15 de noviembre de 2011
Como equilibrar los placeres del paladar con la pesca sostenible
La sostenibilidad del alimento marino representa una relación saludable que puede durar para siempre. Cuando el ser humano se alimenta de pescado, está dejando una marca indeleble en el ecosistema marino. Es imprescindible como consumidores que seamos conscientes del impacto de nuestros actos en el medio.
Los océanos mantienen la vida de la tierra, y son fundamentales para nuestra supervivencia. No solo cubren más del 70% de la superficie del planeta, sino que además soportan sobre sus hombros el peso de la sobreexplotación de unos recursos que, de no ser utilizados conscientemente, tendrán consecuencias funestas sobre todo el entorno. El respeto por los océanos nos afecta en muchas maneras de las cuales no somos conscientes, desde el acceso a una nutrición saludable (y en muchas ocasiones más que sabrosa), pasando por el crecimiento económico hasta llegar incluso a nuestras estructuras sociales, por ello hemos de tener en cuenta estos factores en nuestro día a día a la hora de elegir qué productos vamos a consumir.
Haz una llamada a la reflexión y aprende a tomar la decisión correcta para tu salud y la del planeta- Barton Seaver, chef y experto en nutrición oceánica.
¿En qué consiste la nutrición oceánica sostenible?
No hace demasiado tiempo que pensábamos que el botín de los mares era ilimitado, pero cada vez más, nos damos cuenta de que no es así. La optimización de las artes de pesca, unida al crecimiento de la población y al consumo masivo de especies acuáticas nos ha llevado a una sobreexplotación de los océanos del 70%, y, poco a poco está llevando a estos al borde del colapso.
Pensar que una saturación así es simplemente un problema alimenticio es una irresponsabilidad que solo nos puede llevar al debacle.
La nutrición sostenible es el camino para repoblar los espacios antes de que sea demasiado tarde, y cuidando estos entornos, podremos legar un testigo impagable a las generaciones venideras.
Según numerosas asociaciones de consumidores, nuestras decisiones a la hora de comprar o no diferentes especies, tamaños y vigilar la procedencia de nuestra alimentación, puede tener consecuencias notablemente positivas en el entorno.
Las pescaderías sostenibles ofrecen un amplio espectro de especies, incluyendo las de pequeño tamaño (por especie, no por crecimiento) que tienen mayor facilidad para recuperar las bajas sufridas por la pesca. También informan de las artes de pesca con las que se ha obtenido el producto, escapando de aquellas que son dañinas para el entorno, y valorando las formas tradicionales de pesca sostenible. Consumiendo este tipo de productos, podremos tener además esa garantía de calidad que nos ofrece el saber a qué proceso se ha visto expuesto el animal desde su captura hasta nuestra mesa.
Las piscifactorías, por su parte, producen la mitad del alimento marítimo que se consume en el mundo, pero no en todas trabajan de la misma forma. Las que lo hacen de una forma sostenible producen menor cantidad de residuos, minimizando el impacto medioambiental, además de utilizar una alimentación más saludable para los propios peces, cuestión que luego repercutirá en el producto de una forma altamente positiva y por descontado, estaremos consumiendo un plato de una calidad infinitamente superior.