Este monstruo marino de 24 metros fue, en la época de los dinosaurios, la mayor ballena asesina de los mares
El descubrimiento de un fósil de mandíbula sugiere que 'Ichthyotitan severensis' podría haber sido el ictiosaurio más grande conocido hasta ahora y que cazaba presas de forma muy parecida a las orcas.
Ilustración de una pareja gigante de Ichthyotitan severnensis nadadores, un reptil marino que, según los paleontólogos, podría haber sido la orca de su época.
Los primeros gigantes oceánicos de la Tierra eran reptiles. Durante el Triásico, hace más de 201 millones de años, los ictiosaurios acechaban los mares. Depredadores supremos, eran las orcas de su época. Y ahora, los paleontólogos han identificado lo que creen que podría ser el ictiosaurio más grande jamás descubierto. Con más de 30 metros de longitud, el Ichthyotitan severensis era un ictiosaurio absolutamente inmenso.
El descubrimiento comenzó con un inusual hallazgo de fósiles hace varios años. Ya en 2018, el paleontólogo de la Universidad de Bristol Dean Lomax y su equipo describieron una pieza de hueso de ictiosaurio que se había encontrado en el Reino Unido. Era tan grande que anteriormente se había confundido con un hueso de dinosaurio.
El enorme ictiosaurio pudo haber medido más de 24 metros de longitud. Este fósil de bivalvo se encontró en el hueso de la mandíbula.
"Cuando describimos el primer ejemplar, tenía la esperanza de que saliesen a la luz más ejemplares", afirma Lomax. Y se cumplió su deseo. En 2020, Ruby y Justin Reynolds (dos entusiastas del mundo de los fósiles) encontraron un segundo trozo de mandíbula de ictiosaurio en Somerset, Inglaterra. La pareja empezó a leer por ahí para intentar averiguar qué habían encontrado. En el proceso, se tropezaron con el artículo de Lomax de 2018 y, presintiendo una coincidencia, se pusieron en contacto.
Mejor conservado que el primer espécimen, el segundo trozo de mandíbula permitió a Lomax y su equipo confirmar que ambos huesos gigantes pertenecían a la misma especie enorme.
Ahora, Lomax y sus colegas han descrito los fósiles en un nuevo artículo publicado el miércoles en la revista PLOS ONE. El nombre de la criatura, Ichthyotitan severensis, hace referencia tanto a su tamaño aparente como al estuario del río Severn, donde se descubrió el segundo fragmento de mandíbula.
Un fósil invertebrado en el Ichthyotitan severnensis.
Mandíbulas gigantes
Los científicos necesitarán más fósiles para averiguar exactamente en qué se diferenciaba Ichthyotitan de otros ictiosaurios, pero aun así, la nueva especie ofrece una nueva imagen de la vida durante una época y en una parte del mundo en la que no se habían encontrado antes gigantes de este tipo.
"El nuevo fósil procede de la última parte del período Triásico, que es una caja negra para el registro fósil de ictiosaurios", afirma el paleontólogo de la Universidad de Vanderbilt (Estados Unidos) Neil Kelley, que no participó en el nuevo estudio. Todos los demás ictiosaurios gigantes descubiertos antes de éste se hallaron en rocas más antiguas de Norteamérica y Asia, señaló, lo que aumenta la probabilidad de que el Ichthyotitan sea una especie totalmente nueva.
Aunque no cabe duda de que el animal era enorme sólo por los huesos de la mandíbula de dos metros de largo, los paleontólogos son cautos en cuanto a las dimensiones exactas del Ichthyotitan. Hasta la fecha, el reptil sólo se conoce por dos huesos que formaban parte de la mandíbula inferior, llamada surangular. Si Ichthyotitan tenía unas proporciones corporales similares a las de otros ictiosaurios gigantes encontrados en otras partes del mundo, como el Shonisaurus del suroeste de Estados Unidos, entonces el animal habría superado los 24 metros de longitud y su tamaño sería comparable al de un rorcual común.
Aunque pueda parecer extraño que un animal tan grande pudiera dejar tras de sí restos tan insignificantes, es difícil descubrir fósiles completos de ictiosaurios gigantes. "Podría deberse a su ecología y al lugar en el que vivían en mar abierto", explica Lomax, ya que los cuerpos de estas criaturas habrían estado expuestos a los carroñeros durante más tiempo. Al menos una de las mandíbulas de Ichthyotitan muestra signos de haber sido mordisqueada antes de ser enterrada.
Con suerte, futuros descubrimientos completarán la forma del Ichthyotitan. Aunque sus dimensiones exactas pueden cambiar, no hay duda de que el ictiosaurio formaba parte de una larga línea de gigantes. Cada vez hay más pruebas de que los ictiosaurios evolucionaron hacia especies gigantes en un plazo de unos ocho millones de años tras su aparición durante el Triásico. Muchos de ellos eran monstruosos depredadores que cazaban otros reptiles marinos y cualquier otra presa más pequeña que ellos, casi como si fueran orcas gigantes.
Un apetito saludable
Reptiles tan grandes necesitaban una gran cantidad de alimento. La existencia de múltiples ictiosaurios gigantes a lo largo de decenas de millones de años indica algo sobre la naturaleza de los océanos triásicos de la Tierra.
"El hecho de que alcanzaran tamaños tan gigantescos sugiere que seguramente debieron existir redes alimentarias productivas para mantenerlos durante todo el Triásico", afirma Lomax. En el Triásico evolucionaron nuevas formas de plancton, añadió Kelley, que forman la base de las redes tróficas oceánicas y podrían haber sustentado ecosistemas capaces de albergar gigantes. Ambos investigadores señalan que serán necesarias más investigaciones para averiguar por qué los ictiosaurios evolucionaron repetidamente hasta alcanzar tamaños gigantescos.
Sin embargo, ninguno de estos gigantes sobrevivió al Triásico. Algunos ictiosaurios posteriores del Jurásico eran grandes, algunos incluso superaban los 9 metros de longitud, pero ninguno alcanzó el tamaño de sus predecesores del Triásico. El Ichthyotitan no sólo fue uno de los más grandes, sino también una de las últimas especies realmente gigantes antes de que el Triásico terminara con una devastadora extinción masiva hace 201 millones de años.
En última instancia, este hallazgo indica que los ictiosaurios no estaban en declive antes de esta extinción, señaló Kelley, sino que estaban floreciendo justo hasta que se produjo la calamidad ecológica.
La extinción del Triásico final es una de las cinco grandes extinciones que los paleontólogos han identificado en el registro fósil. Increíbles erupciones volcánicas alteraron el clima global, la química de los mares y mucho más. Los ictiosaurios como grupo sobrevivieron, pero los gigantes no. "Estos enormes ictiosaurios dominaron los mares hasta la extinción global", explica Lomax. De hecho, criaturas marinas de su tamaño no volverían a evolucionar hasta que las ballenas empezaron a hacerse más grandes, más de 150 millones de años después.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.