Las tortugas marinas vuelven al lugar en el que nacieron para reproducirse
26 de noviembre de 2015
Las llamadas tortugas bobas inician épicas migraciones en el mar tras eclosionar, y después vuelven al sitio exacto en el que nacieron para aparearse y poner sus propios huevos, algo que siempre ha intrigado a los expertos.
Los científicos ya sabían que las tortugas, al igual que otros muchos animales, se orientan gracias a las líneas invisibles del campo magnético, aunque se desconocía el método que siguen para volver al punto exacto en el que comenzó su aventura.
Ahora, un estudio publicado en la revista Current Biology confirma que también dependen del campo magnético de la Tierra para volver a casa: cada zona de la costa tiene su propia firma magnética, que los animales recuerdan y utilizan después como su brújula particular.
No se trata de un viaje sencillo, eso sí, pues el campo magnético cambia lentamente y las tortugas se ven obligadas a cambiar también sus puntos de anidación.
«Resulta fascinante cómo estas criaturas encuentran su camino en esa enorme extensión de nada», comenta el coautor del estudio J. Roger Brothers, estudiante de posgrado de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos).
Las tortugas bobas, que pesan alrededor de 115 kilogramos, se encuentran repartidas por todos los océanos del planeta y aunque viajan a lo largo de cientos de kilómetros, prefieren los hábitats costeros.
El equipo combinó los datos obtenidos por voluntarios (en Florida, por ejemplo, recorren las playas contando ejemplares de la especie) con datos oficiales para demostrar que, efectivamente, los lugares de anidación de las tortugas cambian en consonancia con los cambios del campo magnético.