5 de septiembre de 2010
Los taimenes son los miembros más grandes de la familia de los salmónidos, de la que también forman parte la trucha y el salmón. Estos peces son feroces depredadores que cazan a sus presas en grupos, por lo que en algunos sitios se le conoce también como “lobos de río”.
Tienen la cabeza de color gris verdoso y su aerodinámico cuerpo es marrón rojizo. Algunos son enormes: pueden llegar a medir hasta dos metros de longitud.
Este pez, también llamado salmón siberiano, es muy voraz y tiene una dieta muy variada cuyo alimento principal son los peces, pero que también incluye patos y mamíferos como ratas o murciélagos. Estos insaciables peces también se cazan entre sí. Algunos taimenes grandes se han ahogado intentando tragarse a miembros más pequeños de su propia especie.
Los taimenes se encontraban desde la costa del Pacífico de Rusia hasta la antigua Unión Soviética y Mongolia. Hoy han desaparecido de gran parte de su hábitat y las poblaciones más grandes solamente se encuentran en Rusia y Mongolia.
Este pez de agua dulce ha sido respetado y considerado por los budistas de Mongolia como descendiente de un antiguo espíritu de los ríos, y ha gozado de relativa tranquilidad en este país, donde tradicionalmente los nómadas han evitado su pesca. Sin embargo, el desarrollo del país ha supuesto el aumento de la tala de árboles, la minería y el pastoreo, que han dañado la calidad del agua en la que viven estos peces. Además, la pesca, que casi ha supuesto la extinción de los taimenes en China, está empezando a hacer mella en Mongolia.
Los taimenes se han extendido muy poco en su hábitat. Un estudio que abarcó unos 100 kilómetros de los ríos en los que todavía viven puso de manifiesto que solo hay unos 2.000 taimanes “capturables”, de 66 centímetros o más. Debido a la escasez de esta especie, la eliminación de uno solo de estos peces de gran tamaño puede ser muy perjudicial.
En la actualidad, la pesca deportiva de esta especie se ha convertido en un gran atractivo internacional y una importante fuente de ingresos para la economía de algunas regiones. Las autoridades de Mongolia, junto con varias organizaciones sin ánimo de lucro, están intentando encontrar un equilibrio frenando la pesca furtiva y promoviendo a la vez la pesca legal y los ingresos que supone.