Los lagartos respiran en una sola dirección, como las aves

Por Redacción National Geographic
Un Varanus exanthematicus.

13 de diciembre de 2013

El lagarto varano de sabana (Varanus exanthematicus) no come como las aves, pero sí respira como ellas: según un nuevo estudio, este animal, junto con el llamado aligátor americano, respira también en una dirección.  

El hallazgo resulta sorprendente porque esta forma de respirar era propia de las aves, que necesitan más cantidad de oxígeno para volar: sus pulmones pueden contener más cantidad y son más eficaces a la hora de llevarlo a la sangre.

Así, se pensaba que esta característica era única en las aves y los animales de sangre caliente. Sin embargo, esta creencia cambió en 2010, cuando Colleen Farmer, de la Universidad de Utah (Estados Unidos), y su equipo descubrieron que en los aligátores la circulación del aire también es unidireccional.

Ahora, Emma Schachner ha añadido otra especie a la lista: «Descubrir la misma característica en un lagarto significa que no hay ninguna relación entre la respiración unidireccional y la sangre caliente», afirma.

Cuando los humanos y otros mamíferos respiran, el aire circula por las mismas vías durante la inhalación y la exhalación. Al inhalar, el aire se introduce a través de la nariz y la boca y fluye por la tráquea, entonces se divide y llega a los bronquios. Ahí se sigue dividiendo, una y otra vez, hasta alcanzar los alveolos.

Cuando exhalamos, el aire restante hace el recorrido contrario, a través de los mismos conductos, hasta ser expulsado por la nariz y la boca. Por eso decimos que nuestro sistema respiratorio es bidireccional.

Las aves, sin embargo, tienen un sistema de un único sentido. El aire recorre la tráquea y luego se divide: la mitad se dirige a los sacos aéreos posteriores y la otra mitad a los anteriores. Estos sacos, estructuras que solo tienen las aves, se contraen durante la exhalación y el aire de los anteriores se vacía directamente en la tráquea y es expulsado por las vías nasales. Los posteriores, sin embargo, se vacían en los pulmones. Al fluir el aire fresco a través de los pulmones en una sola dirección, el intercambio de gases es más eficiente que en el caso de los mamíferos, y el oxigeno llega a la sangre gracias a los parabronquios, que funcionan de manera similar a los alveolos humanos.

«Las aves reciben oxígeno durante la inhalación y la exhalación, no como los mamíferos, que solo lo obtienen al inhalar», afirma Schachner.

Ahora, la científica quiere descubrir si los dinosaurios respiraban también en una sola dirección. Debido a que no es posible estudiar su aparato respiratorio a través de los fósiles, es necesario hacerlo a partir de sus descendientes, como las aves y los reptiles. 

Así, escogió el Varanus exanthematicus, considerando que si este lagarto respira de forma similar a las aves modernas, es posible que esta característica evolucionara antes que los dinosaurios y pudiera darnos una idea de cómo vivían y respiraban éstos. 

«De momento, el jurado sigue deliberando», bromea.

«Los pulmones del lagarto son muy distintos de los de las aves, por lo que no podemos saber, hasta que estudiemos otra especie, si la evolución del flujo unidireccional surgió en un ancestro común a aves, cocodrilos, lagartos y dinosaurios o si evolucionó de forma independiente».

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