Por qué los perros orinan en sus cuencos y otros comportamientos de las mascotas

Pedimos a los expertos que nos expliquen los misteriosos comportamientos de nuestros amigos de pelo y plumas.

Por Liz Langley
Publicado 8 ene 2018, 13:56 CET
Perro
Un perro frente a su cuenco en Bartlesville, Oklahoma. Los cánidos pueden ser territoriales con los recursos como la comida o el espacio habitable.
Fotografía de Joël Sartore, National Geographic Creative

Hemos planteado algunas preguntas que han hecho nuestros lectores sobre sus mascotas a expertos en conducta animal y esperamos que sus respuestas nos ayuden a entender mejor a nuestros mejores amigos.

Espejito, espejito

Gaia Restrepo llama a Priprie, su cotorra pulcra —una pequeña ave de color verde esmeralda originaria de Brasil—, «la reina de los espejos».

«Le encanta observar su reflejo» en los espejos de la casa, dice Restrepo. Pero ella nos ha preguntado por qué la cotorra ha estado actuando de forma especialmente agresiva hacia el espejo que tiene en su jaula.

Un periquito azul —también conocido como periquito común— se mira en el espejo.
Fotografía de Dennis Jacobsen, Alamy

Para empezar, Priprie no sabe que es ella: el autoreconocimiento es raro entre animales según Bob Mulvihill, ornitólogo del National Aviary en Pittsburgh. En el mundo de las aves, solo las palomas y las urracas entienden que el animal reflejado en el espejo son ellas.

Las palomas incluso se reconocen en un vídeo con un retraso de siete segundos.

Pese a su inteligencia, los psitaciformes no reconocen sus reflejos, según Mulvihill. Es probable que Priprie vea su reflejo como un posible rival —de ahí la agresividad— o un posible amigo.

Si mordisqueara su reflejo, eso sería un ejemplo de conducta amistosa denominada «acicalado social» o acicalar a otro individuo, según explica Mulvihill.

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    Como aconsejó Bob Mulvihill, Restrepo colocó una percha para Priprie cerca de un espejo.
    Fotografía de Gaia Restrepo

    Como la obsesión de Priprie con los espejos no es destructiva ni dañina, Mulvihill sugiere que colocar una percha junto al espejo para que el ave disfrute de la «compañía».

    Jugando con pantallas

    Cuando mi gato Wasabi vio algunos vídeos para gatos en los que aparecían pájaros revoloteando y cantando, se emocionó tanto que mordió la pantalla.

    Obviamente, le había gustado el programa, pero me pregunto si la estimulación visual como la tele o los punteros láser puede ser frustrante, al no poder atrapar nada.

    John Bradshaw, experto en conducta gatuna de la Universidad de Bristol, Reino Unido, escribe en un email que aunque no existen investigaciones sobre este tema, los gatos pueden enfadarse si no pueden tocar –o atacar– lo que ven. 

    Esto es cierto porque «la conducta de juego está estrechamente relacionada con la conducta depredadora en gatos», explicó en un email Carlo Siracusa de la escuela de medicina veterinaria de la Universidad de Pensilvania.

    General Boots, un gato mestizo, en la Capital Humane Society en Lincoln, Nebraska.
    Fotografía de Joël Sartore, National Geographic Photo Ark

    Ningún experto ha dicho que esta frustración sea perjudicial para los gatos, aunque han hecho hincapié en formas de mejorar esa experiencia de juego. Por ejemplo, para hacer que tu gato esté contento viendo la tele, Bradshaw sugiere poner juguetes junto a la pantalla. Siracusa pone comida cerca cuando entretiene a su gato con su puntero láser.

    Psicología canina

    Joyce Jefferson se preguntaba por qué los perros orinan en sus cuencos si no se los recogen de inmediato. Y no, no se trata de una opinión sobre la comida.

    Probablemente sea un comportamiento de marcado territorial, «bien en la zona donde come el perro, o bien en el propio cuenco», afirma Leticia Fanucchi, experta en conducta animal de la Universidad estatal de Washington.

    Vídeo relacionado:

    Así reacciona tu perro cuando estás enfadado

    Como Jefferson tiene más de un perro, los cánidos probablemente estén compitiendo por los recursos, ya sean alimentos, platos o espacio.

    En algunos casos, la ansiedad subyacente o el sentirse intimidados por otro perro puede hacer que una mascota marque su territorio. Dar de comer a las mascotas en zonas separadas también puede ser de ayuda, según Fanucchi, o usar cuencos de cerámica o de acero inoxidable en vez de plástico, que retiene el olor de un perro.

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