Las cinco especies más amenazadas de nuestra costa
Cada día se extinguen 150 especies de animales en la que está considerada la mayor masacre de biodiversidad desde la época de la extinción de los dinosaurios.
"Cada vez que perdemos una especie, rompemos una cadena de la vida que ha evolucionado durante 3.500 millones de años", afirmó Jeffrey McNeely, científico de la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (UICN). Cada día se extinguen 150 especies de animales en la que está considerada la mayor masacre de biodiversidad desde la época de la extinción de los dinosaurios. Así lo afirmaba la ONU el pasado Día Internacional de la Biodiversidad.
El New York Times hacía referencia a ello como una “aniquilación biológica masiva” aludiendo a un estudio que publicaba Proceedings of the National Academy of Sciences en 2017, y en el que afirmaban que, lejos de causas naturales, la destrucción del hábitat en esta gran extinción estaba instigada por la acción humana. Una pérdida entre 100 y 1.000 veces mayor que la que sucedería de manera natural, según afirma Greenpeace en su reciente informe A toda costa.
Tras 30 años recién cumplidos desde que se instauró la Ley de Costas, y a pesar de haber significado un antes y un después en la preservación de nuestros litorales, nuestra costa continúa muy amenazada por el ladrillo. Tal y como denuncian desde la entidad, tan solo entre 1987 y 2005 se destruyeron dos hectáreas de costa al día.
Una costa sobrepoblada y reducida a ladrillos tiene fuertes efectos sobre los ecosistemas costeros. “Playas, dunas, albuferas, marismas y salinas son humedales costeros de gran valor ecológico y hábitat de multitud de especies, muchas de ellas amenazadas por la presión humana”, afirma la organización en su estudio, en el que refleja, junto al Observatorio de la Sostenibilidad, las cinco especies de estos ecosistemas que se encuentran en peligro crítico en la Lista Roja de la UICN:
Galápago europeo
El galápago europeo (Emys orbicularis fritzjuergenobst) es una especie que se encuentra a lo largo de la costa mediterránea, así como en gran parte de Europa. Esta especie vive en zonas de corriente lenta e hiberna en el fondo durante los meses de invierno. Aunque puede habitar tanto en agua dulce como salada, sus poblaciones se encuentran en regresión por la contaminación del agua. La alteración y destrucción de sus hábitats por la acción humana, las especies invasoras y su baja frecuencia reproductiva están condenando a esta especie a la desaparición.
Para revertir esta situación, Greenpeace afirma que las medidas necesarias para su protección pasan por la "conservación integral de los humedales, por el control y regulación de la actividad de pesca del cangrejo rojo, por un control efectivo de la caza furtiva y por la eliminación del galápago de Florida de los hábitats naturales".
Cerceta pardilla
La Marmaronetta angustirostris es otra de las especies presente en el Mediterráneo (Levante, Baleares y el Guadalquivir) que se encuentra en peligro crítico. Debido a que su hábitat se compone de aguas someras temporales con abundante vegetación, se trata de una especie muy sensible a la alteración de las lluvias.
A pesar de que puede vivir tanto en aguas dulces como salobres, nuestro territorio cuenta con una población de 30-200 parejas que varía mucho debido a las diferentes condiciones climatológicas de cada año, la alteración y contaminación de los humedales y la caza furtiva.
Avetoro común
El Botaurus stellaris es una garza robusta que está presente en humedales de Tarragona, Girona, Castellón, Huelva y Coruña, pero todas sus poblaciones se encuentran en declive. La situación de esta especie es crítica debido también a la contaminación de los humedales, así como la colisión con tendidos eléctricos.
Aunque esta especie se encuentra en el Acuerdo para la Conservación de Aves Acuáticas Migratorias Africanas-Eurasiáticas, la subespecie meridional ha sufrido descensos de población catastróficos durante el último siglo debidp a la destrucción de los humedales.
Focha moruna
En España, esta especie esta presente en tres zonas: la vertiente mediterránea, en el atlántico sudoccidental y en Baleares. Habita en zonas húmedas del interior y en litorales, sobre todo aquellos con mucha vegetación acuática. Es un ave sedentaria que se distribuye por lagos de agua dulce, estanques y marismas. A día de hoy su población es inferior a 250 ejemplares, a pesar de que hace cien años habitaba gran parte de nuestro territorio.
Torillo andaluz
Aunque se desconocen muchos aspectos de esta especie presente en el sur peninsular, habita humedales costeros muy amenazados. Se cree que no es un ave migratoria, su estado de conservación está en peligro crítico debido a la escasez y al elevado grado de fragmentación de sus poblaciones. Se sabe que ha desaparecido de muchos núcleos en los que se encontraba, sin embargo no se tiene una estimación del número de individuos, dado que no se han aplicado métodos adecuados de detección y seguimiento.
Según los expertos de estas organizaciones, es imprescindible "frenar la urbanización de los humedales costeros", implementando medidas para su recuperación como el "control de la calidad de las aguas, que incluya el 100% en la depuración de aguas residuales e industriales" para revertir esta situación.