Fotografían por primera vez dos ballenas jorobadas apareándose: son machos

Aunque el apareamiento de las jorobadas ha sido un misterio durante mucho tiempo, se sabe que otros mamíferos marinos, como los delfines y las focas, presentan comportamiento sexual entre machos.

Por Jason Bittel
Publicado 29 feb 2024, 16:25 CET
Dos ballenas macho copulan

Se desconoce por qué los dos machos copularon, aunque es posible que la ballena B (arriba) intentara consolar a la ballena A, que está enferma y probablemente sufre una lesión en la mandíbula, según los expertos.

Fotografía de Lyle Krannichfeld and Brandi Romano

Criaturas enormes y carismáticas como la ballena jorobada pueden parecer bien estudiadas, pero la comunidad científica no deja de revelar nuevos y fascinantes comportamientos sobre ellas.

Hace sólo unos meses, los expertos publicaron las primeras imágenes del nacimiento de una ballena jorobada.

Y ahora, hay otro avance: la primera observación de comportamiento sexual entre ballenas jorobadas.

Y hay más: ambos animales eran machos, según un estudio publicado el 27 de febrero en la revista Marine Mammal Science.

El descubrimiento es el resultado de que dos fotógrafos ciudadanos, Lyle Krannichfeld y Brandi Romano, estuvieran en el lugar adecuado en el momento adecuado en un barco frente a Maui (Hawái, Estados Unidos).

Dos machos de ballena jorobada

La Pacific Whale Foundation, una organización sin ánimo de lucro con sede en Maui, ya había nombrado e identificado a los dos machos implicados en el suceso.

Fotografía de Lyle Krannichfeld and Brandi Romano

"Compartieron las fotos conmigo para que les diera mi opinión y, cuando las vi, me quedé de piedra", dice la directora del estudio, Stephanie Stack, investigadora de la Pacific Whale Foundation, con sede en Maui.

"La copulación de ballenas jorobadas nunca se había visto ni documentado antes en ningún lugar del mundo", afirma Stack; "así que es un encuentro muy especial y asombroso".

Como las ballenas jorobadas "viven bajo el agua, gran parte de lo que hacen sigue siendo un misterio para nosotros", dice Stack.

En las últimas décadas, sin embargo, los investigadores han seguido y estudiado a estos animales como nunca antes, ayudados por nuevas tecnologías de rastreo y drones. También ha sido útil tener más ojos en el horizonte, gracias a turistas impacientes y ciudadanos científicos con cámaras.

Los estudios longitudinales, que tratan de seguir a los mismos animales durante décadas, son otra baza inestimable.

La Pacific Whale Foundation lleva estudiando el mismo grupo de ballenas jorobadas en Hawái desde 1980, dice Stack, "y tenemos uno de los mayores catálogos de identificación fotográfica del mundo de ballenas jorobadas individuales".

Afortunadamente, las dos ballenas implicadas en el avistamiento ya estaban registradas en el catálogo como #PWF-NP_5016 (considerada Ballena A en el estudio) y #PWF-NP_3754 (Ballena B). Esta información permitió a Stack confirmar que ambas ballenas eran adultas y que la Ballena A también era macho.

El sexo de la ballena B era más obvio, ya que su pene era visible (cuando no realizan este tipo de actividad, las ballenas jorobadas suelen mantener sus genitales ocultos dentro de una hendidura genital).

Las dos ballenas copularon, y cada sesión duró menos de dos minutos.

(Relacionado: Las ballenas jorobadas se enfrentan a un gran revés por el cambio climático)

Comportamiento del mismo sexo en animales

Los científicos han observado comportamientos sexuales homosexuales en varias especies marinas, como morsas, focas grises, delfines del río Amazonas, delfines mulares comunes, delfines moteados del Atlántico, orcas, ballenas grises y ballenas de Groenlandia.

Y tienen otras tantas hipótesis de por qué puede ocurrir.

El comportamiento sexual no reproductivo podría ser simplemente una práctica para futuros encuentros, o podría desempeñar un papel en el establecimiento o mantenimiento de una relación entre individuos. El sexo también puede servir para reducir la tensión o para que un animal afirme su dominio sobre otro.

Robert Pitman, ecólogo marino del Instituto de Mamíferos de la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos) que estudia a las jorobadas como presas de las orcas, propone una explicación aún más sencilla.

Como los machos adultos de jorobada en las zonas de cría están centrados en aparearse, pueden probar suerte con otros machos. Algunos pueden responder agresivamente, mientras que otros, como un animal enfermo, pueden no hacerlo.

"Me parece una posibilidad muy probable", dice Pitman, que no participó en el estudio.

Esto se debe a que la ballena A parecía estar demacrada, tal vez debido a una lesión en la mandíbula, y albergaba un número inusualmente grande de piojos parásitos de ballena. El animal no se movia muy rápido y tal vez no hubiera sido capaz de nadar lejos de la ballena B, si hubiera querido.

(Relacionado: Las ballenas jorobadas no pueden tragarse a un humano: te explicamos por qué)

La pregunta del millón: ¿qué motiva este comportamiento?

"Dado lo poco que entendemos sobre la reproducción de las ballenas jorobadas y lo mucho que aún estamos comprendiendo sobre su dinámica social", dice Stack, "no me aventuraría a adivinar qué motivó exactamente ese comportamiento".

Pero ella y sus coautores tienen algunas teorías adicionales.

En primer lugar, puede haberse tratado simplemente de un error de identidad por parte de la ballena B. En segundo lugar, es posible que estos animales tuvieran una relación, y que el comportamiento fuera un acto de unión, o tal vez incluso de consuelo, para un conocido enfermo.

Stack dice que el motivo del encuentro sigue siendo "la pregunta del millón".

(Relacionado: ¿Intentaron estas ballenas jorobadas salvar a una foca de las orcas?)

Entender las relaciones masculinas

Aunque el estudio ofrece la primera prueba documentada de cualquier comportamiento sexual con penetración entre jorobadas (machos o hembras), los científicos llevan años siguiendo las huellas de este comportamiento.

Por ejemplo, en 1998, el investigador de mamíferos marinos Adam Pack publicó un relato de una jorobada macho que nadaba hacia otro macho, que había muerto, y lo envolvía con sus aletas pectorales con el pene visible.

"Parecía estar intentando algún tipo de exhibición de dominación, o tal vez era una señal para la cópula, o una invitación. No lo sabíamos", afirma Pack, catedrático de la Universidad de Hawái en Hilo y presidente y director de investigación del Instituto del Delfín.

En 2002, Pack publicó otro trabajo en el que descubrió 13 casos de machos que sacaban el pene tras 121 horas de filmación submarina.

Así que cuando Pack vio el nuevo estudio, se entusiasmó enormemente.

Y lo que es más importante, Pack dice que la observación encaja en una conversación más amplia que está teniendo lugar en la comunidad de investigación de ballenas jorobadas sobre las relaciones entre machos.

"Así que está tratando de juntar todas estas pepitas para contar una historia", dice Pack; "esta es una pieza más de la historia".

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    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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