Descubriendo las claves de criar y entrenar a un cachorro para que sea obediente y bueno

En una guardería especial de Carolina del Norte (Estados Unidos), los pequeños juegan, socializan, echan la siesta y aprenden a sentarse, quedarse quietos y evitar hacer caca en el aula.

Estos alumnos de jardín de infancia son perros, no humanos, matriculados en el Puppy Kindergarten de la Universidad de Duke, pero los juegos y tareas especializados que estos cachorros abordan en el aula no son tan distintos de los que se utilizan para estudiar el desarrollo de los niños humanos.

Tanto para los perros como para sus homólogos humanos, el aprendizaje de nuevas habilidades es un paso clave en su camino hacia la edad adulta. Brian Hare y Vanessa Woods, investigadores de la Universidad de Duke, basaron su plan de estudios en las técnicas que utilizan los psicólogos para evaluar la mente de los niños. Las incontables horas pasadas con los adorables pero agotadores cachorros les permitieron determinar con precisión cuándo surgen las habilidades cognitivas clave en distintos momentos del desarrollo canino. Estas capacidades, como la retención de recuerdos y el autocontrol, permiten a los perros conectar y cooperar con los humanos.

Como saben los amantes de los perros, cada cachorro es un individuo. "Los perros tienen distintos tipos de inteligencia, distintos perfiles cognitivos, y se desarrollan a ritmos diferentes", afirma Hare, antropólogo evolutivo.  

La investigación descrita en el nuevo y atractivo libro Puppy Kindergarten: The New Science Of Raising a Great Dog [Guardería de cachorros: La nueva ciencia de criar un gran perro], surgió de la colaboración de Hare y Woods durante una década con Canine Companions, el mayor proveedor de perros de asistencia de Estados Unidos. Hoy en día, los perros que la mayoría de la gente quiere como mascotas también se parecen mucho a los perros de asistencia. "Durante 100 años, estos perros de trabajo siempre han tenido que encajar en nuestras familias, ser educados con la gente, sentarse en una cafetería, caminar bien con correa", dice Woods, directora del Duke Puppy Kindergarten. Trazar una hoja de ruta del desarrollo cognitivo típico de los cachorros puede ayudar a predecir cuáles podrían destacar como animales de asistencia y también a ayudar a los nuevos padres caninos a criar perros estupendos.

(Relacionado: ¿Sería tu perro capaz de comerte? La respuesta puede que te sorprenda)

¿Cuándo aprenden los cachorros las habilidades clave?

En el jardín de infancia para cachorros, el equipo de Duke siguió el desarrollo de 101 cachorros, sometidos a pruebas cada dos semanas entre las 8 y las 20 semanas de edad. Todos eran labradores retriever o mezclas de labrador y golden retriever. La mitad vivía en Duke, mientras que la otra mitad se criaba en casas de familias voluntarias. Se complementaron con estudios de 221 cachorros sometidos a una sola prueba y 37 cachorros de lobo a modo de comparación (la investigación continúa con una nueva clase de cachorros actualmente matriculados en Duke).

También se obtuvieron datos de casi 50 000 perros de distintas razas que fueron examinados en casa por sus dueños a través del proyecto Dognition. Aunque los perros grandes y pequeños tienden a desarrollarse de forma algo diferente, las razas no parecían importar para las capacidades cognitivas que midió el grupo.

Resulta que las capacidades cognitivas de los cachorros surgen y se desarrollan siguiendo esta línea temporal general: 

Los perros buenos deben recordar habilidades, situaciones pasadas y diferentes personas y lugares. Alrededor de las ocho semanas, los cachorros recordaban dónde estaba escondida una golosina, incluso después de que hubiese pasado el tiempo o cuando se habían distraído con un juguete chirriante mientras la escondían. Los propietarios deben tomar nota: antes de que se desarrolle la memoria, los perros jóvenes no son malos ni desobedientes; literalmente, no recuerdan lo que quieres que hagan.

Los perros necesitan autocontrol para no perder el rumbo cuando quieren jugar o perseguir ardillas en vez de hacer caso a los humanos. Primero se acostumbró a los cachorros a recibir una golosina acercándose al extremo abierto de un cilindro. A continuación, los investigadores colocaron un cilindro transparente. Con la golosina a la vista pero inaccesible, los cachorros tuvieron que recordar el desvío hasta el extremo abierto del cilindro.

Comprender esta sincronización podría ayudar a los propietarios a enfrentarse a dilemas de adiestramiento, como la conveniencia de responder a ladridos nocturnos. "Ahora tenemos datos que explican que probablemente haya una transición", dice Hare. "Antes de las 13 semanas, si ladran, ve a buscar a tu perro. No están intentando manipularte, no van a aprender un mal hábito, probablemente sólo necesitan ir al baño". Una vez que los cachorros han desarrollado más autocontrol, hacia las 13 o 14 semanas, los dueños pueden empezar a pensar en manejar de otro modo esas interrupciones de medianoche.

(Relacionado: ¿Cómo evolucionaron los lobos hasta convertirse en perros?)

Alrededor de las ocho semanas, los cachorros empiezan a leer la forma en que nos comunicamos a través de los gestos de las manos, las expresiones faciales y las señales vocales, así como nuestras intenciones de cooperación, mejor que nuestros primos los grandes simios. "Y esto a una edad en la que apenas pueden cruzar la habitación sin dormirse", añade Woods. Cuando los humanos señalaban una golosina escondida, los cachorros solían encontrarla. Lo mismo ocurría cuando utilizaban gestos que el perro nunca había visto, como poner un rotulador cerca del escondite. A las 10 semanas, ya dominan la comprensión de los gestos humanos básicos, su primera habilidad cognitiva.

Es posible que los mejores perros estén preparados para aprender estas habilidades de comunicación social y cooperativa por su historia evolutiva más que por sus experiencias vitales. "Cuando los cachorros son tan jóvenes y tienen estas habilidades, parece que se trata de algo que la domesticación ha incorporado", afirma Angie Johnston, directora del Centro de Cognición Canina y del Laboratorio de Aprendizaje Social del Boston College.

Aunque los cachorros no están al mismo nivel cognitivo que los bebés humanos, las dos especies empiezan a desarrollar algunas de las mismas habilidades a una edad muy temprana. El desarrollo cognitivo humano presenta un periodo revolucionario entre los nueve y los 12 meses, cuando los bebés hacen cosas como seguir miradas o gestos, y desarrollan una ventana a las mentes de otros ajenos a ellos. "Lo que hace que los perros se parezcan tanto a los humanos no es sólo que lean gestos, sino que es algo que emerge muy pronto en los perros, igual que emerge pronto en los niños", explica Hare.

Cuando se enfrentan a problemas irresolubles, los perros recurren a la resolución social de problemas: miran a las personas en busca de ayuda. El contacto visual entre perros y humanos es una parte extremadamente importante de nuestra relación; la mirada incluso secuestra el bucle de oxitocina humana que fomenta el vínculo con nuestros propios bebés.

Los cachorros de la guardería a los que se les dio una golosina inalcanzable en un recipiente a presión, aunque sólo fuera durante cinco minutos cada dos semanas, duplicaron la cantidad total de contacto visual que mantenían con los humanos (no te preocupes: después de 90 segundos, los perros consiguen la golosina pase lo que pase).

(Relacionado: Por qué tu perro te ayuda a relajarte más que estar con tus amigos)

A esta edad, los cachorros ya sabían qué toalla tenía un cuenco debajo y cuál estaba tumbada. Comprendían que cuando llevaban correa no podían moverse de forma independiente, sino que estaban conectados a un humano. Estas nociones son fundamentales para el adiestramiento; las capacidades cognitivas de un perro en este punto también pueden informar sobre lo que se le puede o no adiestrar para hacer.  

Los cachorros empezaron a resolver problemas más complejos de varios pasos invirtiendo el curso cuando las soluciones que habían aprendido empezaban a fallar. En otro experimento con cilindros, los investigadores cambiaron el extremo cerrado, de modo que los cachorros tenían que dejar de hacer lo que antes funcionaba para conseguir una golosina y hacer lo contrario para tener éxito.

Esta habilidad de aprendizaje inverso es la base de algunas de las capacidades más asombrosas de los perros, como guiar a los ciegos. Para la mayoría de las tareas, una persona pregunta y el perro utiliza una habilidad para responder y ayudar. "Pero cuando un perro guía a una persona que no puede ver, el humano puede pedirle que haga algo y en realidad tiene que darse cuenta de que, no, aunque sepa hacer eso, no debería hacerlo porque se equivoca", dice Hare. "Me han pedido que cruce la calle, pero hay un coche justo ahí y sería peligroso. Así que, aunque sea la respuesta correcta en un contexto, en realidad no debo comportarme según esa petición y tengo que hacer algo diferente. Eso es muy difícil para un perro", explica.

(Relacionado: ¿Qué diferencia hay entre un perro pura raza de diseño y las "mil leches" de un mestizo?)

Buenos chicos y chicas certificados

No todos los perros están preparados cognitivamente para ser perros de asistencia. Pero si sabemos qué pueden estar pensando los cachorros y cuándo es apropiado empezar a adiestrarlos en función de sus capacidades mentales, podemos ayudarles a dar lo mejor de sí mismos.

Laurie Santos, directora del Laboratorio de Cognición Comparativa y del Centro de Cognición Canina de Yale, afirma que se ha trabajado mucho sobre lo que saben los perros, pero que se ha investigado muy poco sobre cuándo llegan a saber lo que saben. "Llevamos mucho tiempo necesitando saber qué es apropiado desde el punto de vista del desarrollo para las distintas etapas del desarrollo de un cachorro, pero hasta el precioso trabajo de Hare no teníamos respuestas".

Como los perros están tan cerca de nosotros emocionalmente, a veces estamos demasiado preparados para ver a los cachorros como bebés, dice Johnston. "Creo que si los dueños son más conscientes, de que quizá su perro aún no tiene capacidad, pueden tener expectativas diferentes".

Hare y Woods subrayan que los cachorros tardan tiempo en pasar de la primera aparición de estas habilidades al dominio de las mismas. Los propietarios no deben desanimarse si ven que otros cachorros progresan más rápido que el suyo. "Es un mensaje esperanzador", dice Hare. "No hay que rendirse, Puede que lleven una trayectoria diferente, puede que haya todo tipo de cosas que se estén desarrollando a ritmos distintos, pero al final lo conseguirán", tranquiliza.

Los cansados padres de cachorros pueden descansar un poco más tranquilos porque los alumnos de la guardería para cachorros son la prueba del mensaje de Hare. Puede que no todos lleguen a ser perros de asistencia pero, para cuando se graduaron, todos y cada uno de ellos dormían durante toda la noche.