El macaco de Berbería, víctima del tráfico ilegal en España por el mascotismo y los 'selfies'
España es la puerta de entrada a Europa del tráfico de animales salvajes como el macaco de Berbería, gravemente amenazado por su tenencia ilegal como mascota y su uso como atracción para fotografías turísticas.
En 2016, las organizaciones de protección animal lograron que este macaco pasara de CITES II a CITES I, el máximo grado de protección.
Entre los Montes Atlas del norte de África y en el peñón de Gibraltar, en el sur de la península ibérica, habitan las poblaciones del único primate que vive en estado salvaje en Europa: el macaco de Berbería. Esta particular especie (Macaca sylvanus) es la única que vive en África al norte del Sáhara, y también la única que habita fuera de Asia. Sin embargo, hoy su hábitat se reduce a Marruecos, Argelia y Gibraltar. Allí, considerado patrimonio y alimentado por las autoridades, estos macacos pasean a su antojo por calles y tejados.
Durante el Pleistoceno, estos monos poblaron Europa desde las costas mediterráneas hasta Alemania e Inglaterra, pero la llegada de las glaciaciones, hace unos 30 000 años, provocaron su extinción en nuestro territorio. Se cree que las poblaciones que aguantaron en África volvieron a avanzar hacia el norte, o bien se introdujo de nuevo capturado por los humanos.
Sin embargo, este primate está gravemente amenazado por el tráfico ilegal, negocio que se encuentra en el tercer puesto de crimen organizado a nivel mundial, para su uso como mascota y como atracción para fotografías turísticas, dos de las principales razones por las que este primate está en peligro de extinción con menos de 8 000 animales salvajes, según datos de Barbary Macaque Awareness & Conservation.
"No tenemos cifras de cuántos macacos hay como mascota en España, pero hay muchísimos", afirma la primatóloga Laura Riera.
En el año 2008, este macaco se encontraba al borde de la extinción. En 2016, las organizaciones de protección animal lograron que este macaco pasara de CITES II a CITES I, el máximo grado de protección. Aunque a día de hoy las cifras han mejorado, continúa en grave peligro. “Los macacos de Berbería se extraen de la naturaleza cuando son bebés para abastecer este comercio”, denuncia la organización. “Esto significa que los bebés son separados al nacer de sus familias y experimentan una angustia psicológica extrema”.
Sin embargo, las graves consecuencias del tráfico ilegal no acaban ahí. Los primates son animales muy sociales, lo que provoca que, para lograr capturar a sus crías en la selva, “a menudo los cazadores furtivos matan a los miembros de una manada entera y luego queman los restos. Se dan casos en los que las crías llegan a los centros de rescate con quemaduras por escapar de las manos de sus captores y tratar de abrazarse de nuevo a sus madres”, relata Laia Dotras, primatóloga del Instituto Jane Goodall España.
Mascotismo de exóticos en Europa
"No tenemos cifras de cuántos macacos hay como mascota en España, pero hay muchísimos", afirma Laura Riera, primatóloga que ha trabajado con diversas organizaciones de protección como la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA).
"Aquí en Cataluña, cuando yo estaba en el departamento de fauna salvaje, mi trabajo era básicamente decomisar macacos". En Europa, el tráfico ilegal de crías capturadas para ser vendidas como mascotas es la principal causa del descenso del número de macacos de Berbería. El mayor centro de rescate de grandes felinos y primates de Europa, la Fundación AAP Primadomus, ubicada en Alicante, afirma que “desde hace años las solicitudes de rescate de macacos de Berbería que nos llegan a AAP no han dejado de crecer, siempre asociados al mascotismo de exóticos”.
“Muchas veces los animales decomisados se llevan a centros ilegales o que hacen cosas ilegales, porque no se sabe dónde ponerlos. Estos centros a menudo los crían y venden las crías”
Otro de los problemas asociados a este negocio es "que muchas veces los animales decomisados se llevan a centros ilegales o que hacen cosas ilegales, porque no se sabe dónde ponerlos. Estos centros a menudo los crían y venden las crías", denuncia Riera. "De pronto, cuando te llegan animales, ves que hay personas que tienen animales cedidos por un zoo, por ejemplo. Por otro lado, los pasan siendo bebés por el estrecho de Gibraltar y los venden por 4000 o 5000 euros".
Los animales suelen ser “encontradas vagando por las calles en diferentes periodos de tiempo, posiblemente abandonados por sus dueños una vez comprobaron que, al crecer, los macacos de Berbería muestran su instintos y se vuelven inmanejables, llegando a agredir y morder a los miembros de la familia que los posee”, afirma AAP en un comunicado.
"La situación en los centros es también complicada, porque hay muchísimos macacos y su conservación en cautividad es muy complicada, es una especie que se agrede mucho y se estresa mucho. Además, los macacos llegan mal y muy humanizados, por lo que no saben relacionarse con su especie. Es muy difícil tener un grupo de macacos estable".
Durante muchos años, se ha llevado a cabo la campaña Paso del Estrecho, donde participaba FAADA, que consiste en dar información a las personas que cruzan en el barco del Estrecho a través de paneles y películas sobre la situación del primate y su tenencia ilegal.
Ver vídeos y fotografías de animales salvajes como tigres, leones o primates en el sofá de una casa con sus excéntricos dueños fardando de su estilo de vida es algo cada vez más común en redes sociales, y sorprendentemente más aclamado que criticado.
El año pasado, los anuncios ilegales de especies silvestres en Facebook aumentaron, pese a las medidas que habían prometido implantar para combatir el tráfico de animales.
Esta marea de vídeos virales humanizando a todo tipo de animales de selva y sabana está provocando un nuevo impulso para el tráfico de animales, que ve en ellos un filón para que la demanda del mascotismo continúe creciendo. El año pasado, los anuncios ilegales de especies silvestres en Facebook aumentaron, pese a las medidas que habían prometido implantar para combatir el tráfico de animales.
Tráfico de selfies
Al pasear por las calles de Marrakech durante unas vacaciones o una escapada rápida, no es difícil encontrar por cada esquina macacos de Berbería sujetos con cadenas al cuello en la plaza de Yamaa el Fna, junto al zoco más famoso de la ciudad. Estas mafias crecen con cada turista que quiere hacerse un selfie con los monos.
“Cuando los macacos no se utilizan para tomar fotografías, se guardan en pequeñas cajas de metal”, explican. “Estas cajas se calientan mucho con el sol y no tienen suficiente tamaño para que puedan moverse. A menudo están solos en las cajas; esto es extremadamente perjudicial para estos animales, que normalmente viven en grupos de hasta 70 individuos”.
Pero el sufrimiento de estos animales en cautividad no acaba ahí. A menudo, los centros de rescate denuncian las condiciones de salud y enfermedades crónicas con las que llegan los animales decomisados por haber tenido una mala alimentación durante toda su vida, ya que la dieta que les proporcionan no es apropiada y no puede igualar la que tendrían en libertad.
Uno de los grandes escollos con los que se ha encontrado la lucha contra este crimen es la necesidad de endurecer las penas. Desde hace años se espera con urgencia la creación del llamado listado positivo que incluya las especies cuya tenencia y comercio están permitidas, quedando prohibidas todas las demás. “Perro, gato, y algunos animales domésticos más, porque no olvidemos que el resto de animales que solemos tener en nuestras casas son salvajes”, declara Riera.