Un extraño pez que "anda" y parece hecho de ganchillo, entre el centenar de especies nuevas descubiertas en Chile
Este extraño sapo marino es una de las 100 especies posiblemente nuevas para la ciencia que se han encontrado en montañas submarinas frente a Chile.
Una reciente expedición descubrió esta especie probablemente nueva de sapo marino en una montaña submarina frente a Chile. Los sapos de mar son depredadores de emboscada que utilizan sus señuelos para acercar a sus presas y luego atacarlas.
Las series de ciencia ficción están llenas de encuentros con extraterrestres, pero pocas de las criaturas imaginadas para la televisión llegan a ser tan extrañas como las de nuestras profundidades marinas. Un equipo que exploraba el océano frente a Chile ha descubierto recientemente más de 100 especies de aspecto extraño que probablemente sean nuevas para la ciencia.
"Aunque encontrar nuevas especies en estas zonas, entre las más remotas y poco exploradas de los océanos del mundo, no es inesperado, encontrar docenas de ellas es emocionante e inspirador", dijo a National Geographic en un correo electrónico el científico jefe Javier Sellanes, biólogo marino de la Universidad Católica del Norte de Chile.
Los científicos zarparon a principios de 2024 a bordo del buque de investigación Falkor (too) del Instituto Oceánico Schmidt para explorar las profundidades del sudeste del océano Pacífico. Enviaron un vehículo robótico submarino, o ROV, equipado con luces y cámaras a más de 1500 metros de profundidad para retransmitir en directo las maravillas ocultas bajo las olas.
Los científicos descubrieron una forma de vida que se asemeja a una constelación viviente y se mueve como una planta rodadora submarina; crustáceos carmesí con largas y enjutas patas cubiertas de pinchos; y montones de organismos que parpadean con bioluminiscencia.
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El nuevo sapo marino se puede ver en el minuto 4.13 del vídeo.
Destaca un tipo de pez "andante", con ojos saltones y piel que parece hecha de ganchillo. Es una especie de sapo marino, un tipo de rape de aguas profundas famoso por su expresión sombría y el señuelo brillante que cuelga delante de su cara para atraer a sus presas. Su piel, parecida a la del sapo, está formada por pequeñas agujas que probablemente le ofrecen protección y orificios para los órganos sensoriales.
Este sapo de mar tiene aletas modificadas que le permiten caminar por el fondo marino, en parte como estrategia de caza y en parte porque consume menos energía que nadando, explica Sellanes.
Según los expertos, se trata del primer informe científico sobre un sapo marino en el Pacífico sudoriental, por lo que es probable que se trate de una nueva especie.
"Se sabe muy poco sobre la ecología, el comportamiento y otros aspectos de la biología de Chaunacops", o el género de sapo marino, dice Bruce Mundy, biólogo de pesca jubilado de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. que no formó parte de la expedición.
Por ejemplo, dice, "que yo sepa, no se han realizado estudios" sobre el funcionamiento real de sus señuelos.
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Oasis marinos
Los investigadores cartografiaron cuatro montañas submarinas desconocidas hasta entonces, llamadas montes submarinos, así como seis ya conocidas por la ciencia.
"La naturaleza única de la topografía de los montes submarinos permite que ciertos tipos de especies vivan y se adapten a un estilo de vida que sólo puede encontrarse en ese monte concreto", explica en uno de los vídeos de la expedición Jan Maximiliano Guerra, miembro del equipo y estudiante de doctorado en la Universidad Católica del Norte.
"Y, por lo tanto, la mayoría de las especies que encontramos a lo largo de esta cordillera y en los montes submarinos son únicas en la naturaleza y no se pueden encontrar en ningún otro lugar del mundo".
En otro vídeo, Sellanes añade que "en muchos sentidos, constituyen una especie de oasis en medio de un desierto marino".
Puede que haya más de 100 000 montes submarinos en todo el mundo, pero el hombre ha explorado menos del 0,1% de ellos, según la Agencia Medioambiental y Oceánica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés). Muchos menos están protegidos de actividades humanas potencialmente dañinas, como la pesca comercial, la pesca de arrastre y la minería.
Afortunadamente, dice Sellanes, dos de las montañas submarinas que exploraron los científicos ya forman parte de zonas marinas protegidas.
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Arañando la superficie
Pero Sellanes dice que hay que proteger más montes submarinos. Durante la expedición, observó esponjas gigantes, campos de lirios de mar, pulpos que habitan en el fondo marino y enormes corales bambú de tres metros de altura, cada uno de ellos poblando zonas completamente distintas.
"Así que cada monte submarino es único, y proteger sólo unos pocos no basta para proteger eficazmente toda la diversidad de fauna y hábitats que albergan", afirma Sellanes.
Muchas plantas y animales que se encuentran en los montes submarinos son especialmente vulnerables porque no viven en ningún otro lugar, afirma la científica jefe Erin Easton, oceanógrafa biológica de la Universidad de Texas Rio Grande Valley, en Estados Unidos.
Y aunque un centenar de nuevas especies es un botín significativo para una sola expedición, el equipo subraya que apenas han arañado la superficie.
"Lo que exploramos en cada inmersión con ROV es sólo lo que somos capaces de ver en un recorrido de unos dos kilómetros, lo cual es insignificante comparado con el enorme volumen de estas estructuras", afirma Sellanes.
Muchas más especies nuevas permanecerán ocultas hasta que los científicos regresen para proseguir la exploración. "Lo que ya sabemos sobre [estos ecosistemas de aguas profundas] justifica su protección, pero lo que aún desconocemos la justifica aún más".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.