Los chimpancés utilizados en espectáculos y como mascotas sufren graves trastornos mentales
Con un valor de hasta 70.000 euros en el mercado negro, el tráfico ilegal de chimpancés continúa al alza a nivel mundial.
Una nueva investigación desvela que los primates criados en cautividad pueden sufrir nueve enfermedades psicológicas como el estrés postraumático, la depresión y la ansiedad.
El tráfico ilegal de animales salvajes se sitúa en el tercer puesto del crimen organizado a nivel mundial, detrás de las drogas y las armas. Cada año, miles de animales son capturados y apartados de sus hábitats naturales como consecuencia del afán de lucro de los espectáculos de entretenimiento, como circos o programas de televisión, o bien debido a su peligrosa fama como mascotas. Entre estos animales, las especies de primates son algunas de las más afectadas.
Tras diez años investigando en la Fundación Mona, la primatóloga de la Universidad de Girona, Yulán Úbeda, ha presentado una nueva investigación que, por primera vez, desvela que los primates pueden sufrir nueve enfermedades psicológicas como el estrés postraumático, la depresión y la ansiedad. El estudio, publicado en la revista científica Journal of Veterinary Behaviour, representa el primer repertorio de enfermedades mentales diagnosticado en una especie no humana.
El trabajo ha analizado el comportamiento de 23 chimpancés que habían pasado años en cautividad, como mascotas o bien utilizados en circos o programas de televisión o de Youtube. Actualmente, estos animales viven en los escasos centros de recuperación de primates que existen en España. “Los datos obtenidos fueron claros y similares a algunas de las principales categorías de diagnóstico para humanos”, afirman los autores en el estudio. Sin embargo, la limitación de la muestra y los desafíos metodológicos hacen de este estudio una primera toma de contacto que pretende generar un mayor interés científico sobre la identificación de trastornos mentales que sufren los chimpancés en cautividad.
“Por cada chimpancé que hay en cautividad, como mínimo diez mueren.”
Con el objetivo de abrir camino, los investigadores adaptaron sus investigaciones a los conocimientos científicos plasmados en el Manual Diagnóstico y Estadístico de trastornos mentales (DSM, por sus siglas en inglés), que se utiliza para diagnosticar a los humanos, de donde deriva la dificultad metodológica. “Es importante destacar que el diagnóstico de trastornos psiquiátricos en chimpancés podría traducirse en importantes aspectos pragmáticos para la especie relacionados con la conciencia, las implicaciones legales, el bienestar y la psicopatología”, se lee en el estudio.
A pesar de la lucha de organizaciones como Rainfer o Mona, el tráfico clandestino de animales, lejos de decrecer, es un negocio millonario en aumento. Además, las restricciones de movilidad y la falta de recursos derivadas de la situación actual provocada por la covid-19 han allanado el terreno para los traficantes, que no tienen que lidiar con la escasa vigilancia que protege a estos animales.
A nivel mundial, se estima que el tráfico ilegal genera 20.000 millones de euros anuales, según denuncia el último informe al respecto de WWF, El negocio de la extinción (2018). Nuestro país, por su situación geográfica, es la puerta de entrada directa hacia Europa y tiene por tanto un papel clave en la lucha contra estas mafias de animales.
De todas las especies de animales, los primates son el segundo grupo de mamíferos más traficados. En apenas un siglo, sus poblaciones ha disminuido drásticamente, pasando de más de un millón a un número entre 150.000 y 250.000, según el World Wide Crime Report realizado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Al contrario de lo que suele pensarse, esta problemática se encuentra muy a menudo en el interior de nuestras fronteras. De hecho, una buena parte de los primates incautados corresponde al mono de Gibraltar. “Se trata de un goteo continuo que se detecta de forma permanente principalmente en frontera, aunque también en interior, que está ligado al tránsito de ciudadanos a países del norte de África y que puede tener que ver con el uso y venta de esta especie como mascota”, afirma WWF.
En los últimos años, las acciones de lucha contra este problema se han intensificado a raíz de la aprobación del plan europeo (2016) y del reciente Plan Español (2018) de Lucha contra el Tráfico de Especies (plan TIFIES). “Sin embargo, perviven diferentes problemas en nuestro país”, denuncia la organización. Entre ellos, “el principal es la falta de voluntad política y baja prioridad de CITES en los ministerios afectados, lo que implica una grave limitación de medios y recursos”.