4 de marzo de 2015
El gobierno chino ha anunciado esta semana que la población de pandas gigantes ha aumentado un 17 % en la última década, una excelente noticia para esta especie amenazada e icono cultural de China.
Según las estadísticas, en la actualidad hay 1864 ejemplares en las provincias centrales de Sichuan, Shaanxi y Gansu. En 2003, sin embargo, se registraron 1596.
Algunos expertos sugieren que la nueva cifra podría deberse en parte a las mejoras en las técnicas de evaluación, aunque pocos dudan de la tendencia al alza anunciada por el gobierno. Según los nuevos datos, aproximadamente el 67 % de los pandas en estado salvaje viven en las 67 reservas naturales del país, es decir, que un tercio sigue fuera de las zonas protegidas. Desde 2003 China ha establecido 27 nuevas reservas.
Los pandas no se ponen precisamente en cola para ser contados por los expertos, por lo que estos tienen que examinar muestras de excrementos que contienen bambú, de los que miden el tamaño de los fragmentos intactos. Esto les permite distinguir entre distintos animales. Los nuevos métodos consisten en tomar muestras de ADN de excrementos y mucosidades, con lo que pueden obtener cifras más altas. Además, durante la última encuesta se abarcó más terreno que en la de 2003.
En las reservas chinas ha habido buenas experiencias en reproducción de pandas en cautividad, aunque ha habido poco éxito al reintroducirlos al estado salvaje. Xue Xue, una hembra que fue liberada en octubre de 2014, murió un mes después, probablemente como consecuencia de la mordedura de una rata.
Sin embargo, el mayor obstáculo para el aumento de las poblaciones de pandas parecer ser el estado de su hábitat, que está muy fragmentado y se ve limitado por la agricultura en el sur y el este, y por las montañas y tierras áridas en el norte y el oeste, donde el bambú muere en invierno.