Primero fue la primera hamburguesa fabricada por el hombre. Ahora, una pareja de jóvenes bioingenieros de Silicon Valley quiere producir leche artificial a partir de levadura manipulada genéticamente. ¿Qué nos espera en el futuro?
Según Perumal Gandhi, uno de los fundadores de Muufri, la nueva empresa de producción de lácteos artificiales, el cultivo de levadura producirá auténticas proteínas de leche que conservarán el sabor y los beneficios nutricionales de la leche de vaca.
«Si queremos que el mundo pase de consumir un producto no sostenible a uno que sí lo es, este tiene que ser idéntico o mejor que el producto original», afirma Gandhi.
Gandhi y Ryan Pandya, el otro fundador de Muufri, son veganos que consideran que las prácticas de la industria ganadera son inhumanas: las vacas están en establos abarrotados, les quitan los cuernos para que no se dañen a sí mismas o a los trabajadores, y a menudo les cortan la cola para que no sacudan sus heces, además de llenarlas de hormonas y antibióticos. Por otra parte, los ganaderos inseminan artificialmente a las vacas cada año para que sigan produciendo leche, y en cuanto dan a luz, se llevan a los terneros, para que la leche esté disponible para el comercio.
«Controlan el sistema reproductivo de los animales, es muy invasivo», señala Pandya. «Nos preocupamos mucho por el medio ambiente, pero mira lo que les pasa a las vacas».
[Te puede interesar: Crean en un laboratorio el primer híbrido humano-cerdo]
Hay que tener en cuenta también el impacto medioambiental de la industria láctea: se considera que es responsable de aproximadamente el 3 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero al año, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Según los expertos, el proceso de fabricación de la leche tiene sus complicaciones, pero es mucho más sencillo que fabricar carne.
El producto de Muufri contendrá únicamente las proteínas, grasas, azúcares y minerales esenciales. La idea es insertar secuencias de ADN de las vacas en células de levadura, cultivarlas a temperaturas controladas y extraer las proteínas unos días después. Según Gandhi, el proceso es completamente seguro, igual que el empleado para fabricar insulina y otros medicamentos.
Aunque las proteínas de la leche de Muufri provienen de la levadura, las grasas proceden de vegetales con el nivel molecular exacto para imitar el sabor y la grasa de la leche. Los minerales, como el calcio y el potasio, y los azúcares se añaden posteriormente a la mezcla.
De este modo, la pareja de expertos espera conseguir una leche más saludable. Por ejemplo, están probando con azúcares distintos a la lactosa, que el 65 % de los adultos tiene problemas para digerir. Su principal objetivo es, en cualquier caso, imitar a la perfección el sabor de la leche, porque no siempre fueron veganos y todavía echan de menos el sabor del queso, la mantequilla o el helado.