La mayor operación contra el tráfico de especies silvestres abarca más de 100 países
Una iniciativa internacional coordinada por servicios policiales y aduaneros ha llevado a la incautación de miles de animales, plantas y productos de especies protegidas.
Autoridades policiales y aduaneras internacionales han concluido la operación contra delitos medioambientales más amplia organizada hasta la fecha, abarcando 109 países y con casi 2000 incautaciones de especies silvestres protegidas, que incluyen 440 fragmentos de marfil, más de 4300 aves y casi 10 000 tortugas vivas, según Interpol.
La iniciativa, coordinada por Interpol y la Organización Mundial de Aduanas (OMA), identificó a casi 600 sospechosos, lo que ha provocado detenciones por todo el mundo. La denominada operación Thunderball es la tercera de una serie de operaciones: Interpol ejecutó la operación Thunderbird en 2017 y la operación Thunderstorm en 2018, ambas con la meta de combatir los delitos contra el tráfico ilegal de especies silvestres y madera.
El tráfico ilegal de especies silvestres es una empresa criminal multimillonaria. Supone la principal amenaza para la supervivencia de muchas especies, como los elefantes africanos, cazados por su marfil; los pangolines, utilizados en la medicina tradicional china, y muchas especies de aves y reptiles que acaban en el comercio de mascotas exóticas. El tráfico de especies silvestres está vinculado a la corrupción, el blanqueo de dinero y otras formas de crimen organizado.
Según Roux Raath, director del programa medioambiental de la OMA, el tráfico de especies silvestres ha repuntado en los últimos años, por eso Interpol y la OMA decidieron aunar fuerzas. «La demanda [de productos de especies silvestres] aumenta, la población mundial aumenta», afirma.
Durante el mes de junio, las autoridades incautaron 23 primates vivos, 30 grandes felinos, más de una tonelada de escamas de pangolín, madera equivalente a la carga de 74 camiones, más de 2600 plantas y casi 10 000 especies marinas. Por cantidad de países, se trata de la mayor operación de la historia contra los delitos contra especies silvestres. Las operaciones anteriores de la serie «Thunder» abarcaron menos de cien países.
La operación se centró en la identificación de las rutas de tráfico y las zonas de concentración de actividad delictiva, con el objetivo de impedir que ocurrieran delitos contra especies silvestres. «Cuando empezamos a trabajar, la mayoría de las veces es demasiado tarde en términos de conservación», afirma Henri Fournel, coordinador de seguridad medioambiental de Interpol. «Solo queremos dejarles claro a los delincuentes que los estamos vigilando».
La operación Thunderball «no es cuestión de números», afirma Raath. La cantidad de incautaciones ha disminuido con el paso de los años, lo que significa que los esfuerzos de las autoridades están provocando «el desmantelamiento de las redes delictivas», afirma.
«Si seguimos presionando y restringimos rutas específicas y países específicos, eso obligará a los criminales a recurrir a bienes diferentes o a países diferentes, rutas diferentes... Cambia los patrones».
Según Susan Lieberman, vicepresidenta de política internacional en la Wildlife Conservation Society en Nueva York, esta es la clave a la hora de abordar los delitos contra especies silvestres. Se trata de abordar «las redes criminales que impulsan estos delitos tan terribles», no a los individuos. Afirma que es «fantástico» que Interpol y la OMA intenten interrumpir las redes delictivas y, para tener más eficacia, los países deben responder con acciones judiciales.
«Muchas veces se producen incautaciones, pero luego no pasa nada», afirma. «La gente tiene que ir a la cárcel, sobre todo las personas que dirigen estas redes, la araña en el centro de la tela».
Las autoridades esperan que la escala de esta operación y la nueva colaboración entre Interpol y la OMA, dos de las mayores organizaciones internacionales encargadas del cumplimiento de la ley, establezca un precedente de colaboración para el futuro.
«No es algo que pretendamos hacer solo una vez para tener un bonito comunicado de prensa», afirma Fournel. «Para nosotros, estos son los fundamentos de una nueva era en la que las autoridades aduaneras y la policía trabajarán mano a mano contra los traficantes de especies silvestres y madera».
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.