Los artrópodos pueden vivir en lugares tan inusuales como nuestra cara
Los ácaros Demodex, que viven en nuestras caras, no son los únicos artrópodos que viven en lugares extraños.
Los insectos jamás tendrán un problema similar a la escasez de vivienda. Muchos se instalan en los lugares más extraños que te puedas imaginar, incluyendo a los humanos.
En la reunión anual de la Entomological Society of America, preguntamos a los expertos sobre las elecciones de vivienda más raras de los insectos.
Por ejemplo, el rezno de los caballos es una plaga peligrosa cuyas larvas pueden infestar el estómago de un caballo. Estas criaturas se enganchan a la pared estomacal del animal con su boca hasta que finalmente atraviesan el tracto digestivo del caballo.
«Es un problema veterinario muy grave», ya que provoca afecciones dolorosas como dientes sueltos, cólicos y úlceras, según la presidenta de la sociedad Susan Weller, entomóloga de la Universidad de Minnesota.
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Las mariposas Phengaris alcon
Las orugas de estas hermosas mariposas son los cucos del mundo de los insectos: se esconden en los nidos de otras especies y se aprovechan de aquellos a quienes pillan desprevenidos.
Las orugas de la familia Lycaenidae invaden nidos y fingen ser larvas de hormigas.
«Engañan a las hormigas para que crean que son unas de ellas y devoran» a las larvas de hormiga hasta que las propias orugas llegan a la fase de pupa, según explica Felix Sperling, entomólogo de la Universidad de Alberta. Las intrusas consiguen comida gratis y un lugar seguro donde crecer.
Algunas especies, como la mariposa Phengaris alcon, entran en los nidos de hormigas Myrmica y secretan un líquido dulce y apetitoso que hace que las hormigas alimenten a las orugas en vez de a sus propias larvas.
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Hiperparásitos
Luego están «los insectos que viven dentro de insectos que viven dentro de insectos», explica Judie Bronstein, ecóloga de la Universidad de Arizona.
Un hiperparásito es un parásito que a su vez es huésped de otro parásito.
Las blanquitas de la col, por ejemplo, se ven afectadas por dos tipos de avispa parásita, que a su vez son huéspedes de una avispa totalmente diferente. Puede que sea el karma.
«Es como un turducken, pero con insectos», bromea Bronstein.
Las moscas Ephydra hians
Los peces no pueden sobrevivir en el lago Mono, en California, ya que es entre dos y tres veces más salado que el océano. Pero es el hogar de moscas Ephydra hians, que se alimentan de algas.
Las moscas tienen pelos diminutos en sus cuerpos que las rodean de burbujas de aire, lo que permite que puedan permanecer bajo el agua hasta 15 minutos. Las larvas de estas moscas desarrollan glándulas que procesan los altos niveles de carbonato del lago.
Las hembras descienden al lago y adhieren sus huevos a las algas o a las grietas en la piedra pómez.
Con tan poca vida en la zona, las moscas son una importante presa para las aves, según Jeffrey Oliver, especialista en ciencia de datos de la Universidad de Arizona y exentomólogo.
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Los ácaros Demodex
Los ácaros Demodex: nosotros somos la tierra en la que nacen y mueren, concretamente nuestras caras y pestañas.
Un estudio de 2014 de la Universidad de Carolina del Norte descubrió que el 100 por 100 de los sujetos del estudio tenían al menos una especie de ácaro Demodex en su cara, que se alimentaba de los aceites de sus folículos pilosos.
Pero no te preocupes, estos diminutos arácnidos son inofensivos.