Los científicos descubren criaturas que viven debajo del suelo marino profundo
Descubren larvas de gusanos, caracoles marinos y lombrices marinas viviendo en pequeñas cuevas bajo el suelo marino, desvelando que hay vida por encima y por debajo de él.
Un viruela nada junto a una torre de gusanos tubulares en Tica Vent, un lugar a 2500 metros de profundidad en la Dorsal del Pacífico Oriental.
La vida animal está floreciendo bajo el lecho marino, según un nuevo estudio de los respiraderos hidrotermales de aguas profundas, lo que sugiere que este misterioso paisaje tiene ecosistemas complejos.
Investigaciones anteriores habían encontrado microbios viviendo bajo tierra cerca de las fumarolas hidrotermales, pero este es el primer descubrimiento confirmado de animales más grandes como gusanos y caracoles en el hábitat subterráneo.
Las fumarolas o respiradores hidrotermales son aberturas en el lecho marino donde se encuentran las placas tectónicas de la Tierra; ahí, el agua de mar se mezcla con el magma de debajo de la corteza terrestre. Se cree que gran parte del fondo oceánico es casi inhabitable, pero alrededor de los respiraderos hidrotermales hay una explosión de vida.
Anteriormente ya se había encontrado comunidades de camarones, cangrejos, gusanos tubulares, mejillones y cientos de alrededor de estas fumarolas, pero no debajo. Se les conoce como "extremófilos", o vida que puede sobrevivir a temperaturas y presiones extremadamente altas. Estos organismos no sobreviven con la energía del sol, que alimenta la red alimentaria en otras partes de la Tierra, sino con los nutrientes producidos cuando el agua de mar se mezcla con el magma.
La mayor parte del lecho marino sigue siendo un misterio para los científicos y, con solo el 26 por ciento del suelo oceánico mundial mapeado, esta nueva investigación sugiere que podría estar más poblado de lo que los científicos pensaban.
"Cada nuevo estudio confirma lo poco que sabemos sobre el fondo marino", dice Rachel Lauer, geóloga de la Universidad de Calgary (Canadá), que no participó en el nuevo estudio.
(Relacionado: Cinco 'fósiles' muy vivos que aún habitan la Tierra)
El reverso de un muestra de costra de roca desvela dos tipor de siboglínidos junto con otros organismos.
Un descubrimiento inesperado en el fondo del océano
Con el objetivo de comprender cómo se asientan los gusanos tubulares en los respiraderos hidrotermales, la bióloga marina Sabine Gollner y su equipo de investigación del Real Instituto Holandés de Investigación del Mar navegaron hasta la Dorsal del Pacífico Oriental, una cresta volcánicamente activa en el fondo del Océano Pacífico, en julio de 2023. Allí, enviaron un robot operado a distancia en una serie de inmersiones a una fumarola hidrotermal ubicada a 2515 metros de profundidad.
Su objetivo era recolectar muestras de roca para buscar larvas de gusano tubular, pero la roca era difícil de romper en pedazos más pequeños y transportables. El robot, equipado con brazos y una cámara, levantó secciones del lecho marino que revelaban larvas de gusano tubular debajo, y mucho más.
Al voltear secciones rocosas del lecho marino, descubrió cavidades de unos cuatro centímetros de profundidad llenas de líquido caliente —agua mezclada con magma— y con especies que antes solo se encontraban en la parte superior del lecho marino: gusanos tubulares, gusanos poliquetos y caracoles marinos.
Encontrar larvas de gusano tubular y gusanos tubulares adultos viviendo en las pequeñas cuevas podría ser un gran avance en la comprensión del ciclo de vida de esta especie. Los investigadores creen que las larvas de gusano tubular podrían dispersarse por todas las cavidades, algunas asentándose y creciendo en grietas en el fondo marino, y otras permaneciendo en las cavidades y creciendo hasta la edad adulta allí, lo que significaría que el fondo marino y las pequeñas cuevas debajo son un ecosistema interconectado, donde los flujos de agua fría y cálida se mezclan y facilitan el crecimiento del gusano tubo.
"El ecosistema de respiraderos [hidrotermales] en esta área no se limita a lo que vemos arriba, sino que también incluye la vida en el subsuelo", dice Gollner.
Para preservar a estos extremófilos únicos, los científicos dicen que es necesario proteger legalmente una mayor parte del lecho marino. Pero eso puede ser un desafío porque muchos de estos ecosistemas también contienen minerales raros que pueden impulsar nuevas tecnologías.
Un conjunto de gusanos tubulares a una profundidad de 2500 metros en la Dorsal del Pacífico Oriental. Los investigadores que usan sumergibles teledirigidos para hacer búsquedas bajo las fumarolas hidrotermales han descubierto una serie de cámaras que sirven como criaderos de gusanos tubulares y pasadizos que sirven para que las larvas de gusano se mueven entre fumarolas.
Protección de la vida en aguas profundas
Una de las mayores amenazas para los ecosistemas de aguas profundas es la prospección de minería de aguas profundas, el proceso de extracción de depósitos minerales, como cobalto y níquel, del lecho marino profundo, al que se oponen los científicos y las organizaciones conservacionistas.
"No sabemos cómo de extensas son esas pequeñas cuevas conectadas, no tenemos una idea de cuánta biodiversidad o biomasa que vive dentro del subsuelo. ¡Literalmente, hay una dimensión completamente diferente ahí!", dice Lauer.
Dado que es probable que los ecosistemas del fondo marino estén interconectados, dice Lauer, es necesario proteger grandes extensiones del fondo marino.
"Necesitamos al menos entender lo que hay antes de que potencialmente destruyamos estos hábitats", dice Heather Olins, bióloga del Boston College (Estados Unidos), que no participó en el nuevo estudio.
Gollner dice que no está claro lo profundo que es este hábitat subterráneo ni su extensión horizontal, lo cual es crucial para proteger todo el sistema de respiradero hidrotermal más allá de la fumarola visible.
El estudio de los respiraderos hidrotermales y la preservación de esta fumarolas para estudios futuros también puede ayudar a los científicos a comprender las condiciones de la vida fuera de la Tierra.
"Si hay vida más allá de la Tierra en nuestro sistema solar, no va a ser alimentada por energía solar", dice Olins, ya que en ningún otro lugar de nuestro sistema solar hay condiciones de superficie propicias para la vida tal como la conocemos.
Pero hay lugares que podrían albergar extremófilos, como la luna Europa de Júpiter, con un océano debajo de una corteza helada.
"Sabemos que hay actividad volcánica y un océano", dice Olins. "No hay ninguna razón por la que no pueda haber algún tipo de vida similar a un respiradero hidrotermal en otras partes de nuestro sistema solar".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.