de toda la cadena alimentaria marina. La ciguatera es producto de los dinoflagelados, algas microscópicas que residen en el coral muerto o en las algas. Cuando los peces herbívoros más pequeños mordisquean el coral y las algas ingieren la toxina y la transmiten a su vez a los pargos perro, que son sus depredadores habituales.

Pero los pargos perro y otros peces gregarios de los arrecifes tienen más que temer a los humanos que al contrario. Ya que los pescadores conocen exactamente el lugar y la fecha para encontrar grandes bancos de esta especie, los pargos son sumamente susceptibles a la sobrepesca, en el momento justo del año en que la supervivencia de una nueva generación se encuentra en su punto reproductivo crucial.

Los pargos perro y sus parientes pueden ser protegidos mediante una veda total o con la limitación de la pesca en sitios de apareamiento conocidos y durante el apogeo de sus periodos de desove.

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