Cómo explicar a los niños la pandemia de coronavirus

Mantener la calma y ser sincero puede ayudar a tus hijos a no ponerse nerviosos.

Por Ruth A. Musgrave
Publicado 20 mar 2020, 11:44 CET
Una madre habla con su hijo.
Fotografía de Tetra Images / Getty Images

Con el cierre de los colegios y la cancelación de eventos multitudinarios, quizá tus hijos tengan preguntas y preocupaciones sobre el coronavirus, o COVID-19. Puede ser un tema difícil del que hablar, sobre todo cuando tú también tienes dudas e inquietudes.

«Los niños necesitan sentirse seguros y no preocuparse. Ayudarlos a hacer eso es nuestro papel principal como adultos fiables en las vidas de los niños», explica Katie Ryder, médica de familia en Kaiser Permanente, en la región mesoatlántica.

Te proponemos algunos consejos para explicarles el coronavirus a tus hijos.

Lo principal: mantén la calma

Sabemos que es más fácil decirlo que hacerlo, pero los niños pueden percibir lo que sientes. Si muestras pánico o ansiedad, ellos también lo harán. Puedes validar sus inquietudes mostrando que entiendes por qué podrían estar nerviosos y que un poco de nerviosismo está bien. «Pero es importante que sepan que no tiene por qué cundir el pánico», afirma Ryder.

Háblales con calma sobre qué está pasando y tranquilízalos diciéndoles que hay gente esforzándose para mejorar la situación. «Los niños deben saber que los adultos están trabajando juntos para garantizar la seguridad de los niños», afirma Rebecca Goertzel, directora de la Escuela Elemental de Chautauqua de la isla Vashon, en la costa de Seattle.

Evita saturarlos de información

Es posible que los niños pequeños no hagan preguntas y, en ese caso, no hay motivo para hablar del tema. Con todo, otros niños querrán respuestas y los padres no deberían evitar hablar de lo que está pasando. «Sed honestos. Pero no los asustéis ni os pongáis alarmistas», afirma Goertzel. Limitar exponerlos a las noticias en la televisión y en las redes sociales (sobre todo conforme el número de contagiados aumenta) puede ser de gran ayuda, ya que un exceso de información puede hacer que sus imaginaciones activas empiecen a pensar en algo parecido al apocalipsis zombi.

Ayúdalos a sentir que tienen el control

Una de las mejores formas de tranquilizar a los niños es ayudarlos a sentir que pueden protegerse a sí mismos y a otras personas. Cuéntales que si siguen las normas para mantenerse sanos, eso ayuda a otras personas a seguir sanas, ya que así el niño no propaga la enfermedad. «Este es su trabajo: hacer lo que ya saben que deberían estar haciendo para mantenerse sanos a sí mismos y a los demás», afirma Ryder.

Así que, mientras les recuerdas qué tienen que hacer para no enfermar (lavarse las manos, toser y estornudar en la parte interna del codo, no tocarse la cara), explícales que estas medidas también protegen a los demás. «Y hazlo de forma divertida. Haz que se choquen los codos en vez de chocarse los cinco», afirma Goertzle.

Sé realista sobre si pueden enfermar

La buena noticia es que pocos niños parecen padecer el coronavirus y cuando se contagian, los síntomas suelen ser leves. Explícales que ya habían tenido enfermedades similares, como la gripe o el resfriado, y que esas veces se han recuperado. Es probable que el coronavirus les afecte de forma similar.

Con todo, es probable que también les preocupen otros miembros de la familia. De nuevo, explícales que la mayoría de los adultos que contraen la enfermedad se han recuperado y que los médicos y los científicos están trabajando duramente para proteger a todo el mundo. ¿Y el abuelo y la abuela? «Hemos recomendado que si los padres o los niños tienen síntomas de resfriado pospongan esas visitas», afirma Ryder. Consuela a los niños con llamadas de teléfono o videollamadas para enseñarles que todo va bien.

Mantén una rutina normal

Es importante que ante las recomendaciones de distanciamiento social los niños sientan que sus vidas no se han visto muy alteradas. Establece una rutina diaria en casa y (siguiendo los consejos de tu médico) sigue haciendo actividades normales, como ensayar con el piano, leerles antes de dormir, cocinar juntos o, si podéis, jugar en el jardín.

Plantéate añadir nuevas actividades caseras a la misma hora cada día, como hacer una videollamada con la abuela y el abuelo, hacer ejercicio (diles que es un concurso de baile) o hacer manualidades. Estar encerrados y lejos de sus amigos no será divertido. «Pero al quedarse en casa, los niños y las familias ayudan. Forman parte de la solución», afirma Goertzel.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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