Selva tropical
Mientras las tasas de deforestación continúan al alza a nivel mundial, las selvas tropicales continúan degradándose también debido al cambio climático.
Los nuevos satélites emiten señales en zonas que antes tenían poca cobertura (incluidas las regiones selváticas del Congo, mostradas en la imagen). Esto aumenta la capacidad cartográfica del GPS para los viajeros.
Las selvas tropicales de todo el mundo, desde Centroamérica hasta el río Mekong, están siendo taladas para hacer sitio a granjas y cultivos, o bien para obtener madera o construir carreteras.
También llamadas selva ecuatorial o bosque tropical húmedo, la selva tropical es un denso bosque que tiene grandes precipitaciones y una temperatura media elevada.
Sin embargo, tan solo desde la década de 1990 se ha talado hasta un 20 por ciento de las selvas tropicales del mundo, mientras que otro 10 por ciento se ha degradado a medida que el cambio climático ha traído consigo temperaturas más altas, estaciones secas más largas y sequías más frecuentes.
Según datos de Forest Frontiers Initiative, el 30 por ciento del área terrestre global está cubierta por bosques, es decir, unas 3,9 mil millones de hectáreas, aunque se estima que la cubierta forestal original a nivel global era de seis mil millones de hectáreas.
La deforestación arrasa las selvas tropicales
En Brasil, que alberga el 30 por ciento de las selvas tropicales que todavía sobreviven, se perdieron más de 80 000 kilómetros cuadrados de selva tropical debido a la deforestación entre 2000 y 2005.
Y la tendencia no ha dejado de aumentar: tan solo entre julio de 2020 y agosto de 2021, se disparó un 22 por ciento respecto al mismo período del año anterior, alcanzando el mayor récord de los últimos 15 años, según datos del gobierno brasileño.
Los biólogos muestran una gran preocupación por sus consecuencias a largo plazo. La sequía podría ser una de ellas. Algunas selvas tropicales, incluido el Amazonas, comenzaron a sufrir la sequía en la década de los 90 debido a la deforestación y el calentamiento global.
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Se están llevando a cabo iniciativas para luchar contra la desforestación, como la tala sostenible, pero hasta ahora han tenido un impacto insignificante. También se han llevado a cabo otras medidas a nivel regional como la Iniciativa de la Gran Muralla Verde del Sahara.
En 2021, un equipo de científicos de élite reunidos por la National Geographic Society creó un índice para detectar qué bosques necesitan ayuda urgente. Este estudio sugiere que los bosques están perdiendo su capacidad de almacenar carbono y reciclar agua, por lo que son mucho más vulnerables al cambio climático de lo que se pensaba.
Según alertan, al ritmo previsto de calentamiento global y de aumento de las actividades de uso del suelo, los bosques podrían convertirse en una fuente de carbono para la atmósfera en lugar de continuar su papel como sumideros de carbono.
Amenazadas ante el cambio climático
Las selvas tropicales, o ecuatoriales, prácticamente se autoabastecen de agua. Las plantas liberan agua a la atmósfera a través de un proceso llamado transpiración y así sus árboles pueden liberar unos 760 litros de agua al año.
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Esta humedad ayuda a que se forme la espesa nube que cubre la mayoría de las selvas tropicales. Incluso cuando no llueve, estas nubes mantienen la selva cálida y húmeda.
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Las plantas que crecen en estas selvas lo hacen de forma muy apretada y se enfrentan a la amenaza constante de insectos depredadores. Se han adaptado fabricando sustancias químicas que los investigadores han descubierto que son muy útiles como medicinas.
La biodiversidad vital de las selvas tropicales
La bioprospección, la búsqueda en selvas tropicales de plantas que puedan ser utilizadas en alimentos, cosméticos y medicinas, se convirtió durante la pasada década en un gran negocio y los beneficios que obtienen de ellos las comunidades nativas varían de nada a importantes sumas.
El Instituto Nacional del Cáncer (Estados Unidos) calcula que el 70 por ciento de las plantas identificadas hasta ahora que tienen efectos contra el cáncer se encuentran en selvas tropicales.
El Calanolide A, un nuevo medicamento que está desarrollando una empresa farmacéutica, posiblemente para tratamientos contra el VIH, proviene de un árbol descubierto en Borneo, según el Instituto Nacional del Cáncer.
Muchos árboles y plantas, como las orquídeas, han sido transportados desde las selvas tropicales y cultivadas. Los avellanos brasileños, árboles muy valiosos, únicamente crecen en tranquilas zonas de la selva tropical amazónica.
Ahí es polinizado por abejas, que también visitan a las orquídeas, y sus semillas son esparcidas por los agutis, pequeños mamíferos de los árboles.
Artículo publicado el 15 de septiembre de 2011 y actualizado el 25 de abril de 2022.