Los osos polares, incapaces de adaptarse al calentamiento del Ártico
Los osos polares son habituales en el oeste de la bahía de Hudson, en Manitoba (Canadá).
Para los osos polares de Manitoba (Canadá), el hielo marino que envuelve el oeste de la bahía de Hudson durante la mayor parte del año es el terreno de caza ideal para darse un festín de focas ricas en grasa. Pero llegan los días más duros del verano, cuando el hielo se derrite y los osos se ven obligados a pisar tierra firme. Y allí la cosa cambia: la vida ya no es un picnic para estas criaturas gigantes.
Privados de alimentos adecuados, los osos deben vivir de sus reservas de grasa durante varios meses. Ahora, el cambio climático está provocando que esa espera sea aún más larga, ya que el calentamiento de las temperaturas derrite el hielo marino antes en primavera y lo solidifica más tarde en otoño. Según los estudios, el Ártico se está calentando el doble de rápido que el resto del mundo. La pregunta es: ¿cómo se adaptarán los osos polares a pasar más tiempo en tierra?
La respuesta, según un nuevo estudio publicado esta semana en Nature , no es muy buena. El estudio muestra que los carnívoros buscan comida, como aves y bayas, en lugar de descansar, que es lo que los científicos pensaban que hacían la mayoría de los osos mientras estaban en tierra. Pero el estudio también concluye que, al hacerlo, los osos gastan tanta energía extra como la que obtienen al comer los alimentos. Durante las tres semanas que duró la investigación, los osos perdieron una media de más de un kilo de peso cada día mientras esperaban a que volviera a formarse el hielo.
"No hay estrategia ganadora" para los osos, afirma el director del estudio, Anthony Pagano, biólogo investigador de fauna salvaje del Servicio Geológico de Estados Unidos en Anchorage (Alaska): "No podrán encontrar en tierra el alimento que necesitan".
Obligados a pasar períodos más largos en tierra sin alimento suficiente, los individuos vulnerables, especialmente los osos jóvenes, podrían sufrir inanición, advierten los científicos, lo que acabaría poniendo en peligro la supervivencia de poblaciones enteras.
Dado que los osos polares se desplazan cada vez más a nuevos espacios terrestres en busca de alimento, es probable que también aumenten los enfrentamientos peligrosos con los humanos, afirman los investigadores.
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Sorprendentemente activos
Los osos polares viven en 19 regiones del Ártico, desde Canadá hasta Groenlandia y Rusia. Mientras que algunas poblaciones viven en hielo permanente, otras habitan en hielo estacional. El cambio climático ha provocado una cierta pérdida de hielo en todas las regiones, lo que ha dado lugar a drásticos descensos de la población. Como consecuencia, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza clasifica a los osos polares como vulnerables a la extinción.
Según el estudio, entre 1979 y 2015, la duración de la ausencia de hielo en el oeste de la bahía de Hudson (al noroeste de Canadá) aumentó en tres semanas. Unos 800 osos polares viven en la parte occidental de la bahía de Hudson, lo que supone un descenso del 30% desde 1980. Esos osos pasan ahora una media de 130 días en tierra al año, una cifra que se espera que aumente entre 5 y 10 días por década en el futuro.
Para averiguar cómo los osos polares pasan su tiempo en tierra, Pagano y su equipo colocaron rastreadores de vídeo con GPS en 20 osos de la Bahía de Hudson durante períodos de tres semanas en los veranos entre 2019 y 2022. Los científicos rastrearon la dieta, el movimiento, el comportamiento, los cambios en la masa corporal y la cantidad de energía que los animales gastaban cada día.
"Antes solo teníamos retazos [de información] sobre lo que hacen los osos en tierra", dice Pagano, que dirigió un estudio similar hace varios años centrado en la actividad de los osos en el hielo marino.
El comportamiento de los osos variaba enormemente. Tres nadaron largas distancias en aguas abiertas, y una de las hembras nadó más de 160 km. Un vídeo reveló que la osa encontró una beluga muerta mientras nadaba, pero no pudo alimentarse de ella. "Puso de manifiesto que los osos no son capaces de comer en aguas abiertas", explica Pagano.
Dice que los resultados le sorprendieron a él y a sus colegas, que pensaban que los osos polares minimizaban su actividad en tierra para ahorrar energía.
Aunque los machos adultos pasaban casi todo el tiempo descansando, lo que reducía su gasto energético en tierra a niveles similares a los de los osos en hibernación, el 70% de los osos se movían activamente en busca de fuentes de alimento, como bayas, hierba y cadáveres de aves y caribúes. Estos alimentos son mucho menos energéticos que la grasa de foca.
De los 20 osos, 19 (independientemente de su edad, sexo o tamaño) perdieron peso.
El estudio predice que una cuarta parte de los machos adultos, los individuos más grandes y resistentes que pueden pesar hasta 770 kilos, empezarían a tener problemas de inanición tras 180 días en tierra. Pero los individuos más vulnerables, como los osos jóvenes, llegarían a ese punto mucho antes.
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La supervivencia del más gordo
Andrew Derocher, profesor de biología de la Universidad de Alberta (Canadá) que lleva mucho tiempo estudiando a los osos polares, señala que algunos individuos están en mejor forma que otros.
"Algunos animales pueden pasar muchos, muchos meses antes de tener problemas, mientras que otros pueden quedarse sin energía en cuestión de semanas", dice Derocher, que no participó en el estudio. Asegura que cuanto más gordo esté un oso durante los meses de alimentación en el hielo marino, mejor podrá afrontar el periodo sin hielo.
Como los osos polares pasan más tiempo en tierra y se mueven activamente por el paisaje en busca de comida, "hay un elemento de desesperación en algunos de estos osos individuales que los pone en conflicto potencial con la gente".
En el pasado, los osos polares solían acercarse a la costa y congregarse cerca de la ciudad de Churchill, en Manitoba, que tiene un largo historial de gestión de osos polares, incluido el mantenimiento de un centro de retención conocido como "cárcel de osos polares", donde se retiene a los osos peligrosos antes de reubicarlos lejos de la ciudad.
Pero ahora hay indicios de que más osos polares pueden estar migrando más al norte en busca de hielo marino, trasladándose potencialmente a comunidades que no están ni de lejos tan bien preparadas para hacer frente a los osos problemáticos como Churchill.
"Estos osos pueden oler la comida de un perro y acudir directamente", dice Derocher; "no es que quieran alimentarse de nuestra basura. Quieren salir al hielo y empezar a cazar focas. Pero cada vez están más atrapados en tierra".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.