¿Por qué 'atacan' las orcas del Estrecho a los barcos? Podrían simplemente ser adolescentes aburridas
Las orcas ibéricas (en la foto, un animal frente a las costas de Portugal) están consideradas en peligro crítico de extinción, pues quedan menos de 40 ejemplares.
Frente a la península ibérica, un grupo de orcas se ha hecho famoso por hundir varias embarcaciones, la última hace apenas unas semanas. Las motivaciones de los depredadores para este extraño comportamiento, que comenzó en 2020, han desatado especulaciones descabelladas: ¿se divierten, se vengan de los humanos o están haciendo algo completamente distinto? Ahora, los expertos dicen que por fin saben lo que está pasando.
En un informe publicado recientemente, los científicos de la Comisión Ballenera Internacional creen que esta manada de unos 15 animales son probablemente "adolescentes" traviesos.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron imágenes en Internet de orcas con comportamientos agresivos, como la caza. También estudiaron vídeos de los animales jugando con cosas como su comida, medusas y algas, y no vieron ningún signo de hostilidad.
"Se acercan [a un barco] con calma y suavidad, y parece que están jugando. Empujan el timón suavemente con la punta de la nariz", dice Alex Zerbini, presidente del comité científico de la comisión y científico de la Universidad de Washington (Estados Unidos); "el comportamiento es muy, muy diferente de ser agresivo".
"En realidad, no saben que su jugueteo está causando daño... no es intencionado", afirma Zerbini. "Cuando somos adolescentes, hacemos cosas que quizá no haríamos como adultos. Somos más valientes", afirma.
Rob Lott, coordinador de campañas de Whale and Dolphin Conservation, una organización sin ánimo de lucro con sede en el Reino Unido, coincide con esta teoría.
"Es una conclusión sólida de que lo que hemos presenciado es sólo una forma de comportamiento lúdico, por muy alarmante que sea para los marineros a bordo", afirma Lott, que no participó en el informe.
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Jóvenes e inquietas
Presentes en todo el mundo, las orcas son cazadoras increíblemente inteligentes y, dependiendo de sus hábitats, las poblaciones se especializan en distintos tipos de presas.
Por ejemplo, las australianas trabajan en equipo para matar ballenas azules, los animales más grandes de la Tierra; las orcas antárticas utilizan las olas como herramienta para arrojar focas al agua; y una pareja notoria de Sudáfrica se alimenta de hígados de tiburón blanco.
La población de la península ibérica, que tiene una dieta especializada y se alimenta sobre todo de atún rojo, está catalogada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como en peligro crítico, con menos de 40 ejemplares.
Una explicación de por qué las orcas empezaron a hundir barcos podría ser la abundancia de su principal alimento. El atún rojo del Atlántico, que estuvo en peligro de extinción debido a la sobrepesca, se ha recuperado recientemente gracias a la aplicación de cuotas de pesca sostenibles.
"Ahora que el atún rojo se ha recuperado, tiene sentido no sólo que las ballenas estén bien alimentadas, sino que tengan más tiempo libre y por eso realicen estas actividades más sociales", afirma Zerbini.
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En busca de juego, no de venganza
El informe también subraya que describir estos encuentros como ataques "o insistir en la idea de que las orcas se están vengando de la gente" no sólo es inexacto, sino que podría ser perjudicial para estos animales poco comunes. En agosto de 2023, la tripulación de un buque que cruzaba el estrecho de Gibraltar disparó proyectiles contra las orcas, lo que los conservacionistas denunciaron como un delito contra la especie protegida.
"Está claro que la venganza no es su motivación en este caso", afirma Lott, quien añade que no hay constancia de casos de orcas salvajes que hayan matado a una persona, a pesar de que "los humanos, a lo largo de las décadas, les han dado amplias oportunidades para vengarse", como cazarlas.
Dicho esto, ser embestido por una orca (incluso juguetonamente) puede ser aterrador, por lo que los expertos recomiendan a las embarcaciones rodeen los puntos calientes conocidos de orcas en el estrecho de Gibraltar, o alejarse inmediatamente si un animal se acerca y dejar que otras embarcaciones de la zona sepan de su ubicación.
Los científicos también tienen previsto experimentar con medidas no perjudiciales para evitar que los cetáceos dañen los timones, como remolcar lanchas neumáticas a modo de señuelo o modificar el timón.
También probarán a utilizar un ruido repentino e inesperado para disuadirlos. "Hemos visto que, si se desencadena este reflejo de sobresalto, el animal se aleja", afirma Thomas Goetz, investigador de bioacústica animal de la Universidad de St. Andrews (Escocia).
Lott también confía en que esta tendencia adolescente se desvanezca, y puede que ya haya empezado a hacerlo, con menos incidentes en 2024. En la década de 1980, las orcas de Puget Sound (Estados Unidos) empezaron a llevar salmones muertos en la cabeza a modo de sombrero. "Esa moda desapareció tan rápido como apareció", dice.
Mientras tanto, Lott recomienda a la gente "mantener la cabeza fría y seguir los consejos adecuados, y con suerte todo irá bien tanto para los navegantes como para las orcas".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.