El número de osos polares se reduce en Alaska y Canadá

Por Redacción National Geographic
Oso polar en Manitoba (Canadá)

21 de noviembre de 2014

Una gran población de osos polares de Alaska y Canadá ha disminuido en un 40 %, según el estudio publicado este mes en Ecological Applications. 

Sin embargo, se conoce muy poco en relación con las poblaciones de otras dieciocho poblaciones de estos animales, repartidas a lo largo y ancho de Estados Unidos, Canadá, Rusia, Groenlandia, Noruega y Dinamarca. Por ejemplo, nueve grupos que habitan en lugares como el norte de Siberia apenas son estudiados debido a la lejanía y falta de financiación.

De las poblaciones más estudiadas, cuatro se están reduciendo, incluido el grupo del mar de Beaufort, que ha pasado de 1500 ejemplares en 2001 a 900 en 2010; cinco están estables y uno, en el canal M'Clintock (Canadá), está aumentando.

En general, la especie está disminuyendo en número y está clasificada como vulnerable por parte de la Unión para la Conservación de la Naturaleza. Según los expertos, las diferencias en la situación de cada grupo dependen de su localización.

«Los del Ártico tienen más posibilidades de mantenerse estables, porque hay más presencia de hielo y posibles presas», afirma David Koons, que estudia las poblaciones de este animal en la Universidad del estado de Utah (Estados Unidos).

Las zonas situadas más al sur se están calentando a mayor velocidad que las del norte y, por tanto, es donde el hielo tiene más posibilidades de derretirse. De este modo, y como consecuencia del calentamiento global, la capa de hielo del Ártico está experimentando una tendencia a la baja: desde los 70 se ha reducido un 12 % cada década y de acuerdo con las estimaciones de la NASA, la situación ha empeorado desde 2007.

Con estos datos, no resulta sorprendente que la región sur del mar de Beaufort esté sufriendo con mayor crudeza los efectos del calentamiento. Las poblaciones de osos polares de esa zona se están reduciendo porque utilizan el hielo como plataforma para atrapar a sus principales presas, las focas, y si la capa de hielo disminuye, la alimentación se convierte en un deporte de riesgo.

Ante este problema, algunos osos han empezado a adaptarse en tierra, en parte añadiendo huevos de ganso y caribú a su dieta. Sin embargo, para una especie que necesita alimentos ricos en grasa y energía, podría no ser suficiente, según los expertos. 

«Por supuesto, se dirigen tierra adentro cuando sus recursos se ven limitados, y comerán todo lo que encuentren, pero a largo plazo no es suficiente para su sustento», comenta Jeff Bromaghin, del Servicio Geológico de Estados Unidos. «Todos los datos sugieren que los osos polares están unidos al hielo, no hay pruebas de que puedan sobrevivir en tierra», insiste.

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