Las crías de elefante asiático son víctimas de las trampas de alambre en Camboya
Cámaras trampa revelan que las trampas de alambre colocadas para capturar animales por su carne están hiriendo a elefantes bebés en Camboya.
Los montes Cardamomo de Camboya, cubiertos de selva verde esmeralda, deberían ser un paraíso para los elefantes asiáticos en peligro de extinción. Pero las cámaras activadas por sensores de movimiento revelan que la mayoría de crías de elefantes de la región han resultado heridas, algunas mortalmente, debido a las trampas de alambre destinadas a capturar a otros animales.
Miles de trampas plagan los pisoteados terrenos de los elefantes que residen en los montes Cardamomo. Los cazadores las colocan para responder al aumento de la demanda de carne de caza de animales salvajes capturados ilegalmente, especialmente jabalíes y ciervos. Las trampas suelen lisiar o matar a otros animales involuntariamente.
Los lugareños creían que los artilugios no dañaban a los elefantes, según Jackson Frechette, director de especies insignia de Fauna & Flora International Cambodia, una organización de conservación de la vida silvestre. «Pensaban que los elefantes arrancaban sus trampas sin resultar heridos», explica.
Pero las 51 cámaras trampa que colocaron Frechette y su equipo a partir de 2016 cuentan una historia diferente. Sacaron fotografías y vídeos de casi 45 miembros de la población principal de elefantes de la región. De los siete bebés de menos de un año que identificaron los investigadores, vieron a cuatro con cojera grave y alambres enganchados en las pantorrillas. El equipo informó de sus hallazgos en el número de julio de la revista Oryx.
Tres elefantes mayores también tenían laceraciones en la trompa, pero solo las patas estrechas de los más jóvenes habían quedado atrapadas. Cuando un elefante bebé tropieza con una trampa, el alambre queda apretado alrededor del tobillo, se desprende de su anclaje y se queda clavado profundamente en la carne del animal.
Susan Mikota, veterinaria y cofundadora de la ONG estadounidense Elephant Care International, explica que estas heridas en las patas pueden suponer una sentencia de muerte para una cría de elefante. Los alambres circulares impiden el flujo sanguíneo y los cortes profundos aumentan el riesgo de infecciones, que puede resultar mortal. Recientemente, unos aldeanos informaron del hallazgo de dos cadáveres de crías con heridas similares a las grabadas por las cámaras trampa.
Frechette explica que el impacto de las trampas sobre los elefantes jóvenes podría poner en riesgo a una población que ya atraviesa una situación difícil. Los elefantes siguen recuperándose de un periodo de intensa caza furtiva que acabó hace más de una década cuando entró en vigor una aplicación de la ley más rigurosa en los bosques.
En muchos sentidos, los montes Cardamomo son un entorno ideal para que la población se recupere. Con casi 1,8 millones de hectáreas de hábitat protegido compuesto por tres parques nacionales y cuatro santuarios de vida silvestre, es uno de los pocos lugares dentro del área de distribución de los elefantes asiáticos que podrían sustentar a una población a largo plazo. Pero las trampas han convertido los montes Cardamomo en un campo de minas.
Pese a los duros esfuerzos de las patrullas para retirar las trampas —en 2015 se retiraron del parque nacional de Cardamomo Sur más de 27.000—, son baratas y fáciles de colocar y, por lo tanto, las remplazan enseguida.
Thomas Gray, director científico de Wildlife Alliance en Camboya, una organización de conservación, que ha escrito acerca de la crisis de trampas en el Sudeste Asiático, afirma que el problema va más allá de los elefantes de los montes Cardamomo. Explica que la práctica perjudica «a todos los animales terrestres, ya sean elefantes, perdices o tortugas. Afecta a los bosques de casi todos los países».
Para contrarrestar la crisis, Gray afirma que debe reforzarse la legislación para facilitar la detención y el enjuiciamiento de quienes colocan trampas.
Frechette añade que reducir la demanda de carne de caza es crucial. Para dicho fin, Fauna & Flora International Camboya presta atención a los consumidores. El equipo planea lanzar una campaña el año que viene con el objetivo de desalentar el consumo de carne de animales salvajes.
«Siempre y cuando exista un mercado [de carne de caza], siempre habrá gente dispuesta a salir a cazar», afirma Frechette.