¿Por qué los mamíferos tenemos embarazos tan diversos?
Desde tener embriones de repuesto hasta estar permanentemente preñada, muchos mamíferos han hecho increíbles adaptaciones para asegurar la supervivencia de sus vástagos.
Imagen simulada de un gato nonato creada por el programa de National Geographic 'Crecer como animal' para Disney+. Unos escultores moldearon a mano y pintaron modelos hiperralistas en 3D de crías de animal, tan detallados que se podían apreciar los capilares sanguíneos y los folículos del pelo.
En el planeta hay más de 5400 especies de mamíferos, con formas y tamaños de los más variopintas, desde los pequeños murciélagos moscardón, hasta las inmensas ballenas azules de que miden casi 30 metros; desde los esqueléticos aya-ayes hasta los escamosos pangolines. Esa asombrosa diversidad también se traduce en cómo las madres de los mamíferos viven el embarazo y el parto, desde los perros domésticos que pueden tener cachorros de distintos padres en un camada hasta las wallabis de pantano que pueden llevar los bebés en dos úteros distintos.
Las especies de mayor inteligencia y vidas más longevas suelen tener embarazos largos, lo que les da un amplío periodo de tiempo para el desarrollo fetal. El elefante africano tiene el embarazo más largo, 22 meses.
El pie de un feto de elefante en una simulación creada para 'Crecer como animal', de Disney+.
“El bebé elefante nace muy completo y puede andar largas distancias", dice Thomas Hildebrandt, veterinario en el Instituto de Investigación de Zoología y Vida Salvaje de Leibniz, Alemania. De manera similar, las cinco especies de rinocerontes tienen un embarazo medio de 16 meses, que dan un cachorro totalmente desarrollado. Algunos mamíferos marinos, como las delfines de nariz de botella, llevan a sus crías dentro entre 10 y 12 meses, lo que significa que los retoños pueden seguir el ritmo de sus madres desde que salen al agua.
En el otro lado de la balanza, el animal con el periodo de gestación menor es la zarigüeya americana. El único marsupial americano puede dar a luz una media de ocho o nueve crías solo 11 o 13 días después de aparearse; cada uno de estos "meñiques", llamados así por su parecido al dedo humano, tiene el tamaño de una moneda de 10 céntimos de euro. Se abren camino a través del canal de nacimiento hasta la bolsa materna para continuar con su desarrollo.
Repasemos ahora algunas de las adaptaciones más fascinantes que han desarrollado los mamíferos para llevar a sus crías y asegurar su supervivencia.
Supervivencia por número
Los animales con menor periodo de gestación tienen múltiples crías, como la típica ratona casera, una máquina de parir que tiene un embarazo de solo 19 días, teniendo en cada camada entre 12 y 20 bebés cada dos meses. Como "su medio es muy peligroso y en constante cambio", dice Hildebrandt, el exceso incrementa las opciones de que alguno llegue a la edad adulta.
Las perras domésticas y las gatas, al igual que sus congéneres salvajes, también tienen muchos cachorros en un corto espacio de tiempo. Una perra doméstica tiene un periodo de gestación de unos 63 días, y en cada camada tiene entre cinco y seis cachorros.
Los cachorros de la camada pueden tener múltiples padres, un fenómeno llamado superfecundación. Las hembras lanzan más de un huevo cuando ovulan, su ciclo dura una semana y se pueden aparear con más de un macho para fertilizar el mayor número de huevo posibles, dice Alexander Travis, un biólogo reproductivo de Colegio de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell (Estados Unidos).
Es por eso que algunos perros pueden tener varias mezclas de razas en sus camadas. Por ejemplo, un caniche puede dar a luz a la vez a un cachorro caniche-beagle y a un cachorro caniche-labrador.
Simulación de un león marino nonato hecha para el programa 'Crecer como animal', de Disney+.
Embarazo en pausa
Más de 130 especies de mamíferos, como las osas, las focas, las leonas marinas y distintas marsupiales pueden retrasar su embarazo hasta que las condiciones sean las idóneas. Eso puede ser desde que haya un mejor clima o que haya más cantidad de comida hasta que se espere hasta que los hermanos mayores que todavía dependen de la madre se independicen.
En este escenario, llamado implantación retrasada, "el esperma llega al óvulo, lo fertiza y se genera un embrión temprano. Pero no se implanta", explica Travis. En lugar de eso, el óvulo fertilizado se queda en un estado latente llamada implantación diferida.
Las leonas marinas de Steller, que viven en el Pacífico norte, pueden postponer el parto de su única cría hasta que "hay suficiente comida y las condiciones son templadas", dice Carrie Goertz, directora de salud animal en el Centro de Vida Marina de Alaska (EE. UU), un acuario y centro de rehabilatacion.
En verano, las leonas marinas de Steller dan a luz en tierra, después vuelven a estar en celo solo dos semanas más tarde y pueden volver a quedarse preñadas. "El óvulo se fertiliza y pasan once meses y medio antes de que vuelva a dar a luz", dice Goertz.
Durante este estado de crecimiento suspendido, la madre vuelve al agua para forrajear. "En realidad se pasan la mayoría de su vida adulta comiendo para tres, es asombroso que tengan los recursos para ser capaces de hacerlo".
Embarazos de reserva
Las cuatro especies de canguros tienen dos úteros separados, una evolución que le permite llevar un embrión "de repuesto". Tras dar a luz a su retoño sin pelo y del tamaño de una alubia, las hembras muchas veces se vuelven a quedar preñadas en el otro útero.
Mientras madura el pequeño recién nacido en su bolsa, la madre mantiene el otro embrión fecundado en arresto domiciliario hasta que su hermano es destetado y puede entrar en la bolsa materna. Una hembra de canguro puede producir leche con diferentes valores nutricionales para dos crías de diferentes edades y tiene cuatro mamas de las que se pueden alimentar los dos hermanos.
Si la madre pierde a su cría, "entonces el embrión que está en espera retoma su desarrollo, para poder ser más eficientes reproductivamente y tener más descendencia sin tener que esperar todo un año", dice Travis.
Un estudio de marzo de 2020 demostró que las walabis de pantano también pueden tener dos embriones en distintos estados de desarrollo en sus úteros. Usando un ultrasonido de alta resolución, los investigadores supieron que las hembra ovulan, se aparean y generan un nuevo embrión mientras todavía tienen un feto plenamente desarrollado en el otro útero. Eso significa que esta especie que siempre está preñada.
Echando un vistazo dentro de la matriz
Aunque sabemos mucho de la reproducción y apareamiento en el mundo animal, lo que pasa dentro de la matriz está lleno de misterios.
Por eso cada vez más científicos están usando tecnología avanzada para ver qué pasa mientras el animal se desarrolla en el útero. Usando imágenes 4D en una leona africana embarazada, por ejemplo, Hildebrandt descubrió una estructura protectora que parecía una hamaca en la que se apoya el cachorro cuando está dentro de la madre.
Cuando una leona caza una presa como una cebra, es muy posible que reciba patadas en el abdomen. "Estos golpes normalmente matarían al bebé, pero no lo hacen porque la naturaleza se las ingenió para crear un sistema de suspensión que reduce el impacto de estos golpes", dice.
Para la serie documental de National Geographic, Crecer como animal, disponible en desde este agosto en Disney+, unos artistas esculpieron a mano y pintaron modelos hiperrealistas en 3D de bebés de animales con una precisión asombrosa, se podían ver los capilares sanguíneos y los folículos del pelo. Por primera vez, los espectadores podrán ver dentro de la tripa de sus madres a las crías de chimpancés, de leones marinos de Steller, de perros salvajes africanos y muchos otros animales.
“A todo el mundo le gustan los bebés de animales, pero no todo el mundo es consciente de cuán extraordinariamente vulnerables son estos recién nacidos, ni de la cantidad de adaptaciones evolutivas con las que nace ni de la gran capacidad que tienen para aprender a sobrevivir", cuenta por email Dominic Weston, productor del programa.
Un chimpancé recién nacido, por ejemplo, es totalmente dependiente de su madre, como paso con los bebés humanos, tiene la fuerza necesaria para agarrarse al pelo de su madre mientras ambos se mueven por las copas de los árboles a varias decenas de metros de altura.
"Hay muchas tecnologías nuevas, y otras conocidas, que se están desarrollando y empleando en los estudios de bebés de animales, tanto dentro como fuera del vientre materno", dice Weston.
“Lo que he aprendido durante la serie es que la curiosidad individual de los científicos, su innovación y una profunda dedicación lo que nos permite ver como de milagrosos son los animales y entender lo importante que es para nosotros protegerlos".