El canibalismo es más habitual de lo que se creía en las focas grises

Los investigadores presenciaron el ataque entero y llevaron a cabo la necropsia del cadáver. Ahora intentan averiguar por qué algunas focas grises recurren al canibalismo.

Por Bethany Augliere
Publicado 29 abr 2019, 15:32 CEST
Foca gris
Recientemente, se observó una foca gris (Halichoerus grypus) que atacaba y devoraba a un miembro más joven de su propia especie, como esta cría de Heligoland, Alemania.
Fotografía de Chris Stenger, Minden Pictures/Nat Geo Image Collection

La mayor parte del tiempo, las focas grises se conforman con comer peces. Pero una nueva investigación demuestra que quizá consuman otros mamíferos de vez en cuando, entre ellos miembros de su propia especie.

Un nuevo estudio publicado en el Journal of Sea Research detalla el macabro caso de una foca macho adulta que capturó, mató y empezó a devorar a una foca más joven en la costa de la isla alemana de Heligoland.

La nueva observación es el tercer estudio publicado sobre canibalismo en focas grises. Sin embargo, es el primer caso en que los científicos han presenciado el acto entero y han llevado a cabo una necropsia una vez ocurrido, describiendo las heridas.

El caso

A finales de marzo de 2018, Abbo van Neer, de la Universidad de Medicina Veterinaria de Hannover, en Alemania, presenció el ataque caníbal en Heligoland.

Van Neer y sus colegas observaron un macho de cinco años, identificado posteriormente con una etiqueta fijada al animal, que atacaba a una foca joven. A continuación, el macho le mordió en la garganta y empujó su cuerpo bajo el agua.

Aunque la joven foca logró escapar una vez de su atacante, no duró mucho. Solo 10 minutos después, el agua se tiñó de rojo y la foca dejó de moverse. Entonces, durante unos 90 minutos, el macho empezó a alimentarse, mordiendo la piel para exponer la grasa rica en calorías.

Una vez la foca se quedó satisfecha, van Neer recogió el cadáver para documentar los desgarros y las heridas antes de que los carroñeros se hicieran con él. «Es la primera vez que tenemos la historia completa», contó.

Esto permitió a van Neer establecer el patrón distintivo que provocan las focas cuando se canibalizan las unas a las otras. Tras haber analizado una base de datos de muertes de focas que se remonta a los años 90, cree que existen otros casos en lo que las focas se han canibalizado.

Estas muertes se habían atribuido a ataques de tiburón o a colisiones con hélices de barcos.

La extensión geográfica de los cadáveres que aparecen varados sugiere que existe una pequeña cantidad de focas caníbales. «Tenemos la hipótesis de que es probable que haya unos pocos individuos especializados», afirma. «No es la gran mayoría de la población de focas grises».

Pero ¿por qué?

En la naturaleza, el canibalismo tiene lugar por una serie de motivos. «Es emocionante en un sentido algo mórbido, porque cuando empiezas a observar este tipo de comportamientos, pueden conducir a nuevas preguntas científicas», afirma Amy Bishop, bióloga del Alaska SeaLife Center en Seward, que no participó en el estudio.

En 2014, Bishop presenció el ataque de una foca gris macho que se comió a seis crías. Las focas macho ayunan cuando están en las playas para aparearse con las hembras, de forma que, según ella, es posible que sea una forma de permanecer más tiempo en la colonia y tener más oportunidades de aparearse.

Van Neer aún no puede demostrar por qué las focas grises devoran otras focas en Heligoland, pero sospecha que está vinculado a la energía. Por ejemplo, las focas grises necesitan comer unos 28 gramos de grasa de foca para obtener la misma cantidad de calorías que aportan 100 gramos de arenque. «Desde un punto de vista energético, tiene sentido».

Pero no todo el mundo está de acuerdo.

«Me cuesta creer que lo hiciera por hambre», afirma Andrew Trites, biólogo experto en mamíferos marinos en la Universidad de la Columbia Británica que no participó en el estudio. Si se tratara de depredación, según Trites, el animal debería haber consumido más del cadáver e incluso haberlo defendido de otros depredadores y carroñeros.

Las tremendas heridas provocadas por una red de pesca a una foca gris

Él cree que este macho parece ser el Hannibal Lecter de las focas. Del mismo modo que los humanos tienen una serie de personalidades y trastornos de la personalidad, ocurre lo mismo en otras especies. «Si las focas grises tuvieran un cuerpo de policía, esta estaría entre rejas».

El estudio se suma a una cantidad creciente de documentos de focas que se comen a otros mamíferos. Varios estudios demuestran que las focas grises pueden atacar y devorar marsopas y focas comunes.

Uno de los ataques, una foca gris contra una marsopa, también tuvo lugar en Heligoland en 2013.

«Los mamíferos marinos no son tan diferentes de las personas en el sentido de que son un mamífero marino, tienen un cerebro y no todos funcionan de forma adecuada todo el tiempo», afirma Trites.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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