Estos peces bioluminiscentes transmiten parásitos a los cachalotes
Los peces bioluminiscentes podrían ser el eslabón perdido en la transmisión de un parásito marino bastante extendido. Algunos tipos de este parásito infectan a los humanos y provocan síntomas graves.
Una nueva investigación demuestra que los peces linterna de las profundidades transmiten parásitos a los cachalotes y los calamares gigantes.
Los gusanos parasitarios, conocidos como Anisakis brevispiculata, infectan a los cachalotes enanos y cachalotes pigmeos, criaturas extrañas, de las que se sabe poco y que se distribuyen por todo el mundo. El estudio, publicado recientemente en Deep-Sea Research Part I, arroja luz sobre estas misteriosas criaturas, así como sobre los parásitos. Algunas especies estrechamente relacionadas con ellos pueden infectar a los humanos y provocar síntomas graves.
«Los Anisakis son omnipresentes en todo el océano» y contamos con poca información sobre ellos, según Francisco Aznar, profesor adjunto de zoología en la Unidad de Zoología Marina de la Universidad de Valencia, España, y uno de los coautores del estudio.
Los peces linterna son bioluminiscentes y producen luz en su hábitat profundo y oscuro, donde pasan sus horas diurnas. Muchas especies migran hacia la superficie durante la noche, posiblemente siguiendo al zooplancton o a peces pequeños. Estas migraciones diarias permiten a los peces linterna, abundantes en todo el océano, actúen como vínculo entre el zooplancton y los superdepredadores que permanecen más cerca de la superficie, según los autores del estudio.
De abajo arriba
Existen muchos tipos diferentes de gusanos anisakis, algunos de los cuales infectan a tres huéspedes o más, saltando de uno a otro.
La mayoría comienza su vida infectando crustáceos tras eclosionar de sus huevos. Llegados a este punto, los devoran peces u otros animales marinos más pequeños, aunque no se conoce el camino exacto que siguen muchas de estas especies de parásitos.
Finalmente, los gusanos acaban en el intestino de los mamíferos marinos —sobre todo ballenas o delfines—, donde se alimentan, se aparean y pasan el resto de sus vidas liberando huevos, expulsados en las heces. Estos huevos eclosionan y los ingieren crustáceos.
Aunque el parásito específico que afecta a los cachalotes pigmeos y enanos no se ha descubierto en humanos, algunas especies de anisakis estrechamente relacionadas pueden infectar a las personas a través de pescado y marisco crudo o mal cocinado. Aunque los gusanos no pueden reproducirse ni sobrevivir durante mucho tiempo en humanos, una desafortunada cena de sushi puede provocar síntomas como vómitos, diarrea y dolor abdominal grave, y podría necesitarse cirugía en los peores casos. Hasta el pescado cocinado infectado con el parásito puede provocar reacciones alérgicas.
El problema de las ballenas
Según Aznar, es más difícil determinar el tipo de síntomas que experimentan las ballenas.
Aunque en muchos casos es improbable que sufran síntomas graves, Mercedes Fernández, una de las coautoras y colega de Aznar en la Universidad de Valencia, afirma que las infecciones extremas pueden provocar inflamación y úlceras en el estómago. También explica que las infecciones graves pueden provocar perforaciones en el estómago e incluso la muerte.
El parásito se ha descubierto en cachalotes enanos, pero el vector se desconocía hasta que un equipo de investigadores de la India envió a Aznar muestras de peces linterna del mar Arábigo.
«Descubrieron estos gusanos y no sabían qué eran estos animales», explica, añadiendo que el océano Índico es «como un agujero negro de conocimientos» sobre cetáceos. Un análisis de su ADN reveló que algunos gusanos eran casi idénticos a los descubiertos en el cachalote pigmeo.
Todavía quedan muchas incógnitas. Por ejemplo, no se sabe si los cachalotes ingieren los peces linterna de forma directa o si los peces linterna transmiten los parásitos a los calamares después de que estos los devoren.
Como se sabe que los cachalotes se alimentan de calamares, el parásito podría usar a este último animal para alcanzar su meta. Aunque se han descubierto peces linterna en los estómagos de cachalotes pigmeos o enanos, los cetáceos suelen mostrar preferencia por los calamares. Por consiguiente, Aznar afirma que los peces linterna descubiertos podrían haber estado presentes en los estómagos de calamares y no habrían sido devorados por los cetáceos.
Isaure de Buron-Connors, profesora de biología del College of Charleston en Carolina del Sur que estudia parásitos, pero no participó en la investigación de Fernández y Aznar afirma que el artículo pone sobre la mesa información novedosa y valiosa, sobre todo porque los parásitos son un ámbito de estudio bastante descuidado.
«No sabemos nada», afirma. «Mis colegas decían en broma que solo hay parásitos donde hay parasitólogos».
Explica que dicha información acerca de los parásitos es fundamental, ya que podría ser importante a la hora de gestionar y conservar especies marinas, sobre todo porque los parásitos pueden afectar a la conducta y el rendimiento de los huéspedes haciendo que coman más o naden más rápido o más lento.
«Todo esto afectará al ecosistema», afirma.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.