¿Por qué tiene este lagarto una lengua azul ultravioleta?

Cuando se siente amenazado, el escinco de lengua azul del norte blande su lengua de color cobalto que refleja la radiación UV.

Por Elaina Zachos
Publicado 11 jun 2018, 13:10 CEST
Un escinco de lengua azul
Un escinco de lengua azul reacciona ante un depredador sacando la lengua.
Fotografía de Shane Black

Cuando un depredador ataca a un escinco de lengua azul del norte (Tiliqua scincoides intermedia), este no se hace un ovillo ni huye en busca de refugio. En lugar de ello, saca su brillante lengua para ahuyentar a los depredadores.

Este tipo de reacción, denominada comportamiento deimático, ocurre en otras especies, aunque suele ser menos colorida. Una oruga de Cerura vinula, por ejemplo, puede disparar ácido fórmico de sus dos flagelos cuando se siente amenazada, y un gato doméstico puede sisear, arquear la espalda y enseñarles los dientes a los intrusos.

La lengua del escinco es amplia en la base y estrecha en la punta, y puede aplanarla o expandirla a voluntad. La lengua puede extenderse en una fracción de segundo.

Un nuevo estudio, publicado el pasado jueves en Behavioral Ecology and Sociobiology, ha revelado otra característica de la lengua color cobalto del escinco. Además, la parte trasera de la lengua del escinco de lengua azul del norte es más intensa y brillante que la parte delantera. La parte trasera solo aparece en las fases finales del ataque, ante depredadores que posiblemente puedan ver rayos UV.

Di «aaaah»

Para este estudio, el autor principal Arnaud Badiane, becado Marie Curie en el Instituto de Ecología y Ciencias Medioambientales de París, colaboró con colegas de la Universidad Macquarie, la Universidad de Valencia y la Universidad de Sídney. El equipo se centró en los escincos de lengua azul del norte que, con más de 30 centímetros de largo, son los más grandes entre las especies de escincos.

Los lagartos, omnívoros y moradores del suelo, viven en Australia, Indonesia oriental y Papúa Nueva Guinea. Aparte de sus lenguas coloridas, los escincos tienen cuerpos pesados de tamaño medio, cabezas triangulares, y patas y colas regordetas.

Un enorme varano invade el baño de un hombre
Kimkhun Likitwattanaset no tenía ni idea de cómo había entrado este varano acuático en su baño. El residente de 81 años de Samut Songkhram, provincia tailandesa cerca de Bangkok, estaba meditando en su casa. Escuchó ruido y descubrió al intruso escamoso y el lío que había armado. Los varanos acuáticos son hábiles escaladores y podría haberse quedado descansando tras un intento infructuoso de salir por la ventana. Los rescatadores de la organización Sawang Baynjatam llegaron para gestionar la crisis. Tras capturarlo, se lo llevaron en coche para liberarlo en la naturaleza.

Los lagartos son de movimiento lento y sus cuerpos a franjas marrones les ayudan a camuflarse con el entorno. Los principales depredadores del escinco de lengua azul son las aves, las serpientes y los varanos. Investigaciones anteriores han aportado pruebas de que esta especie puede ver los rayos UV.

Para el experimento, los investigadores usaron un espectrofotómetro portátil, que mide la intensidad de la luz en una parte del espectro. Pasaron el espectrofotómetro sobre las lenguas de 13 escincos y descubrieron que, además de la lengua azul ultravioleta, la parte trasera era el doble de brillante que la punta.

En 2015, los investigadores descubrieron que otra especie de escinco, Tiliqua gigas, tenía una lengua azul ultravioleta. Este reciente estudio sobre los escincos de lengua azul del norte refuerza la prevalencia de las lenguas ultravioletas entre los escincos.

Ataques simulados

El siguiente paso del estudio era simular ataques a los lagartos para comprobar hasta qué punto sacaban las lenguas cuando se sentían amenazados. Ateniéndose a estándares éticos, los investigadores lo hicieron «atacando» a los lagartos con maquetas de serpientes, aves, varanos y zorros. Usaron un fragmento de madera como control.

Los escincos mantuvieron las lenguas ocultas durante tanto tiempo como les fue posible. Pero cuando el depredador falso se acercaba demasiado, las sacaban, siseaban e inflaban el cuerpo.

Cuanto más amenazado se sentía el lagarto, más enseñaba la lengua. Mientras que las serpientes y los varanos rara vez provocaban respuestas con toda la lengua, las aves y los zorros solían provocar este tipo de reacciones.

«Los lagartos restringen el uso de exhibiciones de la lengua entera a las etapas finales de la secuencia de depredación, cuando corren más riesgo», afirma Badiane en un comunicado de prensa. «Este tipo de comportamiento podría ser especialmente eficaz contra los depredadores aéreos, quienes no finalizarían un ataque interrumpido debido a la pérdida de inercia».

Este estudio no comprobó cómo reaccionaban los depredadores a los lagartos, por ello futuros estudios podrían investigar cómo responden ante tal exhibición de la lengua.

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