Por qué los machos de arañas marinas gigantes del Antártico son tan buenos como padres
Estas criaturas de patas enjutas (que no están estrechamente emparentadas con las arañas) desafían las expectativas de paternidad en el reino animal.
Una araña marina gigante antártica posada en el fondo del océano en Dayton's Wall, una zona de gran biodiversidad en la Antártida, en 2015.
Cualquier niño de preescolar sabría decirte que los caballito de mar llevan a sus crías a cuestas. Pero, ¿y las arañas de mar?
Hay 1500 especies de estos habitantes de largas y enjutas patas en los océanos de todo el mundo, y la mayoría son padres cariñosos que cuidan de sus crías. Las hay desde diminutas criaturas que deambulan por charcas intermareales hasta enormes especies que acechan las profundidades polares.
El hecho de que las arañas de mar macho desempeñen un papel tan importante en la crianza de sus vástagos no hace sino aumentar su extrañeza. Aunque son artrópodos (una clasificación que incluye arañas, insectos y crustáceos), las arañas de mar no están estrechamente emparentadas con las arañas.
De hecho, estos animales también tienen un cuerpo diminuto y almacenan todos sus órganos internos en las extremidades. "Son todo patas", afirma Felipe Barreto, biólogo evolutivo de la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos): "son como algo propio".
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Ahora, un estudio reciente sobre los machos de la araña de mar gigante del Antártico, la más grande del mundo, ofrece una nueva pista sobre cómo puede haber surgido su comportamiento paternal.
En el pasado, los machos de araña de mar pegaban los huevos a un lugar seguro, como una roca. Con el paso del tiempo, es probable que los animales empezaran a pegar los huevos a sí mismos para ayudar a sobrevivir a sus crías, lo que les proporcionó una ventaja evolutiva.
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Todo está en las patas
En la mayoría de las especies de arañas marinas, los machos utilizan ovígeras, un conjunto extra de pequeños brazos que les ayudan a acicalarse y a pegar los huevos fecundados a su cuerpo, explica Claudia Arango, experta en arañas marinas del Museo de Queensland (Australia): "Es un trabajo bastante grande".
Los métodos de transporte de huevos varían según la especie. Por ejemplo, algunas arañas de mar empaquetan los huevos en una masa mucosa y la llevan sobre el torso. Otras los enrollan en bolitas. Otras los adhieren directamente a sus patas.
Los machos pueden transportar estos huevos durante varias semanas o meses. Cuando los huevos eclosionan, las crías de araña de mar, o larvas, suelen seguir aferradas al padre cuidador durante un tiempo. Finalmente se alejan cuando encuentran una fuente de alimento, como una anémona.
Hasta ahora no se sabía si los machos de la araña gigante del Antártico también cuidaban de ellas. Los machos de estas arañas del tamaño de un plato de comida carecen de ovígeros, y los científicos tampoco habían observado nunca a una araña marina antártica macho portando huevos.
En el último estudio, los científicos capturaron arañas de mar antárticas en libertad y observaron su apareamiento y reproducción en el laboratorio. Los investigadores descubrieron que, a diferencia de otras arañas marinas, la araña gigante del Antártico no se pega los huevos al cuerpo.
En su lugar, pegan meticulosamente los huevos a una roca u otro sustrato del fondo del océano. Durante dos días, "el macho se pasea alrededor de la masa de huevos y parece acicalarla", explica Amy Moran, directora del estudio y ecóloga fisiológica marina de la Universidad de Hawái en Estados Unidos.
Este comportamiento podría explicar por qué las arañas de mar macho evolucionaron para ser los padres primarios. "Tenemos [ahora] pruebas de una especie que hace algo en el medio. No están del todo pegadas al cuerpo, lo cual es muy costoso, pero siguen proporcionando algunos cuidados", dice Barreto, que no participó en la investigación.
Moran añade: "En cierto modo abre esta nueva visión de cómo podría haber sucedido".
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Lleno de misterios
Algunas investigaciones muestran que transportar huevos puede suponer un enorme sacrificio para los machos. Los huevos pueden pesarle y hacerle menos capaz de limpiar o cuidar de sí mismo, dice Barreto.
A veces los machos llevan tantas masas de huevos que su cuerpo deja de ser visible. Eso puede hacerlos más susceptibles a amenazas como los parásitos. "Puede consumir mucha energía", dice Barreto.
Sin embargo, se desconoce por qué los machos invierten tantos recursos en sus crías. Las hembras, en este caso, sólo suelen estar presentes durante el apareamiento, cuando sueltan sus huevos fecundados.
En cualquier caso, aprender sobre los machos de las arañas de mar revela lo poco que sabemos sobre los artrópodos marinos y cómo el reino animal puede subvertir las expectativas.
"Con cada expedición a una isla remota o a un monte submarino remoto, los científicos vuelven con nuevas especies con algo nuevo que no sabíamos, que desconocíamos", dice Arango.
Por ejemplo, investigaciones recientes han descubierto que las arañas de mar pueden regenerar segmentos de su cuerpo.
"Encontrar criaturas tan fascinantes produce mucha emoción", dice Arango; "están llenas de misterios".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.