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Esta extraña criatura con forma de culo de cerdo es un misterio sin resolver
Imagen de laboratorio del Chaetopterus pugaporcinus, un insólito gusano redondo del tamaño de una canica descubierto en la bahía de Monterrey.
Más del 90 por ciento de las criaturas que viven en el océano aún no han sido descritas, por lo que no es de extrañar que la comunidad científica siga encontrando nuevas especies de peces, crustáceos, gelatinas y babosas marinas cada vez que se aventura en los rincones más profundos y oscuros del océano. Pero a veces se encuentran con una criatura tan extraña que incluso su categorización supone un desafío.
Es lo que ocurrió en 2001, cuando expertos del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterrey pilotaron un sumergible teledirigido a profundidades de entre 820 y 2200 metros frente a la costa de California. Fue allí, en la inhóspita Zona de Medianoche, llamada así porque a esas profundidades no llega la luz de la superficie, donde se encontraron cara a cara con una mancha translúcida y rosada del tamaño de una avellana.
"Era más grande que la mayoría de las pequeñas partículas que vemos ahí abajo", explica Bruce Robison, científico del MBARI. "Mientras la enfocábamos con la cámara, todo el mundo comentaba: 'Nunca había visto algo así'".
Vista desde un lado, la criatura parecía estar compuesta por dos lóbulos distintos, o quizá mejillas sería más exacto. En cualquier caso, cuanto más observaban los científicos la mancha que flotaba en la columna de agua, más parecían decidirse por un descriptor.
"Alguien comentó: 'Parece el culo de un cerdo', y todos se rieron y estuvieron de acuerdo", dice Robison. "A todo el mundo le gustó tanto que cuando llegamos al momento de ponerle nombre, no hubo muchas dudas de que, si podíamos salirnos con la nuestra, lo llamaríamos 'culo de cerdo' en latín".
Aunque el nombre ya estaba decidido, los científicos aún tenían que determinar qué era realmente este orbe porcino. Y, aunque los científicos han avanzado mucho en este sentido, aún persisten muchos misterios.
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En esta vista, el gusano muestra su boca, que suele mirar hacia abajo mientras el animal se desplaza a 1000 metros bajo la superficie del océano.
Identificación de una "mancha misteriosa"
Karen Osborn, bióloga marina que actualmente trabaja en el Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural, estaba de prácticas en el MBARI por aquel entonces y aún recuerda el momento en que conoció a su primer gusano pigbutt.
"Me dijeron: 'Hay una mancha misteriosa que no sabemos muy bien qué es'" cuenta Osborn.
A primera vista, Osborn recuerda que la mancha se parecía un poco a los gusanos de cerdas (también conocidos como gusanos poliquetos) que estudiaba. Pero surgieron dos problemas inmediatos. En primer lugar, cuando son adultos, los gusanos se pasan la vida enterrados en el fondo marino en tubos creados por ellos mismos. Y en segundo lugar, aunque la extraña criatura fuera una larva de gusano de cerdas, que se sabe que flota libremente en la columna de agua, el animal era al menos entre 10 y 20 veces más grande que cualquier larva de gusano de cerdas que hubiera visto nunca.
Luego, al microscopio, aparecieron más peculiaridades.
Las larvas de gusanos erizados suelen estar formadas por más de una docena de segmentos, explica Osborn. Pero el espécimen del "trasero de cerdo" tenía una anatomía distinta. Era como si un gusano erizado hubiera cogido dos de sus segmentos centrales y los hubiera inflado como un globo. Los demás segmentos seguían ahí, pero arrugados en el extremo y menos evidentes.
Ese aspecto similar pero diferente reforzó la idea de que el gusano del culo de cerdo era un tipo de gusano de cerdas, pero uno que no había visto antes.
Curiosamente, los científicos aún no están seguros de si se trata de un animal adulto o de una larva.
Según Robison, lo más probable es que los adultos de esta especie hayan conservado algunas cualidades larvarias, como la capacidad de pasar los días flotando en la columna de agua (cuando los organismos adultos mantienen rasgos juveniles, se habla de neotenia. El axolote es un ejemplo común).
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Un gusano pigbutt observado por el vehículo operado remotamente (ROV) del MBARI Doc Ricketts en el cañón exterior de Monterey.
Los gusanos pigbutt pueden brillar
Más allá de su llamativo aspecto, los científicos han conseguido aprender bastante sobre estas misteriosas criaturas a lo largo de las décadas, tanto observando más especímenes en la naturaleza como observándolos de cerca en el laboratorio.
"Nos dimos cuenta de que a menudo estaban adheridos a una especie de nube de moco amorfo", dice Robison, refiriéndose a los filamentos translúcidos que a veces rodean a las criaturas como un paraguas.
El gusano se alimenta probablemente de nieve marina, gránulos fecales y otros detritus que quedan atrapados en los mocos, explica.
De vuelta al laboratorio, los científicos también han observado que, al igual que muchas criaturas de las profundidades, los gusanos pigbutt han desarrollado la bioluminiscencia.
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Si se les pincha suavemente, dice Robison, parpadeará una luz azul. Y a veces, sus redes mucosas también brillan en verde. Las luces probablemente repelen a los depredadores.
"Me hace feliz pensar que ahora mismo, en algún lugar, millones de gusanos pigbutt están dando tumbos por las profundidades del océano", dice Rebecca Helm, bióloga marina de la Universidad de Georgetown, en un correo electrónico.
Helm ayudó a que el gusano pigbutt volviera a ser el centro de atención a principios de este mes, cuando comenzó a publicar sobre la criatura en Bluesky, un intento de utilizar la sorpresa del mundo para ayudar a la gente a animarse y recargarse en un momento de incertidumbre, dice.
"La superficie de alta mar es mayor que la de Marte", dice Helm. "Siempre quise ser un explorador planetario, y cuando estudio el océano, siento que estoy haciendo precisamente eso".
Robison no podría estar más de acuerdo.
"Llevamos más de 30 años trabajando en la columna de aguas profundas", afirma. "Y seguimos encontrando cosas nuevas".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.
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