Fotografías antiguas de insectos y arañas con todo lujo de detalle
En 1913, la revista National Geographic publicó una serie de imágenes microscópicas que revelaban a «los monstruos de nuestros jardines».
A principios del siglo XX, el fotógrafo David Fairchild centró su objetivo en una parte del mundo que la mayoría ignoramos: los insectos bajo nuestros pies.
Su obra resultante, publicada en 1913 en la revista National Geographic, fue único, tanto por su sujeto como por el uso de imágenes ampliadas que mostraban los detalles más intrincados de los insectos y arácnidos.
La serie, titulada «Los monstruos del jardín», presentaba a una gama de insectos, desde moscas a escarabajos, pasando por saltamontes, así como una serie de arácnidos.
«Cuando examinamos de cerca las imágenes, una nueva nota en el estudio de la naturaleza por parte de los legos, vemos que le interesa y le impresiona el nuevo mundo que revelan», escribió Fairchild con Marion Fairchild en una historia posterior en la revista, en 1914.
Las imágenes ofrecen una nueva ventana a las delicadas antenas de la cucaracha, el ala «caja musical» del grillo macho, y más «mecanismos extraños y maravillosos de la naturaleza que destacan bajo el poder del microscopio», escribieron los Fairchild.
Podemos decir que muchas personas están menos fascinadas por los bichos, pero nos gusten o no, les va increíblemente bien. Existen unos 10 trillones en el planeta, entre ellos 10.000 billones de hormigas.
Los insectos evolucionaron hace unos 400 años, entre los primeros animales que «salieron del mar, se sacudieron el lodo y... desarrollaron alas», dijo en una entrevista anterior Katy Prudic, entomóloga en la Universidad de Arizona.
«Cuando los niveles de oxígeno de la Tierra se redujeron, también lo hicieron los insectos», lo que les permitió respirar y huir de los depredadores más rápidamente.
Según los expertos, deberíamos apreciar a nuestros vecinos normalmente invisibles: los insectos y otros invertebrados hacen grandes favores a la agricultura y el medio ambiente.
Labran, enriquecen y airean el suelo, dispersan las semillas y polinizan aproximadamente un tercio de los alimentos producidos en todo el mundo, según destaca Prudic.
Liz Langley ha contribuido a este artículo.