Estos cinco animales sobreviven en los lugares más cálidos del planeta
Los peces cachorritos, los zorros y los asnos se encuentran entre las criaturas que mejor aguantan las altas temperaturas.
Carson afirma que algunos peces cachorritos podrían ser considerados extremófilos, animales que toleran condiciones excesivamente duras. El cachorrito Amargosa vive en el Parque nacional del Valle de la Muerte, donde el agua de manantial puede alcanzar los 38 grados. Sin embargo, eso es agua de baño si se compara con los las fuentes termales del desierto de Chihuahua, en México.
La fuente termal de El Pandeño, por ejemplo, es el hogar del cachorrito de Julimes, que puede soportar temperaturas de hasta 45 grados Celsius. El Cyprinodon pachycephalus nada en los Baños de San Diego, que pueden alcanzar una temperatura de 44 grados Celsius.
Ambos peces «comparten el título de vertebrados que viven en las aguas más calientes conocidas», según Carson.
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El asno salvaje
Las temperaturas en el Dallol, una región extrema al norte de Etiopía, suelen alcanzar los 49 grados Celsius en verano, con una media de 34.
Pero incluso en este punto caliente del planeta, unos 400 asnos salvajes africanos, también conocidos como dibokali, consiguen sobrevivir pese a estar en grave peligro de extinción.
Estos équidos combaten el calor mediante un metabolismo flexible, amplias orejas para dispersar el calor, una forma de caminar eficiente y la capacidad de beber gran cantidad de agua rápidamente.
También ayuda el hecho de que los asnos no necesitan tanta agua como el ganado doméstico, como por ejemplo, las cabras o las ovejas, según señala Fiona Marshall, antropóloga de la Universidad de Washington en San Luis en un email.
El zorro de Rüppell
Uno de los lugares más cálidos del planeta es el desierto de Lut, en Irán. En 2005, la NASA registró la temperatura en superficie más alta del mundo en el Lut: 70,7 grados Celsius.
Sin embargo, un animal ha conseguido evolucionar para ser más astuto que el calor.
El zorro de Rüppell puede lidiar con las sofocantes arenas del desierto de Lut conservando agua. Por ejemplo, los mamíferos —que obtienen el agua al alimentarse de sus presas— cazan por la noche para mantenerse frescos y evitar perder su preciada hidratación.
Entre otras adaptaciones se encuentran sus cuerpos de pequeño tamaño, que les ayudan a disipar el calor; los ritmos metabólicos bajos, para ahorrar energía; y la concentración de la orina para expulsar menor cantidad de agua.
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El bilbi mayor
Australia es conocida por el sol y las oportunidades de ocio, pero las badlands de Queensland pueden ser bastante intensas: los satélites operados por la NASA registraron una temperatura de cerca de 69 grados Celsius en 2003.
El bilbi mayor, un marsupial morador del suelo, combate el calor refugiándose bajo tierra. Estos carismáticos animales «pueden evitar el calor extremo construyendo y refugiándose en elaborados sistemas de madrigueras», explica en un email John Wairnowski, biólogo de la Universidad Charles Darwin, en Australia.
Las madrigueras en espiral pueden llegar a tener profundidades de 2 metros y una longitud de hasta 3 metros.
El perico nocturno
Otra especie australiana acostumbrada al calor extremo es el perico nocturno, una tímida especie que se creía localmente extinta en Queensland hasta que fue redescubierta en 2013, según Wairnowski.
Estas aves se mantienen frescas saliendo al exterior solo durante la noche y anidando en plantas durante el días.
Algunos humanos hacen lo mismo: esa subespecie que denominamos búho.
Y tú, ¿qué haces para combatir el calor?
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