Tania Head, la mayor mentira del 11S
Tania Head, pasó de vivir en el total anonimato a ser el icono entre las victimas del 11S.
11 de septiembre de 2015
¿Qué lleva a una persona a elevar una mentira a nivel internacional y hacerlo sin ánimo de lucro?
Alicia Esteve, más conocida como Tania Head, pasó de vivir en el total anonimato a ser el icono entre las víctimas del 11S. La historia que hilvanó en torno a su vida la puso en boca de toda la gente relacionada con la catástrofe, algo que hizo que 6 años después del atentado se descubriera la verdad, no estaba a punto de casarse, no trabajaba en la empresa que decía, no había estudiado en las universidades más famosas del país, no se llamaba Tania Head y lo que es peor, no había estado en la torre sur el día del accidente.
¿Cuáles son las claves de esta mentira? ¿Qué lleva a una persona a ultrajar de esta forma la memoria de las víctimas?
Según las declaraciones de varias amigas de la infancia de Alicia, ella nació en el seno de una familia de clase alta en Barcelona, siendo la menor de cinco hermanos, siempre fue el centro de atención de su familia. En los años noventa, la empresa familiar cayó, involucrando a su padre en varios escándalos y haciéndole perder una parte de su fortuna, que, según diversas fuentes, afectó a nivel personal a la propia Alicia.
Tras estudiar en EEUU, y obtener una alta calificación académica, volvió a España, y muchos de sus compañeros de trabajo la tacharon de ser “una persona altamente competitiva, que solo se rodeaba de gente que no le iba a hacer la competencia” describiendo en muchas ocasiones a Alicia como una persona que hacía difícil la convivencia entre compañeros.
11S, nace Tania Head
Tras los atentados los atentados del 11 S, aparece públicamente una persona altamente afectada por la tragedia, ella es Tania Head, una joven dentro de los 19 supervivientes que estaban en plantas superiores al lugar de la colisión en la torre Sur.
Tania, había estudiado en Harvard y Stanford, y trabajaba en la planta 78 de la torre Sur en Merrill Lynch, el lugar donde impactó el avión, que según ella, decapitó a su secretaria. En el momento del impacto se quedó inconsciente, y su brazo, empezó a arder. Habría perecido de no ser por la ayuda de un voluntario que, con la cara tapada con un pañuelo rojo, le apagó las llamas y la ayudo a salir.
En su huida, un hombre desconocido, en su lecho de muerte, le dio su anillo de bodas para que se lo entregase a su esposa, y Tania, lo hizo en cuanto pudo.
Además de sufrir este calvario, Tania, perdió a su prometido en la torre Norte, con el que iba a contraer matrimonio en pocos días.
Tras esto, Tania permaneció en el anonimato, posteando en las redes de supervivientes y creando un mito en torno a su persona, era la súper superviviente, y el 28 de enero de 2004 apareció por fin en escena, llegando a convertirse en la presidenta de la asociación de víctimas del Word Tarde Center.
De superviviente a leyenda
Tania Head tenía un brazo maltrecho, y aseguraba que era una herida sufrida en el día del atentado. Su forma física, el brazo, y su alta capacidad empática hicieron que la gente la idolatrara, ella sufría, canalizaba su dolor a los demás, y también absorbía el del resto, logrando que la gente depositase su confianza en ella, y llegando a ser una leyenda. La heroína del 11S, llegó a ser guía para dos alcaldes de nueva York en el Word Tarde Center, y para diversas celebridades.
Ni la prensa ni la opinión pública llegaron a dudar acerca de la veracidad de las historias contadas por la mujer, y consideraban que las lagunas que se podían encontrar en estas eran cuestiones demasiado dolorosas para recordarlas.
Se destapa un fraude
Algunos periodistas del New York Times intentaron en 2007 entrevistar a Tania, y esta, siempre les contestaba con evasivas o simplemente negaba las entrevistas, con lo que los reporteros comenzaron a investigar su historia por sus propios medios.
En ese momento se destapó el fraude.
Tania Head era en realidad una barcelonesa que se había graduado en una escuela de negocios en España después de la tragedia de las Torres, y en ese momento, nadie tenía conocimiento de que hubiese estado en Nueva York. Tras esto, se consultó a las universidades de Harvard y Stanford, en las cuales no tenían constancia de una alumna llamada Tania Head, ni los familiares y amigos de su prometido, ni en el hospital, ni en la empresa en la que trabajaba habían oído hablar de Tania Head. Ni de Tania ni de Alicia Esteve, su verdadero nombre.
Tras esto, ella desapareció, y volvió a Barcelona, y según algunas fuentes, sigue creyendo que fue una víctima del terrorismo, es decir, que llegó un momento en el que dejó de interpretar un papel, pues ella pensaba que su mundo de ilusión era una realidad y vivía en ella.
Rompiendo una lanza a su favor, nunca se le pudo imputar ningún delito, pues en ningún momento recibió ayudas ni compensación económica por sus servicios prestados a la asociación de víctimas.