Estas son las mejores fotografías de animales de 2019
Aves cantoras rescatadas recuperan la libertad y una jirafa huérfana se arrima a su cuidador en estas preciosas imágenes seleccionadas por los editores de National Geographic.
Los fotógrafos de National Geographic siempre han captado a los animales en la naturaleza en su momento más hermoso, fascinante o misterioso. En 2019, en nuestro fotoperiodismo predominó un tema diferente: animales afectados por nosotros.
En la Amazonia boliviana, John Paul Ampudia fotografió a un hombre tranquilizando a un armadillo herido rescatado de un incendio forestal. En Vietnam, Brent Sriton captó la carita de un pangolín asomándose desde una caja de madera cuando sus cuidadores lo llevaban a una ladera montañosa remota, donde tendrá una segunda oportunidad tras haber sido rescatado de unos furtivos. En una clínica de Sudáfrica, Nichole Sobiecki fotografió a una veterinaria que gateaba con cachorros de león desatendidos, ayudándolos pacientemente a aprender a caminar de nuevo.
Las fotos ilustran lo mucho que se cruzan las vidas de los animales con las nuestras, cómo algunos humanos los hieren y cómo otros tratan de deshacer el daño.
«Lo más increíble este año es que hemos pasado de una narrativa de historia natural a una narrativa de conservación», cuenta Kathy Moran, vicedirectora de fotografía de National Geographic. «Cuando observas la fauna a través de un objetivo fotográfico, no puedes sacar a las personas de la ecuación».
Incluso las fotografías de animales en la naturaleza llevan las huellas invisibles del hombre. Thomas Peschak fotografió cientos de crías de tortuga marina arrastrándose hacia el océano en una playa costarricense. Los residentes locales supervisan este fenómeno de anidación masiva, denominado arribada, y muchos pueden recoger y vender una fracción de los huevos que no eclosionan. Gracias a los beneficios, pueden permitirse vigilar la playa y proteger al resto. En el parque nacional de Gorongosa, en Mozambique, Charlie Hamilton James fotografió un elefante entre helechos rozados por la luz del sol. La escena parece un paraíso natural, pero solo ha sido posible gracias al esfuerzo humano. Los furtivos cazaron a los elefantes hasta casi eliminarlos del parque durante los años de guerra civil, pero ahora prosperan gracias a una iniciativa de conservación específica.
La fotografía de Kirsten Luce de Gluay Hom, un elefante maltratado en la industria turística tailandesa, ha dado pie a peticiones e indignación en redes sociales que exigen su rescate. Dos meses después, comenzó una nueva vida en un refugio.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.