11 de mayo de 2015
A miles de metros de profundidad, estos gusanos rosados, que son poco más que bolsas de esperma, se alimentan de los cadáveres de ballenas, aunque no es lo único que hacen: al parecer, se pasan el tiempo dentro de las hembras, como si de una verdadera orgía se tratara.
Greg Rouse, del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California (Estados Unidos), quiso descubrir cómo se reproducen estos pequeños seres, dada su extraña anatomía y hábitat: ¿dejan las hembras los huevos en el agua, esperando que los machos los fecunden, o hay fecundación interna?
El estudio de Rouse, sugiere lo siguiente: los machos cuentan con un «órgano copulador» en la cabeza que introducen en el oviducto de las hembras, que conduce al útero.
«Los machos colocan este pene en el oviducto y, de alguna manera, empujan el esperma a través», señala Rouse.
Éste es el último de una serie de sorprendentes hallazgos sobre estos gusanos, que fueron descubiertos en 2002 durante una expedición en el Cañón de Monterrey, en California. El biólogo Robert Vrijenhoek buscaba almejas de aguas profundas cuando se encontró con el cadáver de una ballena a unos 3.000 metros de profundidad.
«Estaba cubierto por un manto rojo que no sabía lo que era», comenta Rouse.
Vrijenhoek le envió algunas muestras, y Rouse concluyó que formaban parte de la familia Siboglinidae.
Sin embargo, ese «manto rojo» era tan peculiar que Rouse lo clasificó dentro de un nuevo género llamado Osedaxy comprendió rápidamente que estos gusanos viven en las profundidades del mar en huesos de ballenas u otros.
Rouse y su equipo los llaman «gusanos comehuesos» por el hábitat en el que viven y por la habilidad de las hembras de engancharse a los huesos y segregar un ácido que los disuelve para poder extraer nutrientes.
No tienen boca ni aparato digestivo, por lo que comen a través de la piel, aunque sigue sin saberse cómo ocurre exactamente. De alguna manera, según Rouse, rompen el colágeno de dentro de los huesos y tiran de él a través de la piel, donde bacterias simbióticas terminan con él.
Por si fuera poco, añade, a veces acaban comiéndose esas bacterias.
A pesar de que su dieta está compuesta por huesos y bacterias, estos Osedax han sido bautizados por los medios como «gusanos zombis», nombre que no convence a Rouse.
«No entiendo por qué los llaman así; que yo sepa, los zombis comen carne y cerebros humanos».