Así funciona la “caza bajo demanda” de jaguares para el comercio ilegal

Los inmigrantes chinos en Surinam han establecido redes de caza, procesado y contrabando de jaguares a China.

Por Rachael Bale
Publicado 24 sept 2018, 13:44 CEST
Jaguar en Surinam
La caza furtiva y el tráfico de jaguares es un problema en aumento en Surinam y en toda Sudamérica.
Fotografía de Steve Winter, National Geographic Creative

Una breve historia apareció este año en una página web de noticias de Surinam con el titular «Dientes de jaguar descubiertos en [el equipaje de] unos viajeros que salían del país». El artículo explicaba que los tres hombres chinos habían sido detenidos en enero en posesión de los dientes, ilegales en Surinam, donde el jaguar es una especie protegida. Los hombres solo fueron multados y, a continuación, los dejaron marchar.

Pese a numerosas investigaciones para varios ministerios y la fiscalía, muchos de los detalles del caso no estaban disponibles. Sin embargo, un representante del Ministerio de Gestión de Planificación, Terrenos y Bosques, que supervisa las cuestiones relacionadas con la fauna salvaje, afirmó en un email que los hombres no fueron multados, sino que se les permitió continuar su viaje. No se sabe quién fue el responsable de dicha decisión.

Dientes de jaguar
En China, es probable que los dientes de jaguar se utilizaran como sustitutos de los dientes de tigre, que se convierten en collares que sirven como símbolo de posición social o porque se cree que protegen a quien lo lleva del diablo. Estos dientes fueron confiscados por las autoridades bolivianas.
Fotografía de Christian Rodriguez

Aunque se conocen muy pocos detalles, parece que este caso representa una red organizada mucho más grande de tráfico internacional de jaguares, y los felinos son «cazados bajo demanda», convertidos en joyas y productos medicinales y traficados fuera de Surinam dentro del equipaje en aerolíneas comerciales.

La oficina de WWF en las Guayanas fue la primera en poner de relieve este problema en 2010. Ahora, una nueva investigación de la organización londinense sin ánimo de lucro World Animal Protection ha aportado información sobre quiénes son los traficantes, cómo trabajan y el daño que hacen.

Los intereses de China en Surinam

China ha invertido mucho en Surinam, como ha hecho en otras zonas de Sudamérica. Una ola de inmigración china que comenzó hace unos 20 años ha traído consigo a miles de personas que trabajan en la tala, la minería y el comercio. Los chinos dirigen operaciones de importantes proyectos, desde la construcción hasta las concesiones de tala y minería en la selva interior.

Las carreteras de acceso a las operaciones de tala y minería han abierto regiones forestales antes inaccesibles, y las idas y venidas de los expatriados chinos facilitan la salida de bienes de Surinam. En este escenario, se ha desarrollado el comercio ilegal de productos de jaguares.

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    Jaguar muerto
    Una foto de redes sociales obtenida por un investigador muestra a un jaguar muerto, supuestamente asesinado por un minero en el interior de Surinam.
    Fotografía de World Animal Protection

     «No cabe duda de que es probable que el influjo de ciudadanos chinos haya expandido el mercado doméstico de partes de jaguar en Surinam», afirma Pauline Verheij, de la organización sin ánimo de lucro International Fund for Animal Welfare. Verheij investigó el comercio de jaguares en Surinam a principios de 2018, antes de unirse a la IFAW, y ya en 2003 descubrió pruebas de que los chinos compraban partes de jaguares en Surinam. Añade que, además de la reciente ola de inmigrantes chinos, Surinam tiene una comunidad considerable de chinos-surinameses que han nacido y se han criado en el país y que también compran y usan productos de jaguares. Existen pruebas de que otros grupos también lo hacen, pero a una escala mucho menor.

    «Se rumorea que los filipinos consumen la carne y otras personas compran dientes de jaguar [para elaborar joyas]. A veces, los lugareños muestran las pieles», afirma Nicholas Bruschi, que dirigió la investigación de World Animal Protection. Pero «son los chinos quienes parecen traficar con una gran cantidad de estos productos».

    El principal impulsor del comercio, según la investigación, es la pasta de jaguar. Esta sustancia, conocida también como pegamento de jaguar, se elabora hirviendo el cuerpo de un jaguar durante siete días. Se rumorea que remedia varios males, desde la somnolencia excesiva hasta el insomnio. «No existe ninguna prueba de que la pasta de jaguar cure nada», afirma Bruschi.

    Aunque se desconoce el origen de su uso, Bruschi cree que la pasta de jaguar es una adaptación de la pasta de tigre, una «medicina» vietnamita tradicional responsable parcialmente del comercio ilegal masivo de tigres en el Sudeste Asiático. Aunque la pasta de tigre es un producto principalmente vietnamita, parece que la pasta de jaguar es elaborada y vendida por los chinos.

    En chino, la palabra jaguar se traduce básicamente por «tigre americano», y en toda Sudamérica suele llamarse «tigres» a los jaguares. No está claro si los consumidores chinos tienen un interés activo por la pasta de jaguar o si no la diferencian de la pasta de tigre. Según Bruschi, también es posible que, una vez la pasta de jaguar llega a China, se etiquete falsamente como pasta de tigre.

    La cadena de suministro

    El proceso puede empezar de dos formas diferentes. A veces, un cazador tiene un encontronazo con un jaguar o un granjero descubre a un jaguar acechando a su ganado. Pueden matar al felino y vendérselo a un intermediario por una suma considerable. Este tipo de caza casual suele ser el resultado del miedo o deberse a la pérdida de hábitat de los jaguares por la ganadería, la agricultura, la minería y la tala. Ante el menor espacio donde cazar presas salvajes, es más probable que los felinos se vean tentados por el ganado vacuno, las gallinas y los perros en zonas donde viven personas.

    Además de estas formas oportunistas de caza de jaguares, también existe la «caza bajo demanda», como la denomina Bruschi. Se produce cuando alguien en Paramaribo decide que necesita un jaguar y avisa a sus contactos en zonas rurales de que está dispuesto a comprar. A veces, el botín se anuncia en redes sociales y por teléfono, como determinó la investigación, y puede valer más de lo que un habitante rural gana en un mes.

    Puede llevar varios intentos matar un jaguar, y a veces se tardan horas en acechar al animal herido hasta poder disparar la bala definitiva, según la investigación. Si el jaguar tiene una cría, podría ser abandonada a su suerte o vendida en el mercado ilegal de mascotas.

    Nancy del Prado, abogada medioambiental de Paramaribo, explica que en Surinam, la matanza, el transporte, la compraventa y la posesión de una especie protegida como un jaguar es ilegal, un delito castigado con una multa de hasta 114.000 euros y hasta seis años de cárce. Transportar el cuerpo del jaguar hasta la capital, donde será procesado, implica varios traslados, de coche en coche y de escondite en escondite. «Está constantemente en movimiento para frustrar a las autoridades», afirma Bruschi.

    Minería
    La minería en el interior de Surinam ha reducido el hábitat de los jaguares, lo que ha hecho que felinos y humanos entren en contacto de forma más habitual. Los mineros pueden disparar a un jaguar por miedo o para proteger a sus perros, o quizá para recibir una recompensa de un traficante de jaguares.
    Fotografía de Edward Troon, Ap

    Una vez llega a Paramaribo, el jaguar se almacena habitualmente en una tienda china. Es menos probable que las autoridades investiguen estos negocios, ya que la comunidad china es muy influyente, según explica Els van Lavieren, de la oficina de Conservation International Suriname, donde lleva dos años investigando este mercado. «La comunidad china dirige todas las tiendas. Todos los supermercados están en manos chinas. Son importantes para la economía de Surinam».

    El jaguar se prepara para elaborar una pasta, que se coloca en pequeños recipientes que los traficantes llevan en su equipaje, junto al bálsamo de tigre, un ungüento de olor intenso que los atletas emplean habitualmente para aliviar el dolor muscular. El bálsamo de tigre despista a los perros olfateadores del aeropuerto, según la investigación de World Animal Protection.

    «Muchos chinos que vuelven a China desde aquí participan en el tráfico. Van a volver de todos modos, de forma que se llevan [productos de jaguares] para sacar algo de dinero», afirma van Lavieren.

    Bruschi explica que, en China, la pasta de jaguar se vende dentro de redes de amigos y familiares, aunque dice que quiere investigar más para entender esa parte del mercado.

    Los dientes de jaguar —la parte más valiosa con diferencia, según Verheij— también son una parte importante del comercio. Se venden como collares principalmente a chinos, tanto en Surinam como en China. El comercio ilegal de caninos de jaguares también se ha identificado en Bolivia y en otras partes de Sudamérica.

    El proceso entero, de principio a fin, es «muy sofisticado», explica un guardabosques surinamés, que ha pedido permanecer en el anonimato para proteger su investigación en curso sobre este mercado. «Saben perfectamente lo que hacen».

    ¿Dónde están las autoridades?

    A Vanessa Kadosoe, de la National Zoological Collection of Suriname, que investiga la cantidad de jaguares que vive en Surinam, le preocupa qué ocurrirá en la selva si desaparecen los jaguares. Como superdepredadores, los jaguares controlan las poblaciones de herbívoros, como ciervos y agutíes, un tipo de roedor. Si los jaguares no consumen herbívoros, sus poblaciones podrían aumentar de forma desmedida, lo que a su vez podría devastar especies vegetales y hasta obligarles a recurrir a los cultivos humanos. «Si eliminas a los superdepredadores, el sistema entero se derrumbará», afirma.

    Jaguares contra nutrias gigantes: ¿quién ganará?
    Esta es una nutria gigante. Y estos son dos jaguares hembra llamadas Medrosa y Jaju. Han entablado un enfrentamiento cerca del centro de investigación de Panthera en el sur de Brasil. La dieta de los jaguares se compone principalmente de caimanes y capibaras… pero estas hermanas parecen decididas a ampliar sus horizontes dietéticos. Esta nutria ha sido capaz de ahuyentar a los jaguares. Las nutrias gigantes son carnívoras y muy ágiles en el agua. Algunas tribus locales las llaman "jaguares acuáticos". Las nutrias forman grupos sociales para controlar sus territorios y protegerse. En este segundo enfrentamiento entre un joven jaguar hembra y una familia de nutrias, las nutrias ganaron de nuevo.

    Todavía no se dispone de una estimación fiable de la cantidad de jaguares que hay en Surinam, pero algunas pruebas sugieren que la caza furtiva está pasando factura. El guardabosques cuenta que, cada dos semanas, sus informantes le llaman para advertirle de que han disparado a un jaguar, y aparecen fotos de jaguares muertos en redes sociales con cierta frecuencia. Bruschi cuenta que, de forma anecdótica, en áreas determinadas se producen menos avistamientos de jaguares.

    «Mi conclusión, basada en varias fuentes, es que el número de jaguares asesinados por sus partes en Surinam podría ser de más de cien al año», afirma Verheij. «No hace falta un biólogo para entender que estas cifras son insostenibles».

    «Garantizar el cumplimiento de la ley es uno de los aspectos principales que podemos mejorar en este momento, porque hay tan pocas autoridades implicadas que a la gente no le da miedo subir fotos a Facebook con armas y jaguares a los que han disparado», afirma van Lavieren.

    Se desconoce la cantidad de detenciones que se han llevado a cabo por cargos relacionados con la venta y el contrabando de partes de jaguares. En un email a National Geographic, el representante del Ministerio de Gestión de Planificación, Terrenos y Bosques afirma que sí cuentan con estadísticas de detenciones y condenas, que los registros no están digitalizados y que «se tardaría bastante tiempo en extraer información respecto a los jaguares».

    Nacen cachorros de jaguar en un parque argentino por primera vez en 100 años
    El 6 de junio de 2018, se celebró un raro nacimiento en el parque nacional de Iberá, en Argentina. Tania, una madre jaguar primeriza con tres patas, dio a luz a dos crías, las primeras en más de un siglo. La trajeron desde un zoo al Programa de Reintroducción del Jaguar CLT Argentina junto con Chiqui, el padre de los cachorros, que vino desde un centro de rescate. Los expertos dicen que este nacimiento es importante para la especie: la última estimación colocaba la población en 200 ejemplares en Argentina. Desde 2011, el programa ha trabajado para criar jaguares y reintroducirlos en la naturaleza. Los cachorros deben alimentarse y perfeccionar sus habilidades de caza antes de ser liberados. Después, formarán parte de la icónica presencia de su especie en la región.

    En su análisis de noticias en medios de comunicación sobre detenciones vinculadas a jaguares, Verheij determinó que la mayoría de los delincuentes fueron liberados con una multa —como ocurrió con los tres hombres chinos en enero— en lugar de ser juzgados con todo el peso permitido por la ley. También afirma que deberían reforzarse los controles fronterizos de aduanas y que el gobierno necesita financiar mejor su división de conservación de la naturaleza para que cuente con el personal, los recursos y el equipo necesarios para patrullar e investigar.

    Kadosoe está de acuerdo. Quiere que los guardabosques estén apostados de nuevo en las carreteras, realizando controles de vehículos como lo hacían en los años 80. Dicha supervisión haría que algunas personas se lo pensaran dos veces antes de transportar ilegalmente a un jaguar.

    En la actualidad, según el guardabosques, sus colegas y él están en desventaja. Explica que ni siquiera tienen suficiente combustible para patrullar, ya que solo se le asignan 30 litros a cada uno —ni siquiera un depósito entero— para todo el mes.

    «¿Qué puedes hacer con 30 litros de combustible en pleno bosque? Puedes ir y volver al aeropuerto. No puedes ir más allá para supervisar las zonas de caza, caza furtiva y tala», explica. «Lo hago yo solo».

    El ministerio reconoce que los recursos son escasos, pero afirma que sí se realizan patrullas. «Nuestros guardabosques llevan a cabo patrullas regulares, pero cubrimos un terreno enorme y trabajamos con un presupuesto relativamente limitado», cita el comunicado por escrito. También reconoce que no existe una estrategia específica para la conservación de jaguares por el momento, aunque afirma que hay propuestas pendientes destinadas específicamente a proteger a los jaguares.

    La buena noticia es que, como la mayor parte de Surinam es bosque salvaje, los jaguares todavía cuentan con áreas protegidas de forma natural, por ahora. Pero, durante mucho tiempo, Surinam ha tenido el objetivo de construir una carretera que atravesase la selva para conectar Paramaribo, en el norte, con la frontera de Brasil, en el sur, lo que abriría franjas remotas del hábitat de los jaguares.

    Una empresa china ya ha pavimentado un tramo de carretera.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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