Por qué los nuevos mega embalses son una amenaza para los peces más grandes del sudeste asiático
Muchos peces en peligro de extinción, como el siluro gigante del Mekong (también llamado pez gato), se verán perjudicados por la construcción de presas en Laos y otras regiones tropicales.
Un pescador navega por los niveles de agua extremadamente bajos del río Mekong en el noreste de Tailandia en 2019. Una presa aguas al norte, en Laos, (así como la sequía) provocaron la reducción del caudal.
Hubo un tiempo en el que decenas de algunos de los peces de agua dulce más grandes del mundo nadaban por el río Mekong, pasando por la ciudad laosiana de Luang Prabang, ahora declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Bagres gigantes del tamaño de un oso pardo, barbos de siete rayas, pangasius gigantes y otros peces enormes pasaban por delante de los históricos templos budistas de la ciudad, las villas coloniales francesas y los edificios tradicionales de madera en su camino hacia el norte, hacia sus zonas de desove. Tras décadas de sobrepesca en el río Mekong, hoy es raro ver a estos titanes del río.
Aun así, muchos científicos mantienen la esperanza de su recuperación: siempre que el río Mekong, al sur de China, no vuelva a encerrarse en una presa, la pesca a pequeña escala y otros esfuerzos de conservación podrían conducir a la recuperación de estas especies en peligro crítico.
Pero ahora parece que esa esperanza se desvanece, ya que Laos planea construir al menos 10 nuevas presas en el tronco principal del Mekong en la próxima década. Entre los primeros proyectos está Nam Sang, una enorme central hidroeléctrica que se construirá justo aguas arriba de Luang Prabang.
El régimen comunista de Laos, que promueve la energía hidroeléctrica como parte de su apuesta por convertirse en la principal fuente de energía del sudeste asiático, ha construido docenas de presas en los afluentes del Mekong. El gobierno espera que las nuevas presas, como la de Nam Sang, que se completará en 2027, generen ingresos públicos mediante la venta de electricidad a los países vecinos, como Tailandia.
"Si estos proyectos de presas siguen adelante, el tramo del Mekong que en su día fue el hábitat principal y la zona de desove de varias especies de peces gigantes va a ser cortado en trozos cada vez más pequeños", afirma el explorador de National Geographic Zeb Hogan, biólogo de peces de la Universidad de Nevada, en Reno (Estados Unidos), que lleva más de dos décadas estudiando los megapeces del Mekong. "Para los peces que necesitan ríos de flujo libre para sobrevivir, esto puede ser el golpe de gracia".
El promotor vietnamita de Nam Sang, PetroVietnam, no respondió a las peticiones de National Geographic para que comentara el proyecto y sus posibles efectos sobre la fauna. Las imágenes de satélite muestran que se han instalado viviendas para el personal de trabajo, pero la construcción de la presa no ha comenzado.
Más allá del Mekong, los grandes peces, delfines, cocodrilos y otros grandes animales de agua dulce también están amenazados por las nuevas presas. En todo el mundo hay más de 3400 grandes proyectos hidroeléctricos previstos o en construcción, y una gran parte de ellos se encuentra en ríos de gran biodiversidad en regiones tropicales, según un estudio reciente publicado en la revista Biological Conservation y dirigido por Fengzhi He, ecólogo de agua dulce del Instituto Leibniz de Ecología de Agua Dulce y Pesca Continental de Alemania. El estudio concluye que las presas afectarán de forma desproporcionada a los animales fluviales más grandes.
Si se construyen, dice He, las presas "añadirán grandes incertidumbres a la supervivencia" de muchas especies de agua dulce.
Añade Hogan, coautor del estudio, "es un patrón que estamos viendo en otros ríos tropicales también, como el Amazonas y el Congo, pero el Mekong es el máximo exponente de este problema, con el desarrollo acelerado de la energía hidroeléctrica impulsando el riesgo de extinción de algunos de los animales más emblemáticos del mundo."
Los fantasmas del Mekong
La megafauna de agua dulce, definida vagamente como las especies que pesan más de 30 kilos de media, se encuentra entre los animales más amenazados de la Tierra. Las poblaciones mundiales han disminuido casi un 90% desde 1970, el doble que la pérdida de poblaciones de vertebrados en tierra o en los océanos, según un estudio de 2019 en Global Change Biology.
Los peces de gran tamaño, como los esturiones, los salmones y los peces gato gigantes, sobre todo en el hemisferio norte, han experimentado descensos aún mayores, debido a la sobrepesca, la contaminación y las presas.
Un grupo de personas admira un siluro gigante del Mekong sacado del río en 1986.
El río Mekong, que atraviesa seis países, ha albergado históricamente más especies de peces extremadamente grandes que cualquier otro sistema fluvial del mundo. Pero de los más grandes que se encuentran aquí, casi todos están ahora en peligro crítico de extinción. Hogan, por ejemplo, no ha visto un siluro gigante del Mekong desde 2015.
Mientras China opera una cascada de presas en el curso superior del río Mekong -más allá de las zonas de desove de muchos de los megapeces de la región-, la política enredada en la cuenca baja del Mekong y la presión de los conservacionistas han ayudado a frenar los planes de desarrollo de la corriente principal hacia el sur.
Los conservacionistas esperaban que las nuevas presas siguieran el modelo menos destructivo de las dos megapresas que ya están en funcionamiento en el curso principal del Mekong.
Una de ellas, Don Sahong, se construyó en un lugar donde el Mekong se ramifica en diferentes canales, lo que permite a los peces pasar alrededor de la presa. En la otra, la presa de Xayaburi, financiada y construida por Tailandia, se han gastado más de 264 millones de euros en esfuerzos para ayudar a los peces a evitarla, incluyendo la instalación de sofisticadas escaleras para peces.
Los conservacionistas esperaban que "la inversión en Xayaburi fuera la norma de oro y que todas las presas futuras cumplieran o superaran la inversión en instalaciones", afirma Lee Baumgartner, ecólogo de peces de agua dulce de la Universidad Charles Sturt de Sídney (Australia), que estudia el impacto de las presas en el Mekong. "Pero éste no es el caso. Ni de lejos".
Migración interrumpida
Quizás el mejor ejemplo de cómo las presas pueden dañar a los peces grandes está en China, donde los investigadores declararon en 2019 que el pez espátula del Yangtsé, una especie antigua capaz de crecer hasta 23 pies de largo, se había extinguido. Aunque la sobrepesca del pez espátula había sido un problema, los científicos concluyeron que fue la presa de Gezhouba, construida en la década de 1980 en el río Yangtze, la que en última instancia había causado su desaparición, al quitarle a los peces de su única zona de desove aguas arriba.
"Las evaluaciones de impacto habituales siguen centrándose en el análisis de una pequeña zona de amortiguación en torno a la propia obra", afirma Günther Grill, geógrafo de la Universidad McGill de Canadá y coautor del reciente estudio. Lo que falta, dice, son mayores esfuerzos por parte de los gobiernos para encontrar una ubicación para una presa que no perjudique a la megafauna a escala regional.
Además de bloquear el movimiento de los peces, las presas también alteran las condiciones hidrológicas de las que se nutren y desovan los peces migratorios. El sistema del río Mekong se rige por un gigantesco pulso de inundación que en la estación húmeda puede elevar el río hasta 12 metros. En los últimos años, sin embargo, ese pulso de inundación se ha visto interrumpido por la sequía regional, exacerbada por el cambio climático, y por la retención de agua por parte de China en sus presas de la cuenca superior, según los datos por satélite del Centro Stimson.
Estos datos también muestran que en los últimos tres años, los niveles de agua en todo el sistema del río Mekong han alcanzado mínimos históricos.
"Para los peces que han evolucionado para migrar al inicio del pulso de la inundación, este régimen de flujo alterado puede crear un desajuste de tiempo entre el momento en que los peces realmente migran y las condiciones ambientales ideales para sus crías", dice el explorador de National Geographic Aaron Koning, un ecologista de conservación de la Universidad de Nevada, Reno (Estados Unidos), que trabaja con Hogan en un proyecto de USAID llamado Maravillas del Mekong para impulsar la biodiversidad y la salud del ecosistema en el Bajo Mekong.
"De este modo", dice, "las presas no sólo afectan a los peces del Mekong de hoy, sino que afectan al futuro de los peces del Mekong".
El dilema de los delfines
Según el estudio, si se construyen las 3400 presas propuestas, más de 600 ríos de más de 100 kilómetros dejarían de considerarse de libre circulación. Muchos de los grandes peces de agua dulce son altamente migratorios, y su capacidad para desplazarse por los ríos de flujo libre es esencial para su supervivencia. Uno de ellos es el río Irawaddy, en Myanmar, que alberga al delfín del Irawaddy, en peligro de extinción, y al tiburón del Ganges, en peligro crítico.
En la cuenca del Amazonas, que es el río más rico en especies del mundo, hay más de 400 presas hidroeléctricas previstas en varios afluentes. Preocupan especialmente dos especies de delfines de río, el delfín gris (o tucuxi) y el delfín rosado del Amazonas, de mayor tamaño, que recientemente se han incluido en la lista de especies en peligro de extinción.
Aunque los delfines del Amazonas no migran como lo hacen muchos peces grandes, dependen de los peces migratorios para alimentarse. Las presas también amenazan con encajonar a los delfines en poblaciones más pequeñas, lo que puede conducir a la endogamia y a la dilución de la diversidad genética.
Si se construyen todas estas presas, "podríamos asistir aquí al mismo destino al que se enfrenta Asia", dice Mariana Paschoalini, ecologista del Instituto Aqualie de Juiz de Fora (Brasil), refiriéndose a la extinción funcional del delfín del río Baiji en el río Yangtze de China en 2006.
Por su parte, Hogan dice que espera no tener que ser testigo de la desaparición del siluro gigante del Mekong (o pez gato del Mekong) y de otros gigantes del río. Hay algunos destellos de esperanza. Por ejemplo, Camboya ha anunciado recientemente una moratoria de 10 años en la construcción de nuevas presas en el cauce principal del Mekong.
Pero, advierte Hogan, "así es como se desarrollan las extinciones. Y si se construyen más presas en regiones de gran biodiversidad en el futuro, es probable que empeore".
La National Geographic Society, comprometida con la iluminación y la protección de las maravillas de nuestro mundo, ha financiado el trabajo del explorador Zeb Hogan. Conoce más sobre el apoyo de la Sociedad a los Exploradores que destacan y protegen especies críticas. Hogan y Stefan Lovgren son coautores del próximo libro Cazando gigantes: La búsqueda de los peces de agua dulce más grandes del mundo.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.