Representación artística de Titanomachya gimenezi

Nuevos fósiles revelan uno de los titanosaurios más pequeños jamás hallados

El 'Titanomachya gimenezi' es 10 veces más pequeño que otros titanosaurios y revela nuevos detalles sobre la vida en la antigua Patagonia antes de que el asteroide acabara con los dinosaurios.

Una representación artística muestra a los nuevos titanosaurios, Titanomachya gimenezi, tal y como podrían haber vivido en la Patagonia central hace 67 millones de años.

Fotografía de Illustration by Gabriel Díaz Yantén
Por Riley Black
Publicado 12 abr 2024, 11:48 CEST

Un nuevo dinosaurio descubierto en la Patagonia se cuenta entre los gigantes más pequeños. Llamado Titanomachya gimenezi, este herbívoro de cuello largo pertenecía a una familia de dinosaurios normalmente inmensos llamados titanosaurios. Pero incluso adulto, Titanomachya tenía el tamaño de una vaca, aunque muy corpulenta.

El nuevo dinosaurio fue descubierto por el paleontólogo del Museo Paleontológico Egidio Feruglio y el National Geographic Explorer Diego Pol y sus colegas como parte de su búsqueda científica para comprender cómo se desarrolló el final de la era de los dinosaurios en Sudamérica. Hasta la fecha, la mayor parte de lo que los paleontólogos saben sobre los últimos días de los dinosaurios (un período conocido como el Cretácico tardío) proviene de hallazgos fósiles del hemisferio norte y, en particular, de Norteamérica.

Pero como Pol y otros paleontólogos que trabajan en América del Sur están demostrando, el continente tiene varios fósiles cruciales que están produciendo nuevas especies y una visión más detallada de la vida en los pocos millones de años antes del catastrófico impacto de un asteroide que puso fin al Cretácico con una explosión hace unos 66 millones de años.

Este nuevo titanosaurio es el último hallazgo de la región. Hasta ahora, Pol y sus colegas han descubierto más de 20 yacimientos ricos en fósiles que datan de finales del Cretácico en Argentina. Y en uno de ellos (la Formación La Colonia, en la Patagonia central) es donde los investigadores hallaron un puñado de huesos de un saurópodo de cuello largo. Nunca antes se habían encontrado saurópodos en esta formación.

"Antes de este descubrimiento, no había registros de dinosaurios saurópodos en esta región", afirma Pol. El hallazgo fue descrito el 11 de abril en la revista Historical Biology.

Según los investigadores, reconstruir el dinosaurio fue como resolver un rompecabezas gigante.

"Los restos estaban desarticulados pero colocados muy cerca unos de otros", explica Pol.

De vuelta al laboratorio, el equipo descubrió costillas, vértebras, huesos de las extremidades y parte de una cadera. Bautizaron al reptil con el nombre de Titanomachya gimenezi por el momento en que los olímpicos lucharon contra los titanes en la mitología griega, conocido como la Titanomaquia, y por el trabajo de la paleontóloga Olga Giménez.

A pesar de tener sólo un esqueleto parcial, los huesos son lo suficientemente distintos de los de otros dinosaurios como para justificar la distinción de nueva especie, afirma el paleontólogo de la Universidad Maimónides (en Buenos Aires, Argentina) Pablo Gallina, también National Geographic Explorer que no participó en el nuevo estudio. Llama la atención lo pequeño que es este nuevo dinosaurio.

"Cuando uno piensa en estos saurópodos titanosaurios, le viene a la mente un dinosaurio grande con un cuello y una cola largos", dice Gallina; "especialmente de la Patagonia, donde se encuentran los titanosaurios más grandes y alcanzan las 70 toneladas". Este dinosaurio es sólo una fracción de su tamaño.

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La duda: ¿por qué era tan pequeño?

A partir de las dimensiones de los huesos fosilizados de las extremidades, Pol y sus coautores estiman que el Titanomachya pesaba entre cinco y 10 toneladas, pero con las dimensiones corporales de una vaca grande y un cuello y cola largos, que alcanzaban unos seis metros de longitud, es decir, más o menos la longitud de un minibús.

Es absolutamente insignificante comparado con otros titanosaurios. Los titanosaurios más grandes medían más de 30 metros y pesaban más de 70 toneladas. El Titanomachya era un animal relativamente pequeño que vagaba por lo que hoy es Argentina, cerca del final del Cretácico, hace unos 67 millones de años.

El mundo del Titanomachya era muy diferente de la Patagonia que los paleontólogos conocen hoy en día. En el Cretácico Superior, según Pol, la zona estaba salpicada de lagunas costeras y estuarios. Era un lugar húmedo y pantanoso, acechado por el "toro carnívoro" Carnotaurus, y un elenco de otras diversas especies de dinosaurios que los paleontólogos apenas están empezando a comprender. Otras expediciones a la Formación La Colonia, donde se halló este titanosaurio, han encontrado hadrosaurios con pico de pato, anquilosaurios acorazados y otras especies. Titanomachya es quizá sólo la punta de un iceberg fósil.

Sin embargo, es un misterio por qué Titanomachya era tan pequeño. "El tamaño del cuerpo es particularmente sorprendente, no sólo para esta especie, sino también para otros titanosaurios que vivieron en la Patagonia hacia finales del Cretácico", dice Pol.

Los expertos están investigando varias hipótesis para explicar su minúsculo tamaño, entre ellas que su pequeñez fuera el resultado de la adaptación de los titanosaurios a las presiones ambientales.

"Una posibilidad es la reducción de la superficie terrestre disponible debido a la transgresión del océano Atlántico, que cubría grandes extensiones de la Patagonia", afirma Pol. Alrededor de la mitad de la superficie terrestre de la Patagonia estuvo antaño cubierta por un mar poco profundo. Los paleontólogos tienen pruebas de otros yacimientos fósiles, como los restos de islas del Cretácico en lo que hoy es Transilvania, que muestran que las especies de dinosaurios saurópodos a veces evolucionaban para ser más pequeñas y sobrevivir en espacios reducidos con menos alimentos.

También podrían haber influido otros cambios ambientales. "Cambios significativos en los ecosistemas y el clima podrían haber afectado al tamaño de los titanosaurios", afirma Pol. Los investigadores que estudian los fósiles de la región seguirán investigando esta cuestión.

Más fósiles ayudarán a revelar tendencias medioambientales más amplias. Para pintar ese cuadro, necesitarán involucrar a especies mucho más diversas que los dinosaurios. "Creemos que estamos empezando a descubrir el mundo del final del Cretácico en la Patagonia", afirma Pol.

"Nuestro proyecto no sólo se centra en los dinosaurios, sino también en las plantas, los invertebrados y otros grupos de animales". En última instancia, quiere ayudar a crear una imagen detallada de los ecosistemas del Cretácico antes de que fueran arrasados por el desastre.

Esta visión holística de la vida en los años anteriores al impacto del asteroide que puso fin a la era de los dinosaurios es, a su vez, esencial para comprender cómo cambió el mundo a raíz de aquel suceso de extinción masiva.

"La extinción de finales del Cretácico fue una crisis mundial de la biodiversidad", afirma Pol, cuya comprensión requiere pruebas procedentes de todo el mundo.

En la Patagonia del Cretácico, por ejemplo, los paleontólogos están encontrando pruebas de que la tierra, la flora y la fauna estaban experimentando cambios significativos. Titanosaurios como Titanomachya empezaban a desaparecer, mientras que otros herbívoros, como hadrosaurios y anquilosaurios, asumían nuevas funciones en el ecosistema. En última instancia, este pequeño titán marca un cambio que acabaría con una de las mayores calamidades de todos los tiempos.

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    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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