3 de noviembre de 2015
El comercio de peces de acuario es una industria sin registros para seguir lo que se compara y se vende, y sin órganos gubernamentales destinados a hacer cumplir las leyes. Los exportadores y compradores de lugares tan lejanos como Filipinas, Sri Lanka y Florida introducen al año decenas de millones de animales marinos en este mercado multimillonario con muy poca o ninguna supervisión.
Según Andrew Rhyne, del New England Aquarium de Boston (Estados Unidos), 1800 especies de peces tropicales forman parte del comercio internacional, al igual que cientos de especies de invertebrados, incluidos corales.
Capturar animales en su hábitat natural puede tener serias consecuencias para la supervivencia de su especie y para el propio hábitat, aunque los efectos varían dependiendo de los animales. Las poblaciones de peces de la especie Etroplus suratensis, por ejemplo, son bastante abundantes, por lo que «no se encuentran en peligro», afirma Rhyne. Otras especies, en cambio, como el llamado pez cirujano azul (el pez en el que se basaron para crear a Dori, de Buscando a Nemo) han sido víctimas de la sobrepesca y están en peligro en estado salvaje.
Sin duda, las leyes, o la ausencia de ellas, sobre el comercio de animales para acuario son parte del problema. La normativa, de acuerdo con Rhyne, varía enormemente en función de los lugares en los que se capturan los peces.
«En algunos casos el comercio está muy bien regulado, como en Hawái», comenta el Rhyne. Australia y Fiyi también tienen una buena gestión, al contrario que Filipinas e Indonesia.
Por ejemplo, el uso de cianuro, un veneno que aturde a los peces para que sean más fáciles de capturar, es ilegal en Filipinas, y sin embargo, afirman los expertos, casi la mitad de los peces que provienen de Filipinas están tratados con cianuro.
El caso Nemo
En 2003, la película Buscando a Nemo disparó la demanda de peces payaso, la especie del pez protagonista, con un aumento de entre el 30 y el 40 %. Afortunadamente, explica Rhyne, estos peces ya eran criados en cautividad, por lo que había suficientes para cubrir la demanda.
Sin embargo, el pez cirujano azul no ha tenido tanta suerte. «Es un pez difícil de criar en cautividad», explica Rhyne.
Estos peces se alimentan de algas, un organismo que podría crecer hasta cubrir los corales, por lo que sin la presencia de estos peces, los corales correrían el peligro de morir sofocados.
Entonces, ¿qué debemos hacer antes de montar un acuario? Para Rhyne, lo más importante es la educación y tomarse tiempo para buscar peces criados en cautividad, por ejemplo.