6 de mayo de 2010
Las belugas, también llamadas ballenas blancas, tienen un color inusual, por lo que son una de las especies de ballena más conocidas y fáciles de identificar. Al nacer son grises o incluso marrones, y se van volviendo blancas conforme alcanzan la madurez sexual, hacia los cinco años de edad.
Las ballenas blancas son bastante pequeñas y miden entre 4 y 6 metros. Tienen frentes redondeadas y carecen de aleta dorsal.
Las belugas suelen vivir en pequeños grupos. Son animales sociales y comunicadores vocales muy activos que emplean un lenguaje variopinto de chasquidos, silbidos y repiqueteos. Además, pueden imitar diversos sonidos de otro tipo.
Estas ballenas frecuentan habitualmente las aguas de las costas del océano Ártico, aunque también están presentes en regiones subárticas. Cuando el mar se congela, las belugas árticas migran hacia el sur en grandes grupos. Los animales atrapados en el hielo ártico suelen morir, víctimas de osos polares, ballenas asesinas e indígenas del Ártico. Las belugas son cazadas por los pueblos nativos del norte, y también por las pesquerías comerciales. Estas últimas casi acabaron con determinadas poblaciones, como la del Golfo de San Lorenzo.
Las belugas se alimentan de peces, crustáceos y gusanos. Esta ballena está emparentada con la ballena «unicornio» (por su colmillo), conocida por el nombre de narval. La beluga no guarda ninguna relación con el esturión del mismo nombre, que ha sido objeto de pesca intensiva por su famoso caviar.