¿Cómo se mueven las serpientes?
Las serpientes utilizan la forma y las contorsiones de su cuerpo para planear, escalar o saltar.
Mostrando su lengua viperina, una serpiente Atheris de la República Democrática del Congo olfatea su entorno. La mordedura de estas pequeñas serpientes arbóreas, que viven en las regiones tropicales de África, puede provocar fallo renal, hemorragias externas e internas lo bastante graves como para causar anemia y, a veces, la muerte.
Artículo publicado el 10 de octubre de 2011 y actualizado el 28 de septiembre de 2022.
Los cuerpos de las serpientes carecen de piernas y brazos, pero tienen una movilidad sorprendente. Sus cuerpos ágiles son capaces de atravesar lugares increíblemente estrechos. Esta habilidad depende de la combinación de flexibilidad en la espina dorsal, una fuerte musculatura y de su escamas ventrales en la parte inferior.
Un humano adulto tiene 26 vertebras en su columna; las serpientes tienen más de 400. Cada par de costillas de la serpiente está sujeto a una vértebra. Cuando la serpiente se mueve los bordes posteriores de las escamas ventrales se fijan al suelo mientras los músculos impulsan el movimiento hacia delante.
Algunas serpientes pueden trepar árboles. Para conseguirlo la serpiente se enrolla al tronco y poco a poco va subiendo como un acordeón. La cola le sirve para aferrarse al tronco mientras estira su cabeza hacia delante tomando impulso para impulsar el resto de su cuerpo.
Las serpientes se mueven acorde con el terreno en el que se encuentran. La serpiente crótalo cornudo tiene sus trucos para sobrevivir a los hábitats arenosos en los que vive. La serpiente balancea su cabeza y parte superior del cuerpo hacia delante y hacia los lados. Su parte inferior del cuerpo y la cola con el vientre elevado por encima de la arena caliente, dejando un dibujo en la arena con forma de “J”.
Serpientes saltadoras
Muchas especies saltan de rama en reama empleando un comportamiento denominado bridging en inglés: el reptil extiende la mitad delantera del cuerpo en el aire, como un voladizo, hasta que entra en contacto con algo lo bastante grande como para soportar su peso. Las serpientes australianas del género Dendrelaphis, parientes cercanas de las del género Chrysopelea, son capaces de saltar.
Cuando su tutor Jake Socha grabó a una Dendrelaphis pictus saltando en estado silvestre en 2010, Michelle Graham, exploradora de la National Geographic Society y candidata a doctora en Virginia Tech, se sintió intrigada.
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"Lo interesante de estas serpientes es su capacidad para llevar a cabo todos estos comportamientos locomotores sin extremidades", afirma Graham. Para hacerlo, las serpientes se sitúan por debajo de la altura de su objetivo —por ejemplo, una rama— y se lanzan hacia arriba de forma que su impulso las lleve al otro lado del vacío. Graham quiere publicar más detalles sobre su investigación en dos trabajos científicos en 2020.
Pero, ¿por qué lo hacen? Algunos científicos tienen la hipótesis de que saltar o planear proporciona a serpientes, ardillas o lagartos tiempo o energía, pero "no hay estudios científicos justificativos" que lo demuestren.
Bruce Jayne, morfólogo funcional de la Universidad de Cincinnati en Ohio, afirma que estudiar a los parientes cercanos de las serpientes voladoras es ingenioso, ya que podría aportarnos mejor información sobre la evolución de estos comportamientos de salto y planeo.
Cómo vuelan las serpientes
La imagen de una serpiente que vuela parece sacada de una pesadilla, o de algunas películas de Hollywood, pero en las selvas del sur y el sudeste asiático es una realidad: las serpientes son capaces de lanzarse desde los árboles y planear en el aire. Los cuerpos de las serpientes carecen de piernas y brazos. Pero sus cuerpos ágiles son capaces de atravesar lugares increíblemente estrechos. Esta habilidad depende de la combinación de flexibilidad en la espina dorsal, una fuerte musculatura y de su escamas ventrales en la parte inferior.
Las cinco especies de "serpientes voladoras" del género Chrysopelea, autóctonas de Asia, tienen bajo la manga un truco aún más impresionante: pueden aplanar el cuerpo en pleno aire y planear entre las copas de los árboles como las ardillas voladoras, cubriendo una distancia de hasta 91 metros.
En realidad, estos animales no se desplazan por las alturas como tal, sino que se impulsan con fuerza hacia arriba planeando. Es decir, utilizan la velocidad de la caída y las contorsiones de su cuerpo para atrapar el aire y generar un impulso ascendente. Estos reptiles cambian radicalmente la forma de su cuerpo para generar las fuerzas aerodinámicas necesarias para realizar su hazaña, según un estudio publicado en la revista especializada Journal of Experimental Biology.
Mediante movimientos ondulantes hacia adelante y hacia atrás, la serpiente es capaz de realizar giros. Técnicamente, las serpientes voladoras planean mejor que su equivalente entre los mamíferos, la más conocida ardilla voladora.