Indignación ante el sacrifico de la jirafa Marius

Por Redacción National Geographic
La jirafa Marius yace muerta el 9 de febrero. Los visitantes, incluidos varios niños, presenciaron el sacrificio y desmembramiento.

13 de febrero de 2014

La jirafa Marius, de 18 meses y sin ningún problema de salud, ha sido sacrificada con un disparo en el zoo de Copenhague. Después ha sido despedazada frente a los visitantes, incluidos varios niños, para servir de alimento a los leones.

Según Bengt Holst, director científico del centro, «debemos verlo como una señal positiva y una garantía de que en el futuro contaremos con una población sana de jirafas en los zoológicos europeos».

La muerte de Marius ha provocado indignación en las redes sociales y ha sido vista por algunos como una provocativa respuesta a la campaña llevada a cabo contra la muerte del animal los días antes de su ejecución. El personal del zoo ha recibido incluso amenazas de muerte.

El zoológico ha explicado que no había alternativa, porque Marius no podía formar parte del programa de cría para evitar la consanguinidad entre jirafas.

Según sus portavoces, han tenido que sacrificarla porque en el programa hay ya abundancia de jirafas con genes similares.

Según Holst, la castración o el control químico de la natalidad no habrían sido opciones útiles, y el lugar de Marius en el zoo será más útil si es ocupado por una «jirafa cuyos genes ofrezcan diversidad a la población».

Otros no están tan convencidos. «No puedo creerlo», dice Robert Kruijif, director de un parque de Holanda que hizo una oferta de último minuto para acoger a Marius. «Nos ofrecimos para salvarle la vida. Los zoológicos tienen que cambiar la forma de hacer negocio».

El personal del Yorkshire Wildlife Park de Inglaterra hizo una oferta similar, llamando la atención sobre sus modernas instalaciones para jirafas en las que ya acogieron en 2012 a una del zoo de Copenhague.

El rechazo internacional ante esta muerte contrasta con la escasa reacción que ha habido ante el sacrificio de seis leones sanos en el Longleaf Safari Park británico que tuvo lugar el mismo día. También se registraron críticas en su página de Facebook, pero no se alcanzó el mismo nivel de denuncia que con Marius.

La petición para salvar a la jirafa ha cerrado con la noticia de su muerte. Ahora, una petición para destituir a Bengt Holst como director científico del zoo de Copenhague lleva ya más de 2.000 firmas.

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