Por qué los cuervos son las aves más inteligentes del planeta
Aunque sus cerebros son diminutos, las aves superan en inteligencia a algunos niños pequeños y primates.
Hasta el siglo XXI, se creía que las aves eran unas simplonas. ¿Cómo puedes ser inteligente con un cerebro del tamaño de un fruto seco?
Pero cuanto más estudiamos la inteligencia de las aves, más supuestos desmentimos. Por ejemplo, algunos estudios han demostrado que los cuervos elaboran herramientas o resuelven acertijos, y los loros cuentan con un vocabulario muy diverso.
Las aves aprovechan el espacio reducido de sus cerebros diminutos, que contienen muchas neuronas; de hecho, muchas más que los de los mamíferos.
Pero ¿qué es lo que le otorga a un ave la cualidad de la inteligencia? La definición debería ser mucho más amplia de lo que es, según muchos científicos.
«Son capaces de volar a Argentina, volver y aterrizar en el mismo bosque. No valoramos ese tipo de inteligencia en muchos otros organismos», afirma Kevin McGowan, experto en cuervos del Laboratorio de Ornitología de Cornell en Ithaca, Nueva York. «Hemos restringido el terreno de juego a cosas que creemos que solo nosotros podemos hacer».
Pero si nos referimos a inteligencia estándar —como imitar el habla humana o resolver problemas— «siempre se reduce a psitaciformes [loros, cacatúas, etc.] y córvidos», afirma McGowan.
Los cuervos y las cornejas
Los miembros de la familia de los córvidos (pájaros cantores, entre ellos cuervos, cornejas y urracas, por nombrar algunos) son unas de las aves más inteligentes, aunque los cuervos grandes (Corvus corax) juegan con ventaja a la hora de resolver problemas, según McGowan.
Un estudio publicado en 2017 en la revista Science reveló que los cuervos grandes planifican las tareas con anterioridad, una conducta que se creía exclusiva de los humanos y sus parientes.
En el sencillo experimento, los científicos enseñaron a las aves cómo una herramienta podía ayudarles a acceder a comida. Cuando les ofrecieron una selección de objetos casi 24 horas después, los cuervos escogieron de nuevo esa herramienta específica y la usaron para conseguir la comida.
«Algunos monos no han podido resolver tareas como esta», explicó Mathias Osvath, investigador en la Universidad de Lund, Suecia, en una entrevista anterior.
Aunque a las cornejas se les da prácticamente igual de bien resolver pruebas de inteligencia, McGowan insiste en que tienen una memoria asombrosa para recordar las caras humanas si dicha persona en particular supone una amenaza.
«Parecen ser conscientes de que cada persona es diferente y que necesitan acercarse a ellas de forma diferente».
Por ejemplo, algunas cornejas son más cautas con las personas desconocidas que los cuervos grandes, pero por el contrario están más cómodas con humanos con los que han interactuado antes, según un estudio publicado en 2015 en la revista Behavioral Ecology and Sociobiology.
«Las cornejas de por aquí reconocen mi cara», afirma McGowan. Aunque al principio a las aves que vivían cerca del laboratorio no parecía gustarles que McGowan se acercase a sus nidos, ahora les encanta porque ha empezado a dejarles comida sana.
«Conocen mi coche, conocen mi forma de caminar, me reconocen a kilómetros de distancia de los lugares donde me han visto antes. Son increíbles».
En un estudio conocido, publicado en 2015 en la revista Animal Behaviour, los investigadores se pusieron máscaras y, mientras sostenían cuervos disecados, dejaron comida en zonas frecuentadas por cuervos americanos en el estado de Washington.
Casi todos los cuervos respondieron atacando a la gente e incluso alertaron a otros cuervos en los alrededores. Cuando los investigadores volvieron semanas después con las mismas máscaras, pero con las manos vacías, los cuervos siguieron atacándoles y se mostraron muy cautos en esta zona durante días.
Los loros grises africanos
Aunque muchas especies de loros tienen la tendencia a reproducir el habla humana, el loro gris africano es el más diestro.
«Pasan muchas cosas por esos diminutos cerebros del tamaño de nueces», afirma McGowan. «Y viven tanto tiempo que pueden acumular mucha inteligencia y muchos recuerdos».
En la década de 1950, la psicóloga comparativa de Harvard Irene Pepperberg comenzó a enseñar sonidos en inglés a un loro gris africano llamado Alex. Antes de morir prematuramente en 2007, Alex aprendió casi 100 palabras, podía usarlas en su contexto e incluso entendía los conceptos de igual, diferente y cero.
Ahora Pepperberg trabaja con otro loro gris africano, Griffin, en la Universidad de Harvard. Griffin es capaz de identificar formas y colores y está trabajando en el concepto de cero.
Las cacatúas
Las cacatúas son el primer animal al que se ha observado elaborando instrumentos musicales.
A la hora del cortejo, las cacatúas enlutadas macho de Australia usan ramitas y vainas de semillas para crear baquetas. Cada macho posee un estilo musical único, un ritmo propio que crea golpeando las herramientas contra árboles huecos.
Aunque las cacatúas enlutadas no bailan mientras tamborilean, han mostrado un don para moverse siguiendo un ritmo.
El vídeo de Snowball, una cacatúa sulfurada, bailando al ritmo de los Backstreet Boys se hizo viral en Internet hace unos años.
La actuación de Snowball es muy entretenida, pero también ayudó a los científicos a descubrir que las aves pueden seguir el ritmo. Subiendo y bajando el ritmo de la canción, determinaron que Snowball tiene sentido del ritmo y del tempo.
Los zanates mexicanos
Aunque los córvidos y los psitaciformes se llevan la mayor parte del crédito por ser unos cerebritos, McGowan dice que «hay aves más traviesas» que no hemos conocido del todo.
Los zanates mexicanos, por ejemplo, pertenecen a la misma familia que los mirlos y los turpiales, un grupo que no se suele considerar particularmente inteligente.
Pero cuando los sometieron a pruebas realizadas con cuervos, los zanates mexicanos las superaron con éxito.
Según el estudio, publicado en 2016 en PeerJ, presentaron a los zanates puzles que contenían comida como premio. No solo aprendieron a resolver el problema, sino que cuando las reglas del juego cambiaron, las aves se adaptaron rápidamente sus estrategias.
Es más, cada zanate abordó el puzle de manera diferente, demostrando un estilo individual de pensamiento, cualidad que comparten con los humanos.
El Año del Ave
En 1918, el Congreso estadounidense aprobó la Ley del tratado de aves migratorias para proteger a las aves de las matanzas gratuitas. Para celebrar su centenario, National Geographic se ha asociado con la National Audubon Society, BirdLife International y el Laboratorio de Ornitología de Cornell para declarar 2018 el Año del Ave. A lo largo del año publicaremos historias y contenido en redes sociales sobre este tema.