Las 21 mejores playas del mundo
Encontrarás la perfección en estos lugares en los que la tierra se encuentra con el mar.
18 de enero de 2017
Pide a los verdaderos amantes de las playas que te digan cuál es su favorita, y la respuesta cambiará con la marea. Por suerte, nuestro planeta está cubierto de océanos, mares y lagos, lo que significa que existe una playa para cumplir cada capricho. Desde nacaradas curvas costeras cubiertas de conchas, a bahías turquesa llenas de peces de tantos colores como los Lacasitos.
No todas son iguales, pero aquí enumeramos 21 de las mejores que conocemos.
MARAVILLAS GEOLÓGICAS
Playa del Amor, islas Marieta, México: Nadar en una apertura prácticamente invisible desde el mar explica por qué que los habitantes locales la denominan “la playa escondida”, rodeada de un impresionante anillo rocoso que forma un óculo natural desde el que contemplar el sol y el cielo. Solo seis visitantes al mismo tiempo pueden visitar la Playa del Amor a través de turoperadores aprobados, como Punta Mita Adventures.
Playa de las Catedrales, Ribadeo, España: Para una visita “eclesiástica” como nunca otra, dirígete a Ribadeo, en la costa noreste de Galicia, donde los arcos de decenas de metros de altura esculpidos por las olas, similares a los arbotantes de las catedrales góticas, se levantan sobre la arena. Podrás caminar entre ellos con la marea baja, pero ten en cuenta que, cuando el golfo de Vizcaya se eleva, la playa sucumbe rápidamente al surf.
Anse Source d’Argent, La Digue, Seychelles: Con gigantescas rocas manchadas por el sol, serenas aguas turquesa, arena blanca como la nieve, palmeras y una jungla repleta de vegetación, esta playa del océano Índico parece haber sido creada por un diseñador de decorados de Hollywood. No es extraño que aparezca normalmente como la playa más fotografiada del mundo.
AISLAMIENTO LLENO DE PAZ
“One Foot Island”, Aitutaki, islas Cook: Fue la sensación palpable de abandono la que atrajo al equipo de rodaje del popular reality show “Survivor” (“Supervivientes”) a este atolón de 15 islas. Tapuaetai, que significa “una pisada” en el dialecto maorí local, se encuentra a un tiro de piedra a través de la laguna translúcida, con una línea costera bordeada por cocoteros que se puede recorrer en 15 minutos. Pero no tengas prisa y no olvides ponerte el sello de pasaporte con forma de pisada en la cabaña que se ha convertido ahora en oficina de correos.
Sunset Beach, islas Brunswick, Carolina del Norte: En el extremo oeste de esta remota playa, a un kilómetro y medio del punto de acceso, se encuentra un solitario buzón de correos, colocado ahí por el habitante local Frank Nesmith en los años 70. Este se llena continuamente con libretas que invitan a los visitantes a escribir sus pensamientos, sueños, deseos o cualquier otra cosa conmovedora para el alma.
Lazy Beach, isla de Koh Rong Samloem, Camboya: Si las cabañas con techos de paja, las aguas cristalinas y las playas de arena sedosa te parecen son razón suficiente para subirse a un barco en Sihanoukville y unirte a una excursión de 2 horas y media al golfo de Tailandia, entonces tómate el nombre de esta playa al pié de la letra (“Playa Perezosa”) y ven a pasear por la jungla, échate la siesta en una hamaca en el porche y deja que tu vida transcurra lentamente.
BUSCADORES DE CONCHAS
Bowman's Beach, isla Sanibel, Florida: En esta playa, los coleccionistas de conchas se encorvan en una posición apodada “la joroba de Sanibel” en busca de caracolas, coquinas y dólares de arena, entre otras docenas de variedades que viajan en las corrientes del golfo de México. Hazte con gorros, cubos y crema solar en Bailey’s General Store, la tienda favorita de la isla.
Shell Beach, bahía Shark, oeste de Australia: Al límite del continente y formando parte de la bahía Shark, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se extiende durante kilómetros un número incalculable de conchas de berberecho, en algunas partes llegando a los 9 metros de profundidad. No olvides llevarte recuerdos y fotografías. Puedes también detenerte en el restaurante Old Pearler, construido íntegramente a partir de conchas de esta playa.
Lyme Regis, Inglaterra: Los paleontólogos en ciernes y los coleccionistas de conchas adoran las amonitas en forma de espiral y los restos fósiles de criaturas marinas de 180 millones de años de antigüedad que se encuentran incrustadas en las rocas y la arena de esta costa jurásica de Inglaterra. El Lyme Regis Museum organiza paseos guiados para contemplar los fósiles y el festival anual de fósiles, celebrado en mayo, es una celebración de las ciencias de la Tierra a través de obras de teatro, música y exposiciones interactivas.
Cannon Beach, Oregón: Los trotamundos son bien recibidos en la mayor parte de los 640 kilómetros de playas públicas de Oregón, incluyendo esta amplia banda de arena firme que tiene un deleite añadido para la vista: Haystack Rock alzándose imponente mar adentro. Una exhibición canina se despliega anualmente frente al Surfsand Resort cada octubre.
Playa de Carmel City, Carmel-by-the-Sea, California: “Es difícil saber quién disfruta más en la playa de Carmel: los perros que pueden campar a sus anchas sin correa o sus amos, que pueden admirar la mundialmente conocida Pebble Beach al norte y Point Lobos al sur”, explica Kelly E. Carter, autora del libro de National Geographic “La Guía de Viaje del Amante de los Perros” (“The Dog Lover’s Guide to Travel).
Playa de Noordwjk, Países Bajos: Dejando atrás los campos de tulipanes del sur de Holanda, entre Ámsterdam y La Haya, la ciudad costera de Noordwijk posee una playa para perros aparte para que estos animales retocen junto al mar del Norte. Existen también rutas a pié para estrechar lazos entre dueños y mascotas, así como restaurantes y alojamientos que aceptan perros, incluyendo Take2 Beach & Bungalows, cerca de la entrada de la playa para perros.
Playa Papakōlea, Hawái: Esta pequeña cala obtiene su buen aspecto verdoso gracias a unos cristales diminutos denominados olivino, que se encuentra en las rocas del cono de escoria circundante, Puu Mahana, de 49.000 años de antigüedad. Para llegar aquí es necesaria una extenuante caminata de más de 3 kilómetros, pero ¿no vale la pena dejar tus huellas en una de las pocas playas con arena verde en el mundo?
Playa Reynisfjara, Islandia: En los días soleados en la costa meridional islandesa, la arena negra como la tinta y las chimeneas de basalto de la playa Reynisfjara tienen un aspecto absolutamente impactante. Pero no te pongas cómodo: “el potente oleaje ya ha derribado antes a varias personas”, explica Katie Hammel, que ha trabajado en la empresa con sede islandesa TripCreator.
Pink Beach, isla Gran Santa Cruz, Zamboanga, Filipinas: Aunque le sobran playas hermosas, Filipinas también puede presumir de tener playas con arena rosa. Este color procede de miles de millones de pedacitos rojos de coral de tubo de órgano, que se pueden observar entre la arena. El número de visitantes a la isla está regulado y los preparativos deben realizarse a través de la oficina de turismo de Zamboanga.
Pelican Beach, cayo South Water, Belice: “Se trata del único lugar de Belice donde puedes nadar de forma segura y en cuestión de minutos hasta un arrecife, y explorar la Reserva Marina del cayo South Water, repleta de corales de colores, rapes, peces cirujano o tortugas marinas, y todo en menos de seis metros de agua”, explica la autora de una guía de viaje, Lebawit Lily Girma.
Blue Bay, Mauricio: Adéntrate en el Índico en el extremo oeste de la playa pública y te encontrarás con los peces loro entre toda la abundante y destellante vida marina que florece en el Parque Marino de Blue Bay, de 3,5 kilómetros cuadrados. El Shandrani Beach-comber Resort and Spa y el Blue Lagoon Beach Hotel también poseen accesos desde los que se puede nadar.
Playa Cas Abao, Curazao: Rodeado de arrecifes, Curazao esconde un maravilloso mundo caribeño bajo el agua, y esta playa es una de las pocas con arena en la árida isla, con un bar y una tienda en la que podrás alquilar equipo de buceo. Ve directamente a la cristalina y poco profunda bahía llena de gorgonias y corales, peces tropicales, esponjas y tortugas marinas, entre otros animales.
Sleeping Bear Point, Sleeping Bear Dunes, Michigan: Las aguas dulces y los acantilados de más de 130 metros de altura aseguran poder nadar con los ojos abiertos y unas amplísimas vistas sobre el lago Michigan. Camina desde la antigua estación de la guardia costera de Sleeping Bear Point, ahora un museo marítimo, o a lo largo de la ruta de Sleeping Bear Point Trail sobre las bajas dunas hasta la playa. En la distancia, podrás ver de norte a sur las islas Manitou, emplazamientos perfectos para caminatas y acampadas.
Playa de Piscinas, Arbus, Cerdeña: Esculpidas por el mistral y adornadas con arbustos de enebro y olivos, las dunas de Piscinas pintan un caprichoso escenario sobre la Costa Verde del suroeste de Cereña. El Hotel Le Dune Piscinas, anteriormente un almacén minero, se levanta al borde del mar Mediterráneo con amplios ventanales y salas de estar desde las que admirar el cambiante lienzo compuesto de cielo, arena y olas.
Playa Corniche, La Teste-De-Buch, Francia: Con 108 metros de altura, 500 metros de anchura y 2680 metros de largo, la Duna de Pyla , rodeada por un pinar, es la más alta de Europa y cae hasta la playa Corniche, en el océano Atlántico. Puedes escalar, pero opta por las vistas de las que los pájaros presumen y atrévete a un viaje de 10 minutos en parapente sobre este monumento geomorfológico con Pyla Parapente. Corrección: Una foto y un pié de foto de una versión anterior identificaban de forma errónea Lazy Beach en la isla Koh Rong Samloem en Camboya. Foto, pié y título han sido corregidos.