Descubren que este reptil cuellilargo del Triásico era en realidad acuático
Durante mucho tiempo, los científicos no lograron resolver el misterio sobre si este reptil con más de tres metros de cuello, tres veces la longitud de su torso, se movía por tierra o por agua.
El "Tanystropheus" probablemente utilizaba su pequeño cráneo y sus tres metros de cuello para acercarse sigilosamente a su presa en aguas turbias sin ser descubierto.
Hace 242 millones de años, el Tanystropheus hydroides nadaba por las aguas que inundaban la región que a día de hoy corresponde a Suiza. Descrita por primera vez en 1852 como Tanystropheus longobardicus, esta especie ha desconcertado a los paleontólogos desde entonces debido a su extraña anatomía.
La longitud de su cuello, extraordinariamente largo y rígido, correspondía a tres veces la de su torso. En aquella época, los dinosaurios estaban comenzando a emerger en tierra y el mar estaba dominado por reptiles gigantes. Sin embargo, hasta ahora, esta forma inusual de su cuerpo no había permitido a los científicos decantarse por incluir a este reptil del Triásico en un animal de hábitat acuático o terrestre.
En 2014, un equipo de paleontólogos del Museo Nacional de Escocia, el Museo Field de Historia Natural en Chicago y el Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados en Beijing, describieron los fósiles de este animal como un nuevo género y especie de reptiles acuáticos que vivieron en los mares del Triásico medio en el Océano oriental de Tetis.
“En un primer momento, los paleontólogos pensaron que era un pterosaurio volador, como un pterodáctilo, y que sus huesos largos y huecos eran falanges en el dedo que sostenía el ala”, explican los expertos del Museo Field en un comunicado. “Más tarde, descubrieron que eran huesos de su alargado cuello, y que se trataba por tanto de un reptil de seis metros de largo con un cuello de tres”.
Cráneos fósiles reconstruidos en 3D
Ahora, al escanear por tomografía computarizada los cráneos aplastados de los fósiles y reensamblarlos digitalmente, los investigadores han encontrado nuevas evidencias de que los animales vivían en el agua. "He estudiado al Tanystropheus durante más de treinta años, por lo que es extremadamente satisfactorio ver a estas criaturas desmitificadas", dice Olivier Rieppel, paleontólogo del Field Museum de Chicago y uno de los autores del estudio.
A pesar de ser animales con cuellos tan largos, solo contaban con trece vértebras reforzadas con huesos adicionales llamados costillas cervicales. “Vemos lo mismo con las jirafas, que tienen solo siete huesos en el cuello, al igual que los humanos”, explican los autores en el estudio. Por otro lado, en la misma región donde se encontraron muchos de los grandes fósiles de Tanystropheus, también hallaron huesos de animales de aspecto similar pero más pequeños, lo que llevó a los científicos a dudar si se trataba de especímenes más pequeños o una nueva especie diferente.
El cráneo del "Tanystropheus" presenta varias adaptaciones para la vida en el agua: las fosas nasales ubicadas en la parte superior del hocico y los dientes curvos estaban perfectamente diseñados para atrapar presas resbaladizas.
Con el objetivo de resolver ambos misterios, los científicos utilizaron tomografías computarizadas de las losas fósiles y generaron imágenes en 3D. “El poder de la tomografía computarizada nos permite ver detalles que de otro modo serían imposibles de observar en los fósiles”, afirma Spiekman. "A partir de un cráneo fuertemente aplastado, hemos podido reconstruir un cráneo 3D casi completo, revelando detalles morfológicos cruciales".
“Los cráneos tenían características clave, incluidas las fosas nasales en la parte superior del hocico como las de un cocodrilo, que sugerían que Tanystropheus vivía en el agua”, explican. “Probablemente estaba al acecho, esperando que los peces y animales parecidos a calamares pasaran nadando, y luego los enganchaba con sus largos y curvos dientes. Es posible que haya venido a tierra para poner huevos, pero por lo general, se quedaba en el océano”.
Al investigador no le sorprendió que la evidencia apuntara a un Tanystropheus que habitaba en el agua. "Ese cuello no tiene sentido en un entorno terrestre", afirmó. "Es una estructura incómoda de llevar".
Dos especies diferentes de cuellilargos
Con el objetivo de confirmar si los especímenes eran juveniles o una especie separada, los investigadores examinaron los huesos en busca de signos de crecimiento. "La forma pequeña es un adulto, que básicamente selló el caso", dice Rieppel.
"Queda probado por tanto que se trata de dos especies". Los investigadores nombraron al más grande Tanystropheus hydroides, en honor a las hidras de cuello largo de la mitología griega. El animal más pequeño lleva el nombre original Tanystropheus longobardicus.
"Es muy significativo descubrir que había dos especies bastante separadas de este reptil de cuello extrañamente largo que nadaban y vivían uno junto al otro en las aguas costeras del gran mar de Tetis, aproximadamente Hace 240 millones de años ", afirma en el comunicado Nick Fraser, coautor del artículo. “Tanystropheus es un fósil icónico y siempre lo ha sido”, agrega Rieppel. "Aclarar su taxonomía es un primer paso importante para comprender ese grupo y su evolución".